#17

2.1K 243 2
                                    

Cuando Haechan despertó el décimo cuarto día, comprobó que efectivamente todo había acabado. La respiración de Renjun se escuchaba calma y su rostro ya no se perlaba en sudor. Acercó los labios sobre su frente, solo para comprobar su temperatura normal.

Su aroma era suave, igual a la avena que Mark guardaba celosamente en su caja de los secretos. Un olor tan nuetro y delicado que, de no ser que él lo había cuidado tantos años, posiblemente no lo sentiría.

Sus cachorros estaban en una agenda que no pudieron cancelar, asi que, luego de dejar un beso en la frente de Renjun, se dirigió a la cocina. Tomó la pequeña caja de los secretos que Mark había dejado, aún con porciones de avena que su madre había enviando, y la puso a hervir con leche. Puso en ella una ramita de canela y un poquito de vainilla.

Lavó un poco de fruta fresca y la colocó en un bowl, dejándolo sobre la mesa, junto a un tarro con miel. Luego le envió un mensaje a manager, pidiendo que comprara en una tienda de conveniencia salsa de caramelo.

RenJun se apareció por su cuenta casi una hora y media después, con su cabello algo húmedo por la ducha. Se acercó al omega y le abrazó, enterrando la cabeza en su hombro, embriagadose con el aroma a caramelo. Haechan le rodeó con sus brazos, masajeado su espalda con cariño. Se quedaron quietos el tiempo suficiente como para escuchar la puerta abrirse, luego del característico sonido de la alarma siendo desactivada.

Manager entró con una sonrisa cansada, levantando el envase de salsa como si fuera un trofeo. Haechan le agradeció con una sonrisa y le invitó a comer, el hombre declinó la oferta con cortesía, al parecer su cachorro estaba con fiebre y tenía que comprar unas cosas antes de volver a su hogar.

Jisung y Chenle miraban emocionados el postre que Haechan había preparado, ocasiones como aquella eran inusuales y solían aprovecharlas todo lo posible. Tomaron asiento en sus respectivos lugares, aunque Jeno y Jaemin seguían sin hablarse y Renjun no dejó de juntar sus piernas con las del omega por debajo de la mesa. El beta sentía que algo estaba mal, como si sus amigos les estuvieran ocultando algo importante.

La cena fue silenciosa y las pocas veces que los menores intentaron romper con el clima, Jeno los miró lo suficientemente mal con para que guardaran silencio otra vez.

—Jisung, Chenle ¿Pueden ir a sus habitaciones?—pidió Haechan luego de corroborar que los cachorros habían terminado de comer.

Los menores asistieron y se marcharon, no sin antes acercarse para que el omega les diera su besito en la mejilla.

—Hablen— ordenó Haechan, una vez que los cachorros se fueron.

Jeno apretó la mandíbula y Jaemin rodó los ojos. Renjun notó la marca que tenía Jeno en su cuello y comentó:

—Jeno tiene pareja y creo que no somos nosotros.

Los tres restantes aguardaron en silencio. No hubo llanto, ni gritos, Renjun les observaba con una sonrisa calma, como si hubiera sido conocedor de esa información todo ese tiempo.  Haechan no pudo evitar preguntarse si aquello era un efecto de la presentación, el más sensible de sus cachorros, hasta hace unas semanas, hubiera reaccionado mal, sintiéndose tan decepcionado como se mostraba Jaemin.

—Yo lo siento mucho Renjun— susurró Jeno.

—No hay nada de que disculparse, Jeno— respondió tomando su mano sobre la mesa— Creo que todos esperabamos que algo como esto sucediera, sería extraño que estemos juntos...

Jeno no respondió, Renjun miró a Jaemin.

—Nana... lo sabíamos, no puedes jugar a sentirte herido cuando sabíamos que era una opción.

Jaemin no respondió, pero sus ojos desbordaban en lágrimas. Renjun unió las manos de los tres, dándole una suave sonrisa a Haechan que los observaba con los brazos cruzados.

—Me hubiera gustado enterarme por él— confesó Nana bajito—. Creo que hubiera sido menos doloroso que encontrarlo casi en pleno acto ella ¿Y si hubiera sido Jisung, o Chenle,  quien los hubiera encontrado?

Jeno quiso responder, solo hacía falta ver la vena marcada en su cuello para saber que sus palabras solo le lastimarían más. Renjun le detuvo, sin aflojar su agarre.

—Le hubiéramos explicado que Jeno tiene otra pareja, igual que hicimos cuando Mark decidió irse o cuando Haechan tuvo su encuentro con Ong-hyungnim. Sabes que se no es tu problema, Nana.

Y Jaemin lloró, con rabia, secándose cada una de sus lágrimas con fuerza. Ninguno de los presentes en el comedor hizo amago de consolarlo y Jaemin lo agradeció. Esperaron en silencio hasta que del llanto quedaron solo jipidos.

—Incluso aunque el sexo parezca algo superficial, mi sueño era dar mi castidad a mi futura manada, mi camada—respondió cabizvajo— Creo que por eso sentí traición, en mi egoísmo creí que Jeno quería lo mismo, aún cuando nunca hablamos sobre ello. Jeno fue nuestro primer beso y nunca estuvo en nuestr... mis planes experimentar con otras personas.

Jeno le miró apenado, quizás Jaemin tenía razón y tendrían que haber hablado de su futuro.

—Sabes que decir, Nana.

—Lo siento mucho, Jeno— se disculpó, por primera vez en varios días volvían a mirarse a los ojos. Jeno quiso hablar, pero Jaemin le interrumpió—. Aún así, aunque te ame tanto como sabes, no puedo aceptar tu relación fuera de la camada.

—¿Qué quieres decir?

—Tienes muchas opciones en las que elegir, pero hasta que lo hagas, no quiero saber nada de ti, que no sea trabajo. Creo que me lo merezco— contestó con esa mirada a la que Jeno no podía decir que no.

RenJun suspiró, apartando la mirada de Jaemin, mirando a Jeno con la misma sonrisa calma.

—No somos quienes para pedirte que te alejes de tu pareja, pero Nana tiene un pequeño punto y hay que respetarlo. Yo seguiré apostando por nuestra relación, pero si no es sostenible, seré el primero en dejarte ir, cariño.

Jeno asistió, como cachorro regañado. Haechan los observó. La calma de RenJun podía palparse en el ambiente, tan suave y relajante como el persistente olor a avena que provenía de él. Haechan se preguntó si todos los betas serían capaces de hacer lo mismo. Pensó en Tail y la manera en que el beta mayor era el único que podía calmar grandes disturbios en la manada principal, pero hasta ese momento lo había atribuido solo a su posición como el mayor.

—Nana— llamó suave Jeno, tomando su otra mano—, lo siento mucho.

El corazón de Haechan se había roto demasiadas veces como para entender la mirada que surcó los ojos del cachorro más pequeño. Jaemin amagó media sonrisa y se levantó de su asiento. Observó al omega, a RenJun y finalmente a Jeno. Soltó su mano despacio y luego se inclinó lo suficiente como para dejar un beso en su mejilla.

—Buenas noches— murmuró antes de irse a la habitación de los menores.

Haechan suspiró, observado  el rostro contrariado de Jeno. Con movimientos suaves, se alejó de ellos y caminó detrás de Jaemin.

Fullsun's Pack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora