Fullsun's Pack.

# 1

Haechan fue un omega precoz, recuerda presentarse antes de los diecisiete años, justo luego de debutar como ídolo, aún cuando la edad promedio superaba los dieciocho. Su médico le había comunicado que aquello era producto de su propia genética y grandes cargas de estrés que solo desencadenaron la presentación como omega unos años antes.

Recuerda que Taeyong, el alfa designado, lo cuidó como si fuera parte de su manada. Sin embargo, aún cuando formó vínculos con Johnny y Taeil, no le invitó formalmente a su manada por ser aún muy joven.

Los celos de Haechan era dolorosos y solo se le permitió ingerir supresores cuando Mark se presentó como alfa. Hasta ese momento, el plan Dream había sido una excusa para mantenerlo lejos de lobos desarrollados y rodeados de cachorros.

Haechan fue el encargado de cumplir una función materna en Chenle y Jisung, quienes, recién llegados al dormitorio, solían llorar por extrañar a sus madres. Había hecho un buen trabajo o eso creía.

—¿Hyung? — Haechan observó a Jisung en el marco de la puerta— ¿Se encuentra bien?

En algún momento el tiempo había pasado y el niño que se arropaba en su cama creció demasiado bien, convirtiéndose en un caballero de primera.

—Claro que si— respondió suave, aspirando el aroma a sandía que Mark había dejado antes de partir— Sólo tuve esperanzas de que Mark se quedara con nosotros, como la familia que decía que éramos.

Jisung se sentó a su lado, haciendo su gran cuerpo una pequeña bola para acurrucarse sobre él.

— Si el día que yo me presente, decido quedarme con los niños y no con usted ¿cómo se sentiría? — cuestionó bajito, sintiendo los largos dedos de Haechan acariciando su cabello.

—Nunca pensé en eso— confesó con pena. Desde hacía tres años que se hacía cargo de los niños y casi no podía imaginarse sin ellos.

—Yo creo se sentiría dolorido, porque usted es para mí lo que Taeyong-hyung es para Mark-hyung— Jisung le miró con sus ojos entrecerrados por una pequeña sonrisa—. No puedo poner palabras, pero creo que esto es ser parte de una manada.

—Pollito— llamó con cariño—, los amo demasiado.