Fullsun's Pack.

#13

—Deberías hablar con Jaemin— comentó Haechan la mañana siguiente.

Manager logró cancelar la agenda que ese día tenían la camada del 2000. Renjun no quiso salir de entre los brazos de Jaemin y el menor no queria salir de su cama.

Jeno le miró incrédulo, tomando una manzana limpia del frutero.

—No puedo creer que te pongas de su lado ¡eres un omega! Tu mejor que nadie tendría que entender mi deseo por estar con otras personas y...— Haechan le cortó con una mirada.

—Nunca fui un cachorro con deseos sexuales. Me presenté demasiado joven para imaginar sexo sin dolor o sin un calor abrumador. Así que no, no te entiendo y, en cualquier caso, Jaemin también es tu compañero grupo, tu colega de trabajo. Si sus relaciones intervienen en el trabajo, creeme que las quejas vendrán a mi, el omega deficiente que solo debía cuidar a la camada.

—Pero ella realmente me gusta— confesó Jeno, aún a la defensiva.

Haechan se hizo pequeño en su lugar, porque sí, quizás como Jaemin, la idea de la camada conformando una manada más grandes, con personas ajenas, le incomodaba, al punto de casi asquearlo.

—Entonces tienes la opción de elegirla, yo puedo cuidar a Jaemin y Renjun por mi cuenta.

—Pero eres solo un omega.

—Quizás, Ong sea buen alfa— contestó con tono burlón, sin ánimos de entrar a en una discusión sobre la manera despectiva en la que su cachorro llamó a su segundo género.

Preparó una taza de café extra cargado para Jaemin y la puso en una bandeja con un par de snacks. Allí mismo, colocó un vaso de jugo de narnaja y otra botella de agua.

—¿No comerás?

—Decidí hacer un poco de dieta, hasta que vuelva a promocionar. No puedo darme el lujo de engordar en estos meses.

—Haechannie.

—¿Si?

—Ella te gustaría si le dieras una oportunidad.

Haechan siguió su camino y solo cuando estaba por abrir la puerta de la habitación, Jeno volvió a llamarlo, más suave, casi como un ruego.

—¿Crees que me perdone?— preguntó con aquella mirada con la que, de más pequeño, había conseguido salir de grandes problemas.

—No lo sé— contestó, acompañado con un movimiento de hombros—, pero si te es de consuelo, estaré allí para cuidarlo en caso de que le rompas el corazón.