#20

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Haechan dejó la habitación sintiendo sus piernas pesadas, el ritmo de los latidos de su corazón retumbaban en sus oídos. Una vez que consoló a Renjun y le pidió unos minutos, sus propias lágrimas le ahogaron. Sus niños le necesitaban y él estaba lejos, sus niños estaban sufriendo y él no podía hacer nada. Él tenía que volver, tenía que ir Corea, debía estar en casa, controlando la fiebre de sus cachorros, viendo las reacciones de sus cuerpos, calmandolos con sus feromonas.

Tocó la puerta de Taeyong, fuerte y varias veces. El alfa abrió la puerta con una expresión asustada que jamás había visto en él. Tomó de su brazo y sin permiso le encerró en el baño.

—Debes calmarte— ordenó, pero Haechan no podía.

¿Cómo podría hacerlo cuando sus cachorros estaban solos? Recordó el cuerpo de Renjun temblar a causa del agonizante dolor, recordó como le llamaba entre delirios.

—Yo necesito ir a casa, hyung. Ellos me necesitaban en casa.

—No, no lo hacen— intentó convencerlo. Tomó entre sus manos en rostro del omega, Haechan las sintió frias y temblorosas—Ellos te necesitan aqui, omega, ellos te necesitan aqui, trabajando, Injunnie les protegerá, él es tu beta.

Haechan lloraba, no entendía porque el alfa no dejaba que fuera con sus cachorros, él necesitaba verlos, comprobar con sus propios ojos que estuvieran bien.

—Necesito irme, necesito irme, por favor— rogó.

Taeyong le abrazó con fuerza y liberó sus propias feromonas intentando calmarlo. Mañana tendría problemas con su manada por marcar una persona ajena, pero ya tendría tiempo de explicarlo.

Haechan intentó soltarse, el olor del alfa se sentía demasiado fuerte, atractivo, pero incorrecto. Él no queria eso, él solo quería el aroma a cachorro y a avena del departamento, él quería a sus cachorros.

Luego casi una hora, seguro que ya no gritaría, Taeyong le soltó, dejando unidas solo sus manos. Lágrimas siguieron cayendo de los ojos de omega, pero pudo calmar los gritos desgarradores que salían de él.

—Yo solo quiero ir a casa— repitió en un suspiro cansado.

—No puedes volver, no ahora. Piensa, Haechannie, ¿Cómo crees que van a reaccionar los accionistas de la SM cuando sepan que uno de los omegas más talentosos de NCT quiere volver a Corea porque no puede estar lejos de la camada? ¿Cuáles crees que serán las repercusiones que caerán sobre ellos? Se transformarían en obstáculos, en pérdidas de ganancias. La empresa podría separalos y nunca volverías a saber de ellos— un gemido lastimero salió del fondo de la garganta del omega, si allí estuviera alguno de sus compañeros aquello hubiera sido suficiente para que fueran a buscarlo.

Nunca había visto tanta sinceridad y miedo en los ojos de alguien hasta que Taeyong le pidió, por favor, que mantuviera la calma, que no llamara la atención, que no pidiera volver a casa. Se abrazó al alfa, sintiendo a su omega temblar de la importencia, pero Haechan no podía dejarlos, no aún.

—Necesitas confiar en ellos, Haechannie, esa de la base de una manada real.

Abrieron la puerta del baño, la pared de la habitación se veía iluminada, ni el blackout podía impedir el paso de los primeros rayos de sol. Jungwoo y Mark les esperaban sentados en piso, apoyados en la pared que daba al baño. Los brazos de Mark mostraban largos y delgados razguñores y sus ojos se notaban hinchados.

—Tu aroma era muy fuerte, Fullsun— respondió el alfa menor a la pregunta que la mirada del omega había dejado implícita.

—Debes llamar a Injunnie, recordarle que todo estará bien, sólo debes guiarlos a la distancia.

Haechan salió de la habitación, pudiendo ver por el rabillo de sus ojos como ambos alfas asaltaban a Taeyong, comenzando a borrar los rastros que su olor a omega había dejado en él.

Tomó su celular y marcó a Renjun. El beta tardó solo un par de pitidos en respoder, aún así no habló, Haechan podía sentir el ruido de su respiración errante, posiblemente estuviera llorando del miedo.

—Pide ayuda a Chenle y a Jisung, uno que prepare paños fríos, el otro que busque ropa comoda y holgada, tú debes armar un nido provisional. Cierren las puertas del departamento, yo avisaré a mánager de lo que está sucediendo— habló bajo, calmo y seguro—. Cuando tengan todo listo, tomen a Jaemin y a Jeno, despojenlos de sus ropas y laven sus cuerpos con ayuda de los paños. Sentirán que los paños arden con el pasar de los segundos, es normal, su cuerpo rechaza cualquier tipo de transformación, luego coloquenles las ropas más holgadas que encuentren, liberaran tanto calor que terminan por sentir frío, cuiden de que no se resfrien. Será doloroso y tendrán que estar preparados para verlos sufrir y retorcerse, pero es el mayor acto de amor que podrán hacer por ellos. Yo estaré aquí, para ustedes, solo deben confiar. Yo confío en ustedes, cachorros.

Haechan pudo escuchar como Renjun sollozaba suavemente:

—Tengo mucho miedo, omega—confesó— ¿Y si Jeno o Jaemin no pueden soportar estar sin presencia? Tú eres quien nos une, eres lo único que nos sigue manteniendo juntos.

—Yo también tengo miedo y me siento culpable por no estar allí para abrazarte. Pero si de algo estoy seguro es de que eres un beta autosuficiente y capaz de ayudar a nuestros cachorros. Eso es lo que una manada hace, Injunnie. Yo estaré siempre acompañandolos, aún cuando no puedan verme.

—Te amo.

—Yo también los amo.

Fullsun's Pack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora