Fullsun's Pack.

#10

Mark fue quien pactó su cita con su crush, Ong Seongwoo, miembro de Wanna One. No le pidió detalles sobre que le había llevado a experimentar fuera de la manada, pero no era quien para limitar la sexualidad de su compañero. No después de ser él quien había roto su corazón por primera vez y ahora tenía que verlo en todos los ensayos de 127.

Seongwoo era un alfa cariñoso, cálido y amable. Hablaron durante toda la cena, sobre sus familias, hobbies y sus carreras. Ong se sorprendió al enterarse su edad, pero eso no impidió que indagara un poco más sobre como había sobrellevado el presentarse tan joven. Su aroma era suave, como a ropa secada al sol, y su voz mantuvo serena y baja.

Haechan fue con todas las intenciones de darle una oportunidad. El alfa era hermoso, talentoso e inteligente, le hacía sentir lindo y especial, mientras le hablaba con su mirada fija en sus ojos. Sin embargo, aquella situación se sentía incorrecta: las manos de Ong se sentían grandes y callosas, a diferencia de las Renjun, y si bien su sonrisa era un espectáculo digno de ver, no podía comprarse con la forma en que Jaemin le sonreía al despertar, con sus cabellos despeinados y lagañas colgadas de sus pestañas.

—¿Estás bien?— cuestionó al notar que Haechan había dejado su copa de vino a mitad de camino.

Haechan miró el reloj: 11:40 p.m.  Negó suavemente, reflejandose en los ojos oscuros y, bebiendo en sorbo de su bebida, respondió:

—Estaba pensando que mañana por la mañana tengo práctica.

—¿Quieres que te lleve a tu dormitorio?— cuestionó limpiandose sus labios con una servilleta.

—No— respondió sin pensarlo—, tú también bebiste vino, hyung. No sería responsable de mi parte pedirte eso. Puedo llamar a mánager y pedirle que venga a buscarme...

Sus miradas se cruzaron, Haechan no perdió de vista la manera en que Seongwoo mordió su labio inferior. Su estómago se revolvió ¿Hace cuanto que no tenía sexo? Entre la ida Mark, el duelo de su omega, el comeback y su lesión, quizás hubieran pasado seis meses.

—O podrías quedarte a dormir aquí— propuso tocando sus muslos por debajo de mesa—, te alcanzaría a la empresa mañana, antes de ir a mi ensayo.

Haechan escribió un mensaje rápido, antes de levantarse de su lugar y sentarse sobre la cadera de Ong.

—Sería aburrido que solo me quedara a dormir ¿Verdad, hyung?—susurró sobre su cuello, sintiendo como las manos de su Seongwoo se ajustaban a sus muslos.

—¿Estás seguro de que mañana no te arrepentiras de esto?— cuestionó en un jadeo, mientras el mismo omega jugaba con su lóbulo.

Haechan no respondió, limitándose a alejarse lo suficiente como para besarlo.

El sexo con Seongwoo no se comparaba para nada con sus relaciones con Mark. El mayor tenía la experiencia suficiente como para hacer que sus piernas flaquearan en los juegos previos. Era sensual y se alejaba de las primeras experiencias con Mark. Las manos de Ong no temblaban al tocar su cuerpo, ni al abrir el condón, y sus dedos chapoteaban seguros entre sus fluidos, masajeando su próstata de manera insistente.

Su miembro era digno de un alfa y le estiró hasta que punto que sintió que se partiría. Ong gemia bajo, a diferencia de Mark que era el más vocal entre los dos en sus encuentros. Le gemía cuán hermoso era, como su cuerpo era una obra de arte o la manera en cual su culo estaba hecho para sus manos, grandes y callosas, de alfa. Haechan quería silencio, porque aún después de su segundo orgasmo, no podía evitar pensar que sus cachorros le llamaban igual: hermoso, bonito, omega.

Ong anudó dentro de él, descargando su cimiente una y otra vez dentro del látex, y le abrazó por la espalda. Haechan pensó en los brazos de Jeno y la manera que su cuerpo, varios centímetros más pequeño que Seongwoo, se sentía más correcto a su lado. La cama se sentía grande, porque no tenía en sus brazos alguno de sus bebés, ni se escuchaban las charlas sin sentido de Jaemin y Renjun, quieres preferían los bordes para ir más rápido al baño.

—Eres hermoso, Hyuck— susurro el alfa a su espalda, dejando un beso en el lugar que algún día sería marcado por sus compañeros.

Se sentía mal, con su estómago revuelto, y prefirió dormir.

Al otro día, el alfa le despertó con beso en los labios y una sonrisa que podría opacar mil soles, aún así, no era tan bella como la sonrisa de Jaemin. Le ayudó a higienizarse, con cuidado y toques suaves. Al finalizar, masajeó con cuidado su pierna con una pomada que él utilizaba en sus propias lesiones.

Haechan miró la hora en el reloj: 8 a.m. Bebió el último sorbo de su café, observando al alfa, vestido para la práctica, con sus piernas cruzadas.

—¿Sucede algo?— cuestionó sin dejar de que observarlo con ternura.

—Tengo que irme— respondió con una mueca en su rostro.

Ong asistió, esperando que el omega terminara su desayuno y tomara sus cosas. Tomó su mano, entrelazando sus dedos, y le guió al auto.

—Eres un omega perfecto— susurró Ong prendiendo su cinturón de seguridad—. Si algún día quieres intentarlo, estaré esperando por ti.

—Hyung, yo...

—Lo sé, Haechannie— cortó con una mirada suave—.Puedo sentirlo, espero que esa persona que robó tu corazón sepa valorarlo.

El omega sonrió, decepcionado de no poder aceptar a Ong como su compañero.

El alfa le llevó hasta su compañia y luego le observó hasta que entró al edificio. Haechan se despidió de él con un movimiento de mano y se dirigió a su ensayo vocal.

Jeno arrugó su nariz cuando le vió entrar. Haechan se sintió incómodo, aún utilizando protección, posiblemente estuviera impregnado en el olor al alfa. Renjun y Jaemin le miraron feo, tomándose de las mano de Jeno, se fueron a la otra punta de la habitación.

—¿Qué sucede?— preguntó tomando asiento, masajeando su pierna.

Chenle y Jisung guardaron una distancia prudente y, desde allí, el menor respondió:

—Huele a alfa, omega. Jeno-hyung, Jaemin-hyung y RenJun-hyung estuvieron preocupados por usted, ya que no volvió a casa anoche— explicó despacio.

—Además, Jeno-hyung le esperó despierto...— guardó silencio mientras en entrenador de voz entraba a la sala— pero omega nunca llegó— finalizó en un susurro.