Las manos de Haechan comenzaron a sudar incluso antes de bajar del avión. Su corazon latía fuerte, tanto que sus latidos resonaban en su cabeza. Su estómago se sentía pesado, como si algo se estuviera retorciendo. Tomó la mano de su mánager y se dejó guiar hasta el dormitorio de la camada.
—Posiblemente estén algo exaltados— le recordó el adulto a cargo—, tómalo con calma.
Haechan asistió y esperó a que su mánager se alejara lo suficiente como para no alterar a sus cachorros. Puso la clave de acceso y escuchó la puerta abrirse. Tomó una gran bocanada de aire y se adentró al dormitorio.
Sus ojos se cerraron casi querer. Hogar, pensó. En el aire estaba presente el aroma a bebé y a avena, tal y como antes de que él se fuera. Sin embargo, leves notas a fresas y a almendras tostadas le saludaban tímidas.
Abrió los ojos, sus cachorros le esperaban expectantes. Renjun dio el primer paso y le abrazó con fuerza. El beta dejó caer todas las barreras que había tenido que construir y lloró frente al resto de los miembros.
—Hiciste un buen trabajo— recordó Haechan, besando su cuello, abrazando su cuerpo con ternura.
Dirigió su vista al resto, Chenle y Jisung les observaban, tomados de la mano; Jaemin tenía la misma mirada juguetona de antes, mientras que Jeno le miraba algo inseguro.
Se mantuvo con Renjun, susurrando palabras lindas, dejando besitos en su frente y acariciando su espalda, hasta que el beta se separó y le sonrió.
—Te extrañé mucho, omega— saludó.
Haechan le sonrió, acariciando su cabello una última vez. El beta se colocó del lado contrario a la camada. Haechan se giró hacía ellos, quienes aún permanecían en silencio.
—¿Estoy de vuelta?— susurró abriendo sus brazos en dirección a sus compañeros.
Los cachorros corrieron a él, Jisung escondió su nariz en su cuello, aspirando fuerte su aroma. Haechan pudo sentir una de sus grandes manos aferrarse a la espalda de su suéter. Del otro lado, Chenle, apoyó su frente en su cuello y que quedó allí quieto, en silencio, disfrutado del abrazo. Haechan besó sus frentes con cariño y luego de unos minutos se separó de ellos. Los cachorros unieron sus manos y se pararon a un lado de Renjun.
Jaemin sonrió, pero guardó distancia. Jeno bajó la mirada y jugó con sus propios dedos. Haechan se acercó a ellos con cuidado. Acarició sus rostros suavemente y se tomó unos segundos para familiarse con sus nuevos aromas. Jaemin tenía aroma a fresas maduras, Jeno era quien tenía el aroma a almendras tostadas, un aroma más tenue pero con algunas notas amargas.
— Lo siento mucho, niños, no pude estar cuando más necesitaron de mi—susurró Haechan.
Jeno sonrió, escondiendo las lágrimas que se acumulaban a sus ojos. Jaemin hizo que sus manos se unieran. Jeno le miró confundido, sin querer una lágrima cayó de sus ojos y Jaemin la limpió con cuidado. Haechan vió la madurez en sus rasgos de adolescente, algo de Jaemin había despertado, algo que siempre había estado escondido en él.
—Lo único que puedo recordar es frío, podía escuchar a RenJun hablarnos, pero lo único que necesitaba era que todos estuviéramos juntos— respondió Jeno con su mirada en el suelo—. Sin embargo, tuvo que haber una buena razón para que no pudieras venir, puedo sentirlo, Haechannie, en la manera que nos tocas, en tu aroma.
—Las cosas son más complicadas de que lo pensé— confesó el omega—, y su no cuido nuestros pasos, no sé que puede pasar con nosotros. Pensé que tendría protegerlos de todos, pero estd viaje me ayudó a comprender que no es así. En una manada todos cumplen una función para cuidar lo más importante: el amor al vínculo. Cuando me disculpo no es solo por no poder estar con ustedes, sino porque no tenía fe en que podrían superarlo solos. Quizás si hubiera durado unos días más, hubiera olvidado mi carrera y hubiera venido a protegerlos. Sin embargo, me han demostrado que ya no son los niñitos llorones que me encargaron hace unos años.
Por primera vez en mucho tiempo escuchó la risa de Jaemin, reía a carcajadas, de manera hermosa, pero sus ojos lloraban, y poco a poco esa risa desapareció, reemplazada por sollozos. Aún así sonreía.
Haechan le abrazó con fuerza, llevando consigo el cuerpo de Jeno. Pronto, Renjun, Chenle y Jisung les rodearon. Haechan cerró sus ojos, sintiendo la seguridad que le había sido arrebatada en el viaje. Jaemin seguía llorando entre sus brazos, Haechan se preguntó cuán abrumado estaría por todo aquello.
Luego de un rato, todos se sentaron en sala. Haechan se arrodilló entre Jeno y Jaemin, tocando con cariño sus ojos hinchados:
— No puedo prometerles que estaremos juntos para siempre, pero si solo depende de mi deseo egoísta, así será— Jaemin tomó su mano entre las suyas y se dejó acurrucar.
—Lo siento mucho, Haechannie— susurró, con sus ojos brillantes nuevamente.
Haechan le miró confundido:—¿Qué es lo que sientes, Nana?
Jaemin apretó sus labios y apartó su mirada. En ese momento Haechan volteó a ver al resto de los miembros. Ninguno le miraba. Sintió una sensación nauseabunda subir por su garganta.
—¿Nana?—preguntó sin poder esconder el miedo que comenzó a invadirlo.
—Hemos decidido que lo mejor será separarnos— confesó Jeno, Haechan pudo oír como si algo dentro de él se desgarrara. Jeno estaba al borde de las lágrimas, Haechan sentía que iba a colapsar.
Renjun apoyó una de sus manos sobre sus hombros:—Lo siento mucho, omega.
—¿Tú también?— su voz era suave, serena, como si no sintiera que todo el aire se escapaba de sus pulmones— Se los prometí, no interferiré en ninguna de sus decisiones ¿pero puedo saber por qué?
—Nos graduaremos este año— respondió el beta con simpleza—. Tu ausencia hizo que pensaramos en lo simple que podría ser nuestra relación sin un omega de por medio. Puedo calmar a dos alfas, pero nada asegura que lo pueda hacer si hay un omega de por medio.
Haechan asistió en silencio, soltandose con cariño del agarre de Jaemin.
—Les deseo lo mejor— susurró sonriendo, su omega se sentía triste, rechazado.
Intentando pensar en otra cosa además del peso que se acumulaba en en su pecho, Haechan se levantó del suelo, tomó la maleta que había quedado en la puerta y se dirigió a su habitación.
—¿Estás bien?—preguntó Chenle, aún junto a Jisung.
Haechan solo pudo pensar en lo lindo que se veían juntos. Haechan asistió, abriendo la puerta. Todos le miraban expectantes.
—Una de las condiciones de la camada es que no puedo interferir en sus decisiones— respondió—. No lo hice con Mark, no lo haré con ustedes. Ustedes tienen derecho a elegir con quien vivir y con quien no. Estar juntos era una opción entre muchas más.
—Haechan...—llamó bajito Renjun.
Haechan le detuvo con un gesto de mano:— Los amo, niños, y espero que si tan solo me aprecian un poco, sepan darme un poco de lugar. Lo único que me motivaba a estar allí era saber que iba a haber un hogar donde volver. Estaré bien, solo necesito tiempo para procesar todo esto.
La camada observó como la puerta se cerraba casi sin hacer ruido.
Nana aún lloraba en el sofá, Jeno entrelazó sus dedos.
—¿Cómo puede ser esta la respuesta correcta si duele tanto?—preguntó Jaemin entre sollozos.
Nadie en la sala puedo responderle.
Falta muy poquito para el final. Decidí que el último capítulo va a ser subido entre el 24 y el 25 de diciembre.
¡Muchas gracias por acompañarme!

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Fullsun's Pack.
FanficDonde Mark decide unirse a la manada principal y Haechan debe hacerse cargo de la camada Dream. Dream x Haechan. Mención Markhyuck.