Capítulo XXIV

446 45 71
                                    

Dios que molesto es el sol, intento cubrir mi rostro con la almohada de la Luz que entra a través de la ventana, y cuando me muevo noto que la cama está vacía, me aferro a la sábana que cubre mi cuerpo desnudo.

Me siento en la cama y miro a mi alrededor, de repente siento un poco de pánico al encontrarme aquí sola ¿No se atrevió a dejarme sola verdad? ¿O si? Me pregunto a mi misma y me exalto al escuchar que alguien golpea la puerta.

— ¡VOOY! — me alivia escuchar la voz de Thomas y lo veo salir del baño, una toalla ajustada a su cadera dejando ver su abdomen bien marcado, su cabello húmedo le da un aspecto tan fresco, me encantaría tener esta vista todas mis mañanas.

— Oh.. Buenos días preciosa.. — dice sonriendo acomodando su pelo y se dirige hacia la puerta.

— Buenos días.. — digo bajito con una sonrisa estupida y embobadamente tonta debido a la exquisitez de la hermosa vista que estoy teniendo en este momento.

De repente los recuerdos de la madrugada vienen a mi mente, pensando en esos labios y esas manos recorriéndome centímetro a centímetro, siento mis mejillas acaloradas, desvío la mirada.

Mi vista está clavada en la ventana como si la estuviera observando, pero en realidad estoy sumida en ese hermoso recuerdo, que quedará impreso en mi memoria, por el resto de mis días.

— Jamás voy a alejarme de ti.. eres mía y yo soy tuyo..

Sus palabras grabadas en mi mente flotando en una pequeña nube, creo que cuando decidimos entregarnos a una persona por completo una parte de nosotros se queda con esa persona, un fragmento de nuestra alma se adhiere a esa persona, todos estos sentimientos vienen de repente y arrasan con todo lo qué hay dentro mío, este hombre me puede y la sensación de esta oleada de emociones me encanta. Sentirme viva me encanta.

— He pedido que nos trajeran el desayuno.. — dice acercándose y se sienta en la cama.
Me acomodo y recojo mis piernas para que él pueda sentarse en frente mío y poner la bandeja en medio.

— Gracias Sr. trajes bonitos.. — digo entre risillas, Dios me estoy comportando como una idiota.

Él me mira divertido y yo bajo la mirada a la bandeja, que está repleta de frutas, tostadas, mermelada, café — es todo lo que necesito — y jugo natural.

Cuando él se sienta la toalla que está por su cintura casi se sale de él, y yo casi me atoro con la fresa que estaba comiendo.

— Tranquila.. come despacio.. ya sé que te dejé con apetito.. — dice con un tono engreído y una sonrisa traviesa. Y al instante la vergüenza se deja notar en mis mejillas pecosas.

— ¿Qué hay en ese bolso blanco? — pregunto tratando de desviar su atención para que olvide el tema.

— Oh.. lo había olvidado he pedido que me enviaran ropa de una boutique.. — dice, mientras se levanta para traerlo — es para ti.. — me pasa el bolso, ¿para mi? Había olvidado que no tenía nada que ponerme, solo mi ropa ensangrentada y eso me hace recordar que olvide al detective Jones, pensar en eso me revuelve el estómago, recordar la mirada de Colin y a mi madre agonizando me quieta el apetito, es hora de salir de esta burbuja, y por sobre todas las cosas está mi madre. Pienso para mi misma mientras bajo mi taza de café para colocarla sobre la bandeja.

— Gracias.. — digo mientras tomo la bolsa — no debiste molestarte.. — mi voz es tímida.

— Claro que si.. no puedo dejar que mi Novia ande como un zombi por el hotel.. asustando a todo el mundo.. — dice juguetón, y yo me atoro con mi saliva, es la segunda vez que casi me ahogo y a él parece gustarle demasiado ponerme en situaciones incómodas, desde que lo conozco ha hecho eso.

ANNE©[✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora