Capítulo 17: Ángel.

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-Narra Blondegals-

Daira soltó un suspiro lleno de frustración al escuchar que más de cien humanos habían sido convertidos en Aquia, los monstruos a los que las brujas estaban destinadas a convertirse una vez su corazón caiga en la desesperación.

—¿De verdad no hay ni una sola pista de quien pudo hacerlo? —preguntó Daira con la esperanza de que el primer ministro responda con una afirmación, pero este solamente negó —En ese caso sigan investigando y no dejen que ningún Aquia ataque a cualquier ser humano —ordenó con autoridad.

—Como ordene su majestad —y dicho eso se retiró de la habitación dejando a Daira totalmente sola.

—Cuando todo ya iba tan bien —susurró la emperatriz levantando la cabeza para observar por el gran traga luz de su oficina las nubes grises que cubrían todo el cielo del βρόχο, indicando claramente que muy pronto llovería. Pero tuvo que pasar su vista a la puerta cuando escucho unos suaves toques en esta —Adelante —pidió de forma amable.

—Su majestad, el rey Karlheinz vino aquí para tener una charla con usted —le aviso Ryo, su mayordomo.

—Déjalo entrar —ordenó sin más entrelazando su dedos, a los pocos minutos el gran rey de los vampiros entro por la puerta con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Es un gusto poder volver a verte Daira —saludó de forma simple tomando asiento frente al escritorio de la nombrada—Supongo que sabes a lo que vengo —afirmó Karlheinz con una pequeña sonrisa en sus labios.

—Por un sueño —

—En el que todos nosotros, moribundos en el suelo, apreciábamos como un ángel de grandes alas blancas y una lanza entre sus manos se giraba en dirección a nosotros para vernos

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—En el que todos nosotros, moribundos en el suelo, apreciábamos como un ángel de grandes alas blancas y una lanza entre sus manos se giraba en dirección a nosotros para vernos. Luego se lanzó a un abismo siendo consumida por las tinieblas, pero a los pocos segundos un rayo de luz que salió de allí disipando la oscuridad y en ese momento despertarnos —narraron ambos al mismo tiempo sin dejar de mirarse.

—¿Crees que ocurrirá pronto? —preguntó Karlheinz provocando que Daira se encogiera de hombros.

Mientras tanto, en el mundo de los humanos era veintiocho de diciembre, el último día del campeonato europeo. Por lo que no era sorpresa que todos los integrantes de la mansión Sakamaki y el grupito de patinadores de Roderick se encontrara en la pista de hielo para animar a Irina.

—Escúchame bien Irina, delizate por esa pista como un diamante y brilla con la misma fuerza de una estrella —le animo Roderick dándole un pañuelo la pelirroja, que no pudo evitar sonreír.

—¿Desde cuándo sabes decir cosas tan bonitas? —preguntó Irina riendo un poco antes de sacudirse la nariz.

—Estuve practicando en el hotel. ¿A qué me salió genial? (͡° ͜ʖ ͡°) —preguntó con orgulloso sacándole una gran carcajada a Irina.

Una chiflada en la mansión.(Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora