Una chica de apariencia angelical llega a la mansión y con tan solo poner un pie en ella,ya pone la vida de todos sus residentes patas arriba.
Sigue la historia de Irina Romanov viviendo en la mansión Sakamaki mientras trata de llevar una vida norma...
Las puertas del comedor fueron abiertas de par en par llamando la atención de todos en el lugar, gracias a esto se dieron cuenta que Shu e Irina habían llegado para desayunar. Esto provoco que una persona en específico se tensara bastante, esa persona era Reiji, que no tardo en tensarse más al notar como la pelirroja posaba su mirada sobre él.
Todos se dieron cuenta rápidamente de las múltiples heridas que tenía Irina por el cuerpo a medida que ella caminaba al lado de cada uno de los presentes en el comedor, después de todo tenía unos cuantos asuntos que arreglar con el gafotas de la casa y no le importaba quien o no esté presente.
De repente solo se pudo escuchar el sonido de algo ser golpeado con mucha fuerza segundos antes de que Reiji caiga al suelo retorciéndose del dolor: Irina le había quitado cualquier posibilidad de tener hijos :v
—¡Esto es por golpearme! —vocifero con el ceño fruncido antes de darle una patada en la espalda sacando todo el aire de sus pulmones —¡Y eso por echarle algo a mi té! —vocifero nuevamente antes de dirigirse a su asiento delante de Subaru, quien al igual que todos miraban sorprendidos y algo asustados a Reiji.
—Star-chan...¿Qué diablos? —preguntó Laito anonadado por el escena.
—Anoche él fue un palomo y hoy me la cobre >:u —respondió Irina con el ceño fruncido luego de haber soltado un suspiro.
—Nee~ Teddy, Irina-chan da bastante miedo —susurró Kanato apretando a su oso.
—Como sea —soltó Irina cuando Reiji por fin pudo levantarse —¡Ya estamos a manos Reiji! —afirmó Irina guiñándole un ojo al nombrado.
Reiji estaba bastante confundido, esperaba que la muchacha se traumara o no le hablara nunca más, sin embargo, ocurrió algo impensable. Irina realmente era una persona bastante transparente en cuanto a sus sentimientos y en aquellas palabras dichas por la muchacha solamente se encontraba la verdad, pero a pesar de ello Reiji no podía entender que pasaba por la cabeza de la chica.
—Supongo que...Esta bien —respondió Reiji con notable confusión sentándose en la mesa.
El desayuno trascurrió con normalidad entre burlas hacia Reiji y halagos para Irina, quien no dejaba de reír al recordar el momento en que privo al pelinegro. En realidad, no lo tenía planeado desde la noche anterior o algo por el estilo, solo entro y le salió bien natural.
Cuando todos terminaron de desayunar se dedicaron a recoger la mesa y llevar los platos a la cocina para que Irina, Yui y Reiji fregaran los platos. Al finalizar, Irina se dirigió al salón de juegos en donde era esperada por Shu.
—Tardaste mucho —habló Shu al sentir la presencia de Irina en el lugar.
—Loco, pero tu tiene' una definición psicópata de "mucho" :u —contestó Irina arqueando una ceja acercándose a su novio, quien para su no sorpresa se encontraba recostado en el sillón —Fueron solo cinco minutos —recalcó Irina ya frente a Shu.
—Y eso para mí es demasiado —alegó Shu jalando a Irina del brazo para tumbarla sobre él.
—Eres todo un caso —susurró la muchacha soltando un suspiro —Por cierto, tengo que preguntarte algo —aviso sentándose en el regazo de Shu.
—¿Qué cosa? —preguntó el rubio con los ojos cerrados.
—¿Por qué escuchas gemidos? —
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