Una chica de apariencia angelical llega a la mansión y con tan solo poner un pie en ella,ya pone la vida de todos sus residentes patas arriba.
Sigue la historia de Irina Romanov viviendo en la mansión Sakamaki mientras trata de llevar una vida norma...
—A trabajar Bv —susurró Irina colocándose los lentes de sol que acaba de comprar.
—Eh, Irina. ¿No crees que ponerte lentes de sol dentro del mall es algo extraño? —preguntó Yui mirando a la pelirroja algo incomoda por las múltiples miradas de confusión y disgusto que les lanzaba la gente.
—Más de lo que te puedes imaginar :u —admitió Irina entrelazando su brazo con el de Yui para empezar a caminar —Pero gracias al hechizo que utilice antes de salir de la limusina nos vemos totalmente diferentes para los demás, así que podemos hacer tantas pendejadas como queramos ;v —explicó la muchacha sacando un pequeño espejo de su mochila para enseñarle su reflejo a Yui, quien impresionada vio a una chica castaña y ojos negros bastante hermosa.
—Wow, tus poderes son realmente impresionantes —alagó Yui con una pequeña sonrisa —Por cierto, muchas gracias por la ropa —gratifico la rubia sin quitar su sonrisa.
—No es nada. De todos modos. ¿Qué sería una misión de espionaje sin una ropa adecuada? —preguntó la patinadora separando sus brazos para dar un par de vueltas por delante de su amiga. Yui tenía que admitirlo, Irina tenía un gran sentido de la moda que le brotaba hasta por sus poros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Oye Irina-chan, por allí va Subaru-kun —le aviso Yui a la pelirroja apuntado hacia una tienda en la que el albino había entrado.
—Oh por Dios... —susurró Irina mirando hacia la tienda...O eso era lo que pensaba Yui —¡Hay rebajas en la tienda de accesorios! *-* — se fijó Irina con los ojos brillosos olvidándose por completo la razón por la que estaba en el mall, posteriormente a eso se puso en marcha hacia dicha tienda dejando estupefacta a Yui.
—E-¡Espera Irina-chan!—la llamó Yui cuando por fin reacciono. Había olvidado por completo que su querida amiga era una loca de las ofertas.
Mientras las chicas de la mansión se encontraban comprando en aquella tienda, los hermanos Sakamaki se encontraban repartidos por todo el mall encontrando lo que para ellos sería el regalo perfecto para Irina. Aunque esto era algo complicado, no era imposible.
