Capítulo 22: En la mansión Tsukinami.

337 17 10
                                    



-Narra Irina Romanov-

—¿Acaso mi talento es siempre terminar en situaciones incomodas y poco favorables? :'v —me pregunté a mi misma antes de soltar un suspiro observando mi cuerpo: ¡Me había vuelto una niña!

Se los resumiré lo más rápido posible para que no se me aburran: Los lobos empezaron a atacarnos y cuando estaba a punto de contratacar sentí como me abrieron una cesaría en la cabeza de un pedra' provocando que cayera inconsciente. Cuando desperté nuevamente me encontraba en una celda, con la herida ya curada y siendo nuevamente una niña.

—Buenas noches —saludó un peliblanco entrando al calabozo —No tengo demasiado tiempo, así que te diré por qué estas aquí —habló colocándose justo frente a mí, pero claro, detrás de la reja —Desde la noche de hoy te convertirás en la encargada de fortalecer y duplicar a mi raza —explicó de forma seria a lo que yo le mire confundida.

—¿Y cómo se supone que yo haría eso? —pregunté cruzándome de brazos.

—Obviamente procreando un desentiende —contestó con normalidad dejándome totalmente desconcertada.

—Pero tu tienes que se' loco. ¿Tú te ta' oyendo? >:u —le pregunté levantándome del suelo — Primero tú vas a mi casa y hace tu desolden' como si fuera tuya, y ahora me saltas con que yo voy a tener hijo contigo para beneficio de tu raza —agregué caminando hacia a él bastante furiosa —Además, debo admitir que eres un cuero valiente al querer profanar una desconocida sin tener ni puta idea si tiene enfermedades venéreas o algo así...Aparte yo creo que también eres medio pedofilo :v —afirme parándome justo frente a él.

—Kisama. ¿Acaso no sabes con quien estás hablando? —

—¿Cómo quieres que lo sepa si tu entraste por esa puelta' na' ma' hablando diparate'?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Cómo quieres que lo sepa si tu entraste por esa puelta' na' ma' hablando diparate'? .-. —al decir eso él golpeo bruscamente la reja que nos separaba y apretó los barrotes con mucha fuerza, tanta que los volvió añicos. Esta acción me hizo dar unos cuantos pasos hacia atrás.

—Mi nombre es Carla Tsukinami, soy el Rey Vampiro perteneciente a la familia fundadora —se presentó entre dientes al mismo tiempo que la puerta del calabozo se abría —Sal de allí ahora mismo —ordenó sin quitar las manos de los barrotes, al parecer trataba de calmarse.

—De acuerdo —y sin más salí, unos segundos después el soltó los barrotes y me tomo de la mano delicadamente para empezar caminar por los amplios pasillos de una mansión.

Me fije en las paredes adornadas por un montón de pinturas de diferentes tipos, tamaños y artistas que venían de todas partes del mundo. Esto me era bastante fascinante y hasta nostálgico, ya que me recordaba cuando mi hermano me llevaba a ver algunas exhibiciones de arte para inspirarse con sus historias.

—¡Espera un segundo! —dije deteniéndome en seco —Es un Dionisio Blanco. ¿No es así? —le pregunté con una sonrisa a Carla observando una de las pinturas.

Una chiflada en la mansión.(Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora