Capítulo 27: La sangre corriendo.

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-Narra Blondegals-

Irina abrió los ojos de par en par y dibujo una gran sonrisa en sus labios, tan pronto como se puso de pie se dirigió al baño para arreglarse. Ese día se encargaría de que todos regresen a su realidad, no sería fácil, eso lo tenía más que claro, pero tenía que hacerlo.

Al terminar de arreglarse tomo un cepillo, salió de su habitación y encamino sus pasos en dirección a la habitación de cierta rubia de ojos rosas. Al estar frente a la puerta del cuarto de esta soltó un largo suspiro, miro con determinación hacia adelante antes de tocar tres veces.

—¡Oh, Irina-chan! ¿Qué se te ofrece? —preguntó Yui con una sonrisa radiante en sus labios luego de haber abierto la puerta.

¿Podrías peinarme? —y con esa simple acción Irina logro que Yui recordara al terminar de peinarla.

Oye Reiji. ¿Podemos tomar el té?

¡Ruki!¡Juguemos ajedrez!

¡Ayato, te reto a un juego de basquetbol!

¡Kanato, tengamos una fiesta de té!

Shin. ¿Por qué no tenemos una carrera?

Subaru. ¿Podemos dar un paseo por el jardín?

Laito. ¡Tengamos conversaciones indebidas! 7u7

Kou. ¡Vamo' a tira paso! :v

Azuza. ¡Deja de cortarte! :'c

Carla. ¿Tienes sed?

Clover, encontré un lugar bastante interesante. ¿Te gustaría venir conmigo?

Al lograr que Clover recuperara la memoria todos perdieron el conocimiento y rápidamente volvieron a abrir los ojos. Al recomponerse todos miraron a su alrededor, notando que se encontraban acostados en el suelo dentro de una habitación que parecía la mismísima galaxia.

—¿Qué es este lugar? —se preguntó Irina levantándose del suelo al igual que los demás.

—Mi habitación de juegos —contestó una voz detrás de los chicos provocando que se volteen. Ahí detrás se encontraban un hombre de apariencia joven de pelo negro un poco largo y unos profundos ojos morados.

—¿Y quién eres tú? —preguntó Laito mirando al hombre con desconfianza.

—Mi nombre es Sócrates y soy quien ha estado controlando sus vidas por cuatro años —se presentó el pelinegro con una sonrisa de burla en sus labios —Pero al parecer mi diversión llego hasta aquí —dijo soltando un suspiro.

—¿De qué estás hablando? —preguntó Irina entre dientes. Realmente le fastidiaba la forma de Sócrates al hablar y al actuar.

—Hace cuatro años atrás hice un contrato con Astrid Chzo. Mi trabajo era secuestrarlos a todos ustedes para que ella pudiera hacer lo que le plazca con este mundo, a cambio, yo podría hacer lo que quiera con ustedes —explicó cruzándose de brazos— Y gracias a ello he aprendido mucho —confesó con su típica sonrisa burlona en sus labios.

—¿Y qué era exactamente lo que hacías con nosotros? —preguntó Reiji de forma seria acomodándose los lentes.

—Según he escuchado ustedes e Irina tienen una gran relación, y quería saber a qué se debía eso. Después de todo, ustedes no son más que hormigas indefensas a su lado —explicó acercándose a la pelirroja —Por lo tanto, quería ver qué pasaba si intercambiabas lugares con ellos, pero luego de que murieras cien veces dejo de ser divertido —Irina soltó una carcajada observando con diversión a Sócrates.

Una chiflada en la mansión.(Diabolik Lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora