UN AMOR UNA AMISTAD Y MI RIVAL 2

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Terry comenzó a caminar despacio por la acera rumbo al instituto, donde en menos de una semana Albert se graduaría, a él le faltaba todavía un período y a Candy dos. Pero tenía la esperanza de que en cuanto se graduará le aceptarán en la academia militar. Las cosas habían cambiado mucho. Lo que no había cambiado era el sueño que había compartido con su amigo.

Albert había sido aceptado en el militar y concluido el examen y sólo esperaba el día para marcharse. Durante los últimos meses había estado practicando en una avioneta. El amigo de su padre que le enseñaba a pilotear, era muy bueno. Albert había invitado a Terry un par de veces y le ayudaba a estudiar para el examen por las noches.

—Terry, Terry —Escuchó la suave voz tras él.

Se detuvo y observó hacia atrás cómo Candy se acercaba aumentando el paso, con su sonrisa y sus enormes ojos verdes. Llevaba el cabello en dos coletas, con su melena rubia por encima del hombro. Vestía de blanco y llevaba su carpeta color verde agarrada con el brazo mientras con la otra mano sujetaba su mochila en la espalda. Se colocó al lado suyo y le miró sonriente.

—Buenos días. Terry miró hacia los lados y después la observó interrogante.

—¿Hoy no viene Anthony a buscarte? —pronunció desviando la mirada de ella y comenzando a caminar rumbo al instituto.

De todos los chicos que Candy conocía, tenía que haber elegido a Anthony como novio. Era lo que menos le gustaba. Ese chico era presumido, y lo que más le molestaba es que había hecho menos a Candy de pequeña y eso era algo que él no podía perdonarle, pero por lo visto ella lo había hecho.

—Hoy no puede —comenzó a explicarle mientras se colocaba a su lado y comenzaba a caminar—. Tenía que ir al médico a no sé qué.

—Ah —contestó colocando las manos en sus bolsillos. Miró a ambos lados y cruzó la calle cuando observó que no había peligro.

—¿Dónde vas? —preguntó ella al ver que se desviaba de la ruta. Terry se dirigió al edificio de correos que había en la otra acera y tiró la carta por una rendija. Corrió de nuevo para cruzar la calle y se colocó al lado de ella.

—¿Qué has enviado? Terry volvió su rostro hacia ella con su peculiar sonrisa de lado.

—Una carta.

Candy comenzó a reír.

—Eso ya lo sé —dijo mientras le golpeaba suavemente el hombro. Estrechó más fuerte su carpeta contra su pecho y miró hacia delante—. Pero ¿para qué?

Terry la observó. Le gustaba caminar con ella. Lástima que los últimos meses ella parecía disfrutar más de la compañía de Anthony que de la de él. Echaba de menos esas caminatas a primera hora de la mañana y de la tarde con ella.

—¿Para qué quieres saberlo? —preguntó . Candy volvió su rostro, intentado parecer seria, aunque su mirada delataba que se estaba divirtiendo.

—Bueno, Terrence GrandChester ¿me lo vas a decir? —preguntó con un ligero movimiento de cabeza.

Él se encogió de hombros e inspiró tranquilamente mientras volvía su mirada hacia delante.

—Es una solicitud de ingreso a la academia militar. Ella abrió excesivamente los ojos mientras lo comentaba.

—¿De verdad tú también vas a hacerlo? —preguntó realmente seria. Terry volvió a encogerse de hombros.

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