UN AMOR UNA AMISTAD Y MI RIVAL 20.

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CAPÍTULO 20.

—Hemos visto cómo volaban edificios en pedazos delante de nuestros ojos y cómo nuestros amigos eran arrestados y deportados. Solo Dios sabe si volveremos a encontrarnos con ellos. Podría morirme —dijo Albert con voz queda—. Y no te hablo como si fueras una chiquilla. Esa es la verdad y lo sabes. Mañana cualquiera de los dos podría estar muerto. ¿Y adivinas lo que más voy a lamentar?

--Albert, no… —Flami gimió.

Albert Depositó su rifle en el suelo y colocó sus manos en sus mejillas para que le mirase.

—No puedes quedarte aquí —susurró Albert mientras ella comenzaba a negar con su rostro.

—Sí —volvió a repetir con convicción.

— Tienes que volver. Aquí ya no hay nada que tú puedas hacer.

—Soy enfermera, puedo hacer mucho-- dijo abrazándose a él.

— Pero volveré. —Acarició de nuevo su cabello—. Te prometo que volveré. —Besó su cabello y su frente y volvió a observarla—. Te quiero. Te quiero muchísimo Flami, no lo olvides. —Ella pasó sus manos por su rostro acariciándolo.

Mientras los Aliados iban avanzando más En los campos Nazi, fueron testigos de la crueldad. Cuando los prisioneros, aterrorizados, llegaban por tren a Auschwitz, Mengele con un impecable uniforme de oficial de las SS, era la primera persona que veían. El médico se situaba entre las dos filas de prisioneros, que desfilaban ante él, y decidía el destino de cada uno de ellos agitando, simplemente, una cadenita de acero con su mano enguantada en blanco. La cadena hacia la izquierda significaba el inmediato envió a la cámara de gas; hacia la derecha, la vida. Pero ¿qué vida?

La mayor parte sobrevivían sólo unas semanas, muriendo de agotamiento durante los trabajos forzados o, con frecuencia, debido a los atroces experimentos a que eran sometidos. Mengele, por ejemplo, trató de colorear de azul los ojos de muchos niños judíos, inyectando sustancias colorantes en los ojos.

Los acusados (especialmente Brack, jefe del servicio sanitario de la Cancillería de Hitler; Karl Brandt, comisario del Reich y Ministro de Sanidad; Rudolf Brandt "sin parentesco con el anterior", que desempeñó el cargo de secretario personal de Himmler, y Karl Gebhardt, medico personal Reichsführer de las SS y presidente de la Cruz Roja alemana),"fueron responsables, cómplices, instigadores o favorecieron las empresas que (desde septiembre de 1939 a abril de 1945) preveían experimentos médicos (...) en sujetos que no habían concedido su permiso para ello, cometiendo en el transcurso de dichos experimentos homicidas, violencia, atrocidades, torturas, crueldades y otras acciones inhumanas".

A propuesta del médico mayor de la Luftwaffe, profesor Rose, la vacuna -Copenhagen- (vacuna de Ipsen), producida con hígados de rata por el Instituto Seroterapico Estatal de Copenhague, había sido probado en seres humanos para verificar su eficacia profiláctica. Se inyecta en 20 personas, con inyecciones intramusculares en el musculus glutaeus max., en dosis de 0,5 cc. el día 8 de Marzo del.44, 0,5 cc. el día 13 de Marzo del.44 y 1,0 cc. el 18 de Marzo del 44. Para el control y comparación se emplearon 10 personas. de las 30 personas, 4 fallecieron antes de la infección artificial por enfermedades contagiosas. Los demás sujetos del experimento fueron infectados mediante una inyección subcutánea de 1/20 cc. de sangre fresca de enfermos de tifus.

Terry Albert y Charlie caminaron un par de minutos más, en silencio. Preferían hacer el menor ruido posible, pues además de no saber si se encontraban en territorio seguro no querían que los descubrieran antes que ellos.

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