«21»

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Había un clima bastante malo aquel día, llovía a cántaros y al parecer no pararía hasta el día siguiente.

Los cuatro amigos se encontraban en la casa de Freddie, a modo de junta.

La estaban pasando muy bien, jugaron juegos de mesa y de video, se lanzaron cojines y vieron una que otra película, como si una junta de niños se tratase.

— ¿Qué hora es? —preguntó John.

— Como... las once —respondió Freddie mirando el reloj de su celular.

— Está lloviendo muy fuerte —observó Brian mirando por la ventana—. Roger y yo veníamos a pie...

— Quédense aquí hoy —sonrió Freddie encogiéndose de hombros.

— ¡Sí..! ¡Pijamada...! —exclamó Roger contento, Brian sonrió.

— Llamaré a mi mamá para avisarle —dijo Brian dirigiéndose a buscar su celular—. Rog quizás debas hacer eso.

Sipididipi —respondió Roger feliz y se dirigió a llamar a su madre.

Brian sonrió e hizo lo mismo.

A ambos les permitieron quedarse, y John también pidió permiso aunque tuvo que irse porque no se lo otorgaron.

Eran alrededor de las doce de la noche, los chicos ya se habían ido a dormir, Freddie dormía en su cama y Roger en un colchón abajo junto con Brian.

El de rizos roncaba acurrucado en una esquina de la cama improvisada mientras que Freddie lo hacía en su cama.

Roger no dormía.

La tormenta lo tenía alterado y bastante asustado, no podía pegar ojo y tampoco tenía algún peluche del cual aferrarse.

Así que se abrazó de la almohada e intentó calmarse sin dar resultado.

Al notar las constantes destapadas, Brian comenzó a despertar poco a poco, dándose vuelta a ver al rubio intentar dormirse, mientras este estaba de espaldas a él.

— ¿Todo bien, Roggie? —preguntó sobresaltándolo de forma notoria—. Tranquilo, no te asustes...

— Lo siento —respondió Roger dando una pequeña risa nerviosa y dándose vuelta para ver a Brian a la cara.

— ¿No puedes dormir? —le preguntó, Roger negó.

— Me dan... me dan miedo las tormentas —admitió con vergüenza desviando la mirada.

Brian no evitó lanzar una exclamación de ternura.

— Ven, bebé, yo te cuido —le dijo disponiéndose a pasar sus brazos por el delgado cuerpo del chico, quien se tranquilizó con ese simple acto.

Lo abrazó devuelta y se acurrucó entre su pecho y su cuello, quedando cómodamente allí y sintiendo como el calor y amor de Brian lo envolvían con dulzura.

Decidió entonces cerrar los ojos sin antes emitir una suave sonrisa y acomodarse un poco más entre los brazos de su novio.

— Te amo... —musitó durmiéndose poco a poco.

— Yo también te amo —sonrió Brian dándole un beso en la cabeza mientras Roger se dormía.

Jamás lo habían dicho, pero siempre hay una primera vez para todo, y a fin de cuentas llevaban ya un tiempo sintiéndolo.

(...)

— ¡Despierten, perras! —exclamó Freddie golpeando una olla con un cucharón metálico, haciendo saltar de susto y sorpresa a ambos chicos.

Childish [Maylor] {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora