Mierda.

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– Mamá no pueden hacerme esto, ni siquiera me consultaste si quería ir o no. – Le contestaba mientras ella caminaba hacia su pequeño estudio donde trabaja.

– Ya está hecho, tu vuelo sale en una semana y tienes que probarte el uniforme que está en tu habitación, lo hecho, hecho está Johnny, así que no hay vuelta atrás.

– Oye cuando planearon esto, no me dijeron nada, ¿Que pretendes que haga? ¿Que me olvidé de todo y solo así porque si me vaya a Barcelona?

– Hay cariño, no entiendes nada. – Me decía mi madre.
– Ahora estamos pensando en tu futuro, estamos dedicandonos a que salgas adelante. Para que la gente te mire y diga...

– ¡¿Y a mi que demonios me importa lo que la gente hable de mi?! ¡Solo me importa mi bienestar! ¿Acaso no pensaste en mi?

– Si lo hize, y lo estaré haciendo ahora que estés del otro lado del continente, ahora ve a tu cuarto y guarda las cosas que vayas a ocupar, tenemos que hacer maletas para que te vayas pronto.

– Osea, es ¿Definitivo? ¿Es enserio que me iré a España? Crei que... Crei que te preocupabas por mi...
Que al menos me ibas a aceptar así como lo haces con Dann.

– Escucha hijo. – Me decía mientras se acercaba a mi y me sentaba en un pequeño sillón.
– Tu padre y yo tomamos una decisión, así que volarás a Barcelona y tendrás una buena educación allá, será algo fuerte, pero lo mejor que puedes hacer es tomar la decisión y salir adelante.

– ¿Pero que hay de mis amigos, que hay de mi vida que he hecho aqui? ¿Que haré sin ellos?. – Preguntaba con lágrimas en los ojos.

– Si dices que son tus amigos, ellos te esperarán hasta que termines la preparatoria, la distancia entre ustedes será su prueba, si la pasan, significa que tienes unos amigos que valen oro, pero si no, significa que no son tus amigos.

– ¿De que estás hablando? – Preguntaba mientras mis lágrimas bajaban por mis mejillas.

– Los amigos deben estar en tu corazón, significa que nada ni nadie los debe separar, ya que no es un adiós, sino un hasta luego. Así que no debes de tener miedo de esto. Sabes que te quiero mucho, pero esto es por tu bien, ¿Okey?.

Mi madre me dio un beso en el cabello y limpio mis lagrimas, se fue a su estudio y yo me quedé ahí, así que no tenía opción.
Tenía que dejar la vida que ya había hecho aqui, para formar una nueva en otro país, un lugar donde no me conocían, y donde nadie sabe lo que he hecho, ni lo que hare, así que tenía que elegir mi opción.

Camine hacia mi cuarto y vi en mi cama una camisa blanca, una corbata negra y un juego de un saco y un pantalón azul marino, así que Solté un gran suspiro y tendre que aceptar eso.
Me dolía mucho el que me tuvieran que hechar al fuego sin siquiera tomar mi opinión, o que tomara alguna rienda por mi parte, saque el espejo de cuerpo entero que tenía arrumbado en mi clóset y dispuse a probarme mi "uniforme".
Me quite la camisa y me quedé solo con la camiseta en las manos, me la coloque y me di cuenta de que era muy grande para mi, me quedaban las mangas largas de las manos, me coloque el pantalón y igual: me quedaba muy grande.

Me mire al espejo y algo de nostalgia me estaba entrando, ya que si Dann se ponía esto, se iba a ver muy bien, la verdad, me entraron muchos pensamientos de lo que mi familia decía de mi, que nunca crecería más, y que ni con tres años en el gimnasio podría tener sus cuerpos, me senté en la cama y di un gran suspiro mientras cruzaba los brazos.

– Jhonny querido, que tal te quedo tú unifor... ¿Que estas haciendo con eso?. – Me preguntaba muy sorprendida.

– Este uniforme estaba en mi cama, pero me queda muy grande, soy talla 18 y esta dice 34... – Respondí mientras le enseñaba mis mangas cayendo de mis manos.

– Oh, es que esa era otra cosa, ese uniforme es de Dann, el tuyo aquí lo tengo.

– ¿Otro uniforme? Ya no entendí, ¿De que estás hablando?. – Creo que entendí la indirecta pero quería confirmar mi sospecha.

– Lo que pasa es que Dann, igual viajará contigo, irán a la misma escuela pero en grupos diferentes obviamente, no te lo quería decir pero me ganaste, así que ya lo sabes.

– ¿Y Dann ya lo sabe?. – Pregunte mientras me quitaba el uniforme.

– No, el piensa que irá de gira a un evento allá, pero la verdad será que estarán estudiando por su cuenta, cualquier problema que tengan, me lo reportaran de inmediato.
Tendrán un tutor que los estará vigilando allá, así que el me dirá todo lo que hagan bien o mal.

– Entonces, ¿Nos tendrás acorralados supuestamente no?. – Le decía algo enojado.

– No lo tomes así. – Se sentó a mi lado y cruzó sus piernas. – Piensa que serás un chico de intercambio por un tiempo, y conocerás mejor el mundo, tu no sabes si esto cambiará tu vida, o simplemente el destino decidió que así fuera.

Tenía razón, Osea, solo lo veía de esa manera, pero en si estaba a un paso de que pudiera viajar a otro país, quien sabe, conocería Barcelona y lo mejor, que podría estar lejos de mis padres, no lo había pensado de esa manera.

– No quiero que le digas nada a Dann, el tomara su vuelo antes que tú, así que por nada del mundo le dirás qué lo engañe, ¿De acuerdo?.

– De acuerdo. – Contesté. – ¿Y, crees que se enoje por lo que pasará?

– Si, pero ya estará a miles de kilómetros de nosotros, además, no tendrá manera de regresar ya que cancelaré sus tarjetas de crédito y le puse el pretexto de que le compraría un carro si se quedaba en el "evento".

– Si que me das miedo. – Le decía.

Salió de mi cuarto y al minuto me regreso otro juego del uniforme un poco más pequeño, solo Suspiré mientras lo tenía en mis brazos. Ahora comenzaría una nueva vida, la cual, tendré que afrontar y ponerle un poco de esfuerzo.
Solo... Espero que todo esté bien... Sólo eso...











Ventaja de un fundashi 3
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Un fundashi en el salón de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora