Lo primero que se le ocurre hacer al día siguiente es ir a ver a Sicheng y aclarar sus dudas de una vez por todas, es domingo, así que prefiere que sea hoy y no dejarlo para mañana lunes en que debe atender clases.
No ha dormido bien, los eventos de los últimos dos días se repiten en su cabeza una y otra vez y entre más lo piensa más asustado se encuentra. La noche pasada no salió de su habitación porque no sabía a qué iba a enfrentarse; si, sonaban como chicos, pero no quiere decir que no tuvieran armas o algo con qué defenderse. Se le ocurrió también llamar a la policía o al casero, incluso a Sicheng o Ten, pero justo cuando tomó su teléfono se dio cuenta que las voces habían guardado silencio de nuevo, asomó su cabeza por la puerta y no había nadie, ni siquiera rastro de otra persona además de él.
Sólo un mazo de coloridas cartas de Uno en la mesa.
El cual cabe destacar, ni siquiera es suyo.
Sin más que hacer se fue a dormir con un ojo abierto —figurativamente hablando—, pero le era imposible sentirse tranquilo en ese departamento.
Al despertar se propone revisar de nuevo el lugar en busca de anormalidades, pero en cuanto sale de la habitación su sangre baja directo a sus pies al ver el caos ante el que se encuentra: la mesa de la sala está de cabeza, sus fotos y cuadros en el suelo, todas las gavetas de la cocina están abiertas, hay menos comida en su refrigerador, pasta dental está embarrada en el espejo del baño, el papel higiénico envolviendo una parte del sofá, el cristal del televisor marcado por lo que supone son garras, la habitación extra nuevamente irreconocible, sus utensilios de cocina regados por todo el departamento como si fuera un juego de busca y encuentra...
El único lugar que parece intacto es el estudio.
Bien, había escuchado de las voces que querían hacerle algunas bromas, suponía que a esto se refería... es decir, son inofensivas, no le hacen daño, pero le dan demasiado trabajo y siguen siendo actos ilegales, así que no esperará ni un segundo más e irá por el casero para mostrarle todo esto, descubrir a los delincuentes e irse de allí.
— Salí de un infierno para venir a otro. —Suspira mirando alrededor, al llegar a la cocina se percata de algo que llama su atención.
Uno de sus recetarios de postres favoritos está abierto, justo en la página que muestra un delicioso pay de queso con galletas. No sería relevante de no ser porque la imagen del postre está circulada con cátsup.
— ¿Acaso quieren que les cocine esto? —Se pregunta sintiendo sus mejillas pintarse de la rabia.
Debe haber un nivel de vergüenza natural para las personas, al parecer estos ladrones no lo tienen.
— Meow.
Voltea a ver a la sala, donde el indiscutible maullido de un gato le ha sorprendido. Su mañana no puede dejar de empeorar porque encima de la mesa, que sigue patas arriba, está el gato que Ten y él encontraron, mirándolo con sus demoníacos ojos azules.
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𝗤𝗶𝗮𝗻 𝗞𝘂𝗻 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀 】⛧ミ { Lukun ; Tendery ; Xiaoyang }
FanfictionKun se ha mudado a un departamento a muy bajo precio, cuando las ofertas de este estilo se presentan es normal esperar goteras en el techo o un par de ventanas rotas. No a tres demonios dispuestos a quedarse a como de lugar. "Creo que está embrujado...