19. Mαlαs ıdeαs por todos lαdos ミ☆

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El plan se veía factible en su momento, Kun tenía un sentimiento de seguridad, determinación y afecto la noche en que llamó a Ten solicitando su piano; encontró sus partituras entre el papeleo y sus viejos libros, tenía al menos 20 canciones allí, además de aquellas que conoce tan bien que no requieren guía para tocarlas, era una gran idea.


La realidad, sin embargo, es que cargar un piano —si bien éste era pequeño— escalera arriba rumbo a su departamento es mucho más difícil de lo que ya de por sí suena.


— ¡Arriba! ¡Levántalo!


— ¡Eso estoy haciendo!


— ¿Lo estás intentando al menos?


— ¡Hey! ¡Yo traje tu tonto piano! ¡Una palabra más y lo llevaré de vuelta a mi departamento!


— ¿Cómo? ¿Lo vas a cargar en tu espalda?


Kun sostiene con toda la fuerza de sus dedos la madera antigua de su preciado piano vertical, no es un instrumento precisamente costoso, pero era de su padre, el mismo que usó para tocar todas las canciones que escuchó en su infancia, el valor sentimental es incalculable.


— ¿Ahora tienes el valor de responderme así? Esos demonios son una mala influencia, se te está metiendo el mal. —El tailandés bufa irritado y limpia el sudor de su frente, todavía les quedan dos pisos antes de llegar al suyo, no tiene idea de cómo harán esto sin lastimarse a ellos mismos o el piano.


— No, simplemente eres insufrible. —Responde el más alto, mira las escaleras con aflicción, sus brazos se sienten como gelatina.— Descansemos un momento, no quiero dejarlo caer por accidente.


— Debimos pedirle ayuda a Henry, ¿Por qué demonios le dijiste que se fuera? Él mismo se ofreció a subir el piano. —Chittaphon deja caer su trasero en el escalón más cercano, hablando con su acento tailandés que no puede controlar cuando está enojado o nervioso.


— Porque vi cómo te lo estabas comiendo con los ojos, ¿No puedes tener decencia al menos conmigo presente? —Revisa la superficie de su preciado instrumento, no ve ninguna marca nueva de golpe, afortunadamente.


— ¿Por qué no puedo verlo? Tú tienes tu vecino guapo y yo el mío, no pasa nada malo con mirar siempre y cuando no toque nada.


Kun ríe, pues sabe de la atracción sin fin de su amigo con el hombre que vive a dos puertas de distancia. Henry era soltero, con 30 años muy bien cuidados y un atractivo justo del tipo ideal de Ten. Desde que el hombre se mudó al edificio de Ten éste ha babeado por él, durante el poco tiempo en que vivieron juntos Kun tuvo que lidiar con las habladurías de Ten acerca de lo ardiente que era su vecino.


La única razón por la que Ten se abstenía de coquetear, es porque el hombre sólo tiene interés por las chicas; incluso Ten, algo desvergonzado y muy entrometido, sabía dónde no acercarse a esperar, pero su relación con el hombre es buena a pesar de ello, son amigos, a tal punto que incluso Henry aceptó llevar el piano en su auto. 

𝗤𝗶𝗮𝗻 𝗞𝘂𝗻 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀 】⛧ミ { Lukun ; Tendery ; Xiaoyang }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora