2O. Regαlos ч unα revelαcıónミ☆

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— Todavía no llegan.


— Lo sé.


— Siempre llegan por la mañana.


— No creo que debas preocuparte tanto.


— Ya deberían estar aquí.


— ¿Te puedes calmar? Ellos están bien, Kun, después de todo esa es su casa, quizás están jugando o haciendo alguna cosa importante de demonios. —Chittaphon trae una taza de té caliente que extiende a Kun, intentando calmar sus nervios por quinta vez en el día.— No son niños, bueno, no tanto, son demonios, estoy seguro que saben cuidarse.


— Son niños, Ten, además su mundo es el infierno o algo peor. —El estresado joven toma la bebida sin importarle quemarse la lengua, su preocupación por aquellos muchachos cegándolo de cualquier otra cosa.— ¿Y si algo les pasó? No tengo modo de saberlo, ¿Crees que tengan teléfonos allá o necesitaré contactar otro demonio para preguntar por ellos?


— ¿Te estás escuchando a ti mismo? —El menor bufa y se sienta junto al chef, poniendo las manos en sus hombros para darle un masaje.— Estoy seguro que los chicos están bien, ¿Acaso nunca desobedeciste a tus padres y llegaste después de la hora que te dieron permiso?


— No. —Siempre fue muy leal a las reglas, en especial la puntualidad.— ¿Por qué harían eso? ¿Acaso me odian y ya no quieren verme?


Ten suspira, son casi a las dos de la tarde y Kun está por arrancarse los cabellos por culpa de los demonios que han decidido tardarse más de la cuenta esta vez. Vale, comprende, desde un punto de vista objetivo, que esos muchachos son especiales para su amigo, así que la preocupación le parece razonable, pero esto es excesivo y si no hace algo para calmarlo Kun terminaría con un problema de nervios a tan corta edad.


— ¿Por qué no tocas tu piano? Cantemos algo, anda. —El piano es el otro mejor amigo de Kun, cuando vivieron juntos siempre gustó de escucharlo tocar el instrumento, a veces cantaba con él o bailaba si una canción le inspiraba lo suficiente.— Quita esa cara, así no lograrás que tu bombero de en sueño se fije en ti.


— No lo hará porque tiene novio. —Kun se deja llevar por Ten, casi como una muñeca de trapo, lo sienta frente a su querido piano y al tocar las teclas siente un poco del estrés subsidiendo.— ¿Qué debería tocar?


— Esa canción de aquel grupo de chicas, la que te obligué a aprender porque no podía sacármela de la cabeza. —Responde el tailandés con una sonrisa emocionada.


La pregunta es cual de todas. Entre canciones de TWICE, GFriend y otros grupos que Kun no reconoce del todo pero cuyas canciones ha aprendido por influencia de su mejor amigo, logra reconciliarse con su corazón de padre sobreprotector. Quizás lo mejor sea que no estén aquí, Ten intentaría enseñarles todas esas canciones y sería todo un escándalo si fuera lo único que escucharan.




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𝗤𝗶𝗮𝗻 𝗞𝘂𝗻 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀 】⛧ミ { Lukun ; Tendery ; Xiaoyang }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora