Mataría a Ten, de eso está seguro, es el objetivo más claro que ha tenido en toda su vida. Puede tolerar todos los comentarios acerca de su edad —a pesar de ser sólo un mes mayor que el tailandés, gracias— y el modo irrespetuoso en que llega a tratarlo, en serio le saca de quicio y a pesar de ello le perdona todo ¿Pero esto? Esto es ir demasiado lejos, lo ha metido hasta lo más hondo en un problema irremediable.
No lo matará ahora, porque si Ten lo ha metido en este problema, también lo ayudará a salir de él, es justo y necesario.
Kun estaba asimilando el hecho de que su vecino conociera a los chicos, con la mentira de que son familiares suyos, primos específicamente, muy lejanos y algo tontos —a palabras de Ten, para encubrir un poco de su extraño comportamiento, le dijo que no son de la ciudad y cosas tan normales para ellos resultan nuevas para los chicos, Kun no está seguro si aquel detalle los ayudará o empeorará las cosas, pero no tuvo más opción que seguir con el juego—.
Sicheng es amigable con todo el mundo, una de las personas más agradables con las que uno puede toparse, así que a pesar de que los chicos se encuentran escépticos a esta idea, interactúan de una forma más o menos normal con su vecino. Claro, Xiaojun habla menos, pero al menos no le dirige miradas amenazantes como lo habría hecho antes, eso es un orgullo.
Hasta ese momento las cosas estaban... ¿Bien? No eran como él las quería, porque el plan inicial era, después de todo, que los chicos pasaran completamente desapercibidos, pero en esta situación el resultado había sido mejor de lo esperado. No había sospecha de que fueran algo además de humanos, Sicheng platicó con ellos y no dejó de decir que los encontraba adorables e inocentes —si tan sólo supiera de lo que son capaces, que fueron los responsables de ese pequeño reino de terror que la señora Huang había creado—.
Ten movía los labios a espaldas de su vecino, diciéndole que todo estaba bien y que dejara de preocuparse, y en serio, Kun habría creído que era así hasta que el segundo problema de la noche apareció.
— ¿Cómo que nunca han celebrado navidad? —Sicheng observa a los chicos boquiabierto, incapaz de creer en tal calamidad.— Eso es ilegal, la navidad es la mejor fiesta del año.
— No lo sé, creo que año nuevo también es genial, es cuando consigo chicos guapos más fácil. —Comenta Chittaphon en el fondo.
Kun nota el modo en que Hendery se tensa y sus ojos cambian a los de un cachorro enojado, fabuloso, ahora tendría que controlar el lenguaje de Ten para que éste no rompa el corazón de aquel chico.
— No puedo creer que donde viven no celebren la navidad. —El joven pone una expresión de tristeza, se pone de pie y de algún modo junta a los tres muchachos para darles un fuerte abrazo.— No, no, esto no puede quedarse así, tienen que experimentar la navidad a como de lugar.
— Sicheng, no es necesario que te preocupes tanto. —Kun se acerca y trata de apartar a su vecino, pero éste continúa terco en abrazar a sus chicos, sólo espera que ninguno de ellos lo tome como una amenaza.— Están conmigo este año, precisamente estábamos contándoles acerca de lo que haríamos esta navidad ahora que ellos están aquí.
Ten y él habían pensado en lo típico, una cena para ellos cuatro, algunos regalos y tratar de comer las 12 uvas a tiempo —cosa que es imposible, pero tradición es tradición—. Los chicos estaban emocionados con el prospecto de los regalos, tanto que Kun encontraba cada vez más duro el momento de decirles que no, Santa no era real, en especial tras lo mucho que batalló para convencerlos de que tampoco era un hombre malo.
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𝗤𝗶𝗮𝗻 𝗞𝘂𝗻 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀 】⛧ミ { Lukun ; Tendery ; Xiaoyang }
FanfictionKun se ha mudado a un departamento a muy bajo precio, cuando las ofertas de este estilo se presentan es normal esperar goteras en el techo o un par de ventanas rotas. No a tres demonios dispuestos a quedarse a como de lugar. "Creo que está embrujado...