𝗤𝗶𝗮𝗻 𝗞𝘂𝗻 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀 】⛧ﾐ { Lukun ; Tendery ; Xiaoyang }

O9. El dı́α lıbre de Kun ミ☆

— Kun, ¿Las plantas no necesitan agua?

El nombrado levanta la mirada del libro, Hendery está sentando en el comedor, sus brazos reposan sobre la mesa y su barbilla sobre estos, mirando el cactus que Yukhei le ha obsequiado. Yangyang y Xiaojun están en la habitación tomando una siesta, supone que en sus cuerpos de gatos, los chicos habían dado un paseo por los balcones del edificio para llegar al techo y jugar allí, Hendery es el único que aún tenía un poco de energía para seguir despierto.

— Cierto, pero ese es un cactus, ese tipo de plantas viven con menos agua y más sol, son muy resistentes. —Cierra el libro momentáneamente, poniendo un dedo en la página donde ha parado la lectura.— Aunque no la he regado desde que Yukhei la trajo, ¿Quieres hacerlo?

Una sonrisa ilumina la cara del chico, quien asiente con obvia emoción. Es una clase de energía juvenil que contagia al propietario, a veces los demonios se emocionan con cosas tan simples, los ha visto mirar con gran interés su planta, le da algo de pena que no puedan hacer mucho ya que no requiere de tanto cuidado.

— No tengo una regadera, así que usaremos un vaso. —El libro queda olvidado en el sofá, estos días la pasa en la sala mucho más que en su propia habitación, vigilando que esos revoltosos no hagan nada peligroso.

Pocas veces está tan callado, la energía de los chicos debe estar acabándose otra vez, de otro modo no se explica el repentino silencio que guardan. No se ven desanimados, sino más bien perezosos, el que Yangyang necesite dormir ya es un indicador de que su batería está agotándose, ese chico no es capaz de quedarse quieto a menos que vea la tele. Hendery sigue animado, pero considerablemente más tranquilo, ojalá hubieran más días así.

Llena un vaso con agua, este es un momento agradable, el muchacho toma el vaso y le escucha atentamente mientras le explica cómo proceder.

— Pon algo de agua en las orillas, no directamente sobre la planta o sus flores. —Una sonrisa paternal se dibuja en su rostro, de la cual no se da cuenta, el joven sigue sus indicaciones con gran cuidado, igual que un niño que aprende algo nuevo.

— Xiaojun estará muy enojado, él quería darle agua. —Comenta el chico, mirando con detenimiento el agua que va siendo absorbida por la tierra gradualmente.

— ¿Le gustan las plantas? —Pregunta el humano.

— Mucho, la abuela solía tener muchas plantas en nuestra habitación y el balcón para que las cuidáramos, él siempre se aseguraba que no les diéramos agua de más y que tuvieran suficiente sol, sus plantas eran las más bonitas, nos regañaba a mi y Yangyang cuando las descuidábamos. —La manera en que lo cuenta es cariñosa, memorias de un tiempo que disfrutaron en ese mismo departamento, cuando Kun aún no formaba parte de sus vidas.

Intenta imaginarse cómo pudieron ser esos días, una señora solitaria con estos tres demonios de basta energía que parecen incontrolables. Comiendo en esta misma mesa y mirando la televisión por las tardes, cuidado de un pequeño jardín para mantenerlos interesados.

— ¿Cómo era la señora Huang? —No sabe si es correcto preguntar, tomando en cuenta la reacción del otro día, pero Hendery y Yangyang son mucho más abiertos a ese tema que Xiaojun.