33. Cıen vαcαs pαrα el buen Kun ミ☆

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Hamburguesas para la comida, no la elección más sana, guardan demasiado aceite y la excusa de tener vegetales como lechuga o tomate no lo convence de que sean más sanas, así que decidió comprar los ingredientes para prepararlas en casa en vez de comprarlas de alguna cadena de comida rápida que potencialmente tapara sus arterias con colesterol. Seguro van a quejarse otra vez de que el sabor no es el mismo, pues la señora Huang los había malcriado al comprarles siempre comida rápida o a domicilio.


Pero no puedo culparla, no sabía cocinar, vivía sola y su familia no la visitaba, no creo que tuviera muchas opciones.


Exceptuando los hábitos alimenticos y hacerlos pasar por fantasmas, debe reconocer que sólo una mujer con un gran temple y autoridad podría haber mantenido a esos tres bajo control, él apenas y puede mandarlos a dormir antes de las doce, lavarse los dientes y dejar de robarle a los vecinos porque, por más que lo intente, Hendery siempre será un cleptómano. Su presencia no es demasiado amenazante para ellos la mayor parte del tiempo, ¿Es porque él es muy blando o simplemente los chicos tienen problemas con la autoridad?


La señora Huang tenía su carácter, los diarios y las historias de los demonios le hacen imaginarla como una anciana con la cual no quieres meterte ni llevarle la contraria, y se pregunta cómo una mujer de su edad tenía tanta fuerza mental para practicar brujería y controlar demonios pubertos haciéndolo ver tan fácil.


¿Será ese su futuro? Más bien el suyo está destinado a limpiar los desastres de esos chicos con poderes sobrenaturales salidos del mismísimo averno.


(No lo cambiaría si tuviera la opción, son sus chicos, por más problemáticos que sean.)


Llegando al edificio saluda al casero rápidamente, con la intención de subir y hacer la comida rápido para comenzar a listar todas las cosas que tiene que preparar para su graduación que está cada vez más cerca, y con suerte no entrar en un conflicto existencial sobre su edad y la vida, —Sicheng está tan calmado con su vida sin llevar dirección alguna, Kun quiere saber su secreto— mas el llamado a su persona lo detiene antes de poder acercarse al elevador.


— ¡Eh! Tú, el del 52B, ¿Kun, verdad? Ven aquí un momento. —Le dice el casero con una cara de molestia, una que Kun aprendió a no tomarse a pecho, pues independientemente de la situación el hombre no luce otra cosa que no sea irritado o adormilado.


— ¿Pasa algo? —No diga gatos, no diga gatos, no diga nada de gatos por favor, piensa encarecidamente el joven.


— Hace no mucho una persona vino a preguntar por el departamento donde vives.


— ¿Quieren rentarlo? —Seguro no tendría ganas de hacerlo si supieran las sorpresas con las que viene.


El anciano hace un gesto con la mano que lo manda a callar, efectivamente haciendo al cocinero cerrar su boca.


— No me interrumpas, soy mayor, ejem, más bien preguntaron por la mujer que antes vivía allí, ¿Cómo era su nombre?


𝗤𝗶𝗮𝗻 𝗞𝘂𝗻 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝗶𝗼𝘀 】⛧ミ { Lukun ; Tendery ; Xiaoyang }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora