Segundo capítulo: De bebés revoltosos y esposos torpes.
HyungWon apretó suavemente sus ojos al sentir la luz atravesar sus párpados y espantarle el sueño. Hizo un puchero con sus labios, molesto de ser despertado, y abrió sus ojos con lentitud.
Esperaba que este extraño sueño acabara ya, esperaba volver a ver sus paredes pintadas de un soso color gris, totalmente vacías y con solo una pequeña ventana que iluminaba tenuemente su hogar.
Pero no, abrió los ojos encontrándose nuevamente con ese balcón que daba una perfecta entrada a los tibios rayos del sol, esas paredes pintadas de un delicado color crema y en ellas se encontraban colgadas varias fotos suyas con su supuestamente esposo y los bebés.
HyungWon soltó un quejido lastimero al darse cuenta que aún vivía en esa realidad tan rara.
—¿Como amaneciste, dulzura? —murmuró ronco en su oído el pelinegro a su lado. Apresó su cintura entre sus fuertes brazos y besó con lentitud su mejilla.
—B-Bien.
Aún no podía creer que ese hombre era su esposo. Era un tipo de persona que jamás creería que existiría; tenía una apariencia que parecía haber sido sacada de una revista erótica, pero su personalidad parecía la de esos estúpidos príncipes que tanto le gustaban en la adolescencia: cariñoso y complaciente.
Lee rio suavemente mientras besaba nuevamente la mejilla de su esposo y lo abrazaba con más firmeza. Solían quedarse así por unos minutos con HyungWon, abrazados sin decir nada, hasta que ya pensaban que era hora de levantar a los bebés.
Claro, eso antes de que Hyungwon se empezara a comportar tan extraño.
Ahora se removía incómodo entre sus brazos y era muy torpe cuando se besaban. Casi como si fuera un primerizo.
Observó a su pareja que miraba distraídamente las fotos colgadas en la pared mientras se dejaba abrazar. Bueno, eso ya era un avance. Sonrió nuevamente para sí mismo, acercándose al rubio mientras lamía sus labios.
Por hoy rompería la regla de darse besos después de cepillarse.
Tomó las mejillas del menor desprevenidamente y se acercó a su boca sin permiso, el menor estaba por protestar, pero sus palabras fueron calladas por los dulces labios.
HyungWon golpeó suavemente el brazo del pelinegro en un símbolo de que quería libertad, porque no estaba yendo al ritmo del beso y le faltaba el aire, sin embargo, el mayor no atendió y continuó con el contacto hasta que pudo acostumbrarse.
Era un beso lento, pero fogoso, sus lenguas se habían encontrado y danzaban sincronizadamente. La respiración de HyungWon se aceleraba gradualmente, hasta llegar a un punto donde tomó los hombros de su esposo y los apretó.
WonHo gimió ronco en medio del beso, y eso alertó al rubio, empujando sus hombros cuando sintió como el cuerpo más fornido empezaba a treparse sobre el suyo.
—L-Los bebés —murmuró torpemente Chae, siendo una tarea completamente difícil hablar, contando con que sus labios eran comidos con avidez por el pelinegro.
WonHo murmuró en negación y siguió besando a su esposo con pasión, apoyando cada uno de sus fuertes brazos al lado de la cabeza del contrario. Hyungwon suspiró suavemente, dejándose llevar al sentir que no podía combatir más.
—¡Papi! —gritó una dulce vocecita, haciendo que ambos cuerpos reaccionaran.
WonHo gimió de dolor cuando por accidente golpeó su cabeza con la cabecera de la cama al querer separarse del menor, acarició su cabeza cuando se encontró en el otro lado de la cama e hizo una mueca de berrinche.
ESTÁS LEYENDO
Dear future husband
FanfictionHyungWon a sus 27 años no ha tenido un solo amante, novio o ligue, lo cual le hace llegar a creer que nunca encontrará el amor. Sin embargo, las cosas toman un rumbo diferente cuando una mañana se levanta en un casa que no es suya, en una cama que n...