décimo octavo capítulo.

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Décimo octavo capítulo: Confusiones.

—¿En serio, mamá? —preguntó con cierta emoción en su voz el pelinegro, escuchando a su madre a través del teléfono. —¿Y si te causan problemas?

—Ay, hijo, no te preocupes. Voy a tener cosas aquí para mantenerlos felices. Voy a rentar algunas películas, a preparar galletas y prenderé la chimenea para que asemos malvaviscos.

—Mamá, me da un poco de vergüenza dejártelos toda la noche —de repente la emoción se esfumó y ahora tenía una mueca de inseguridad en su rostro. —Puede que Jae se torne revoltoso por el azúcar y no quiera ir a dormir, o que DoDo haga un berrinche a media noche.

—No, no —lo interrumpió su madre. —Te recuerdo que yo crie a dos hijos también, se cómo actuar en esos casos, y además quiero que disfrutes la noche a solas con tu esposo. Sé que es la primera que tienen hace mucho tiempo, salgan a cenar, a ver una película o cosas así.

HyungWon suspiró suavemente, recibiendo con una sonrisa leve la botella de agua que le ofrecía el de la cafetería, yendo después a una de las mesas disponibles.

—Está bien, mamá, los dejaré listos en la tarde para ti. HoSeok hizo una reservación a las siete y necesito estar listo —HyungWon escuchó una respuesta positiva por medio de su madre. —Okay, yo también te quiero mucho, mamá. Adiós.

El menor colgó la llamada, el tema de los bebés estaba resuelto. Sinceramente estaba muy emocionado por su cita, nunca había tenido una y quería saber cómo se sentía, había escuchado que cuando era con la persona ideal las citas solían ser un sueño, y HyungWon sabía que HoSeok era su persona ideal así que no podía esperar.

Siguió revisando su teléfono por unos minutos más, viendo las fotos que su esposo le había mandado de sus hijos jugando en el jardín trasero, Jae en su triciclo y DoDo sentada en la verde hierba. Por alguna razón su esposo estaba teniendo un horario más relajado, había días que no iba o que salía más temprano, eso le extrañaba a HyungWon ya que él trabajo de su esposo siempre solía ser pesado.

—Wow, HyungWon, eres un afortunado de primera —KiHyun había llegado a su lado, sentándose en la silla frente a él sin preguntar. —Si te la rifaste con este regalo.

HyungWon frunció el ceño mientras tomaba un trago de su botella, sin despegar la mirada del castaño.

—¿De qué estás hablando?

El mayor se acomodó mejor en su asiento y sacó de su bolsillo una caja oscura con un moñito dorado encima y lo que parecía ser una tarjeta de nuevo, HyungWon miró extrañado el objeto hasta que esté le fue extendido hacía él, ahora su expresión parecía ser de sorpresa y felicidad.

"Si sabes quién soy, usarás esto en nuestra salida" leyó HyungWon atentamente, dejando segundos después la tarjeta de lado y abriendo la caja. Sus labios se abrieron con sorpresa cuando vio allí dentro un brazalete de plata, lo tomó entre sus dedos mientras sonreía, sabía que su cita iba a ser especial pero no sabía que tanto.

—¿Qué significa lo de la tarjeta? —preguntó KiHyun mientras miraba también como HyungWon alzaba el brazalete.

—Es que mañana tenemos una cita —respondió él, con una sonrisa sin despegar la mirada del accesorio. —Pero esto se ve muy caro ¿Cómo pudo pagarlo? Oh, no debería gastar tanto en mí.

HyungWon guardó nuevamente su regalo en la caja correspondiente, con una sonrisa pintada en sus labios. Era un gesto muy hermoso que le estuviera regalando cosas durante las últimas semanas, no sabía el porqué, pero lo amaba.

—¿Puedes firmar aquí? —le preguntó el maestro de Jae mientras le acercaba una tabla con una hoja ahí sujeta.

Después de trabajar su rutina había sido la misma, pero ese día era viernes y para suerte de HyungWon la señorita Kim le había informado que podía ir temprano a su hogar, así que fue a casa directamente, encontrando a su esposo en casa limpiando algunas cosas.

Dear future husbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora