décimo cuarto capítulo.

2.3K 306 331
                                    

Décimo cuarto capítulo: Ser padre no es fácil.

HyungWon se comía las uñas de expectativa, sintiendo como el corazón le latía fuerte ante la situación.

—¿Qué es? —preguntó, su voz saliendo un poco impaciente y emocionada, lo cual le hizo avergonzarse al segundo de haberlo dicho.

—Verás, es sobre mi trabajo... —El mayor soltó un suspiro largo, haciendo a HyungWon carcomerse de nervios.

—¿Qué tiene tu trabajo?

—No voy a durar las dos semanas, HyungWon... Tal vez vuelva este fin —respondió el mayor.

—¿Qué? ¿Por qué? Dijiste que eran dos semanas ¿Por qué vas a volver antes? Bebé, te necesitan en la cocina, me dijiste que eras su chef.

—Ese es el problema... Yo no soy su chef.

Ahora sí que HyungWon estaba confundido.

—¿Cómo?

—Se que tuve que habértelo dicho desde el primer día que pasó, pero me encontraba tan mal que no quería hablar del tema y el resto de días no quería decírtelo porque pensé que podías sentirte decepcionado.

—¿De qué estás hablando?

—HyungWon yo nunca fui el chef de la cocina. Los chefs de China me dijeron que fue un error, que se habían equivocado o que simplemente me habían jugado una broma, pero que yo no era el chef de la cocina —en el trasfondo se escuchó el suspirar del mayor. —Toda esta semana solo he estado... lavando platos y ayudando a servir.

Y, en ese momento, HyungWon sintió las manos temblarle y la sangre hervirle, su ceño estaba fruncido y sus labios estaban apretados en una línea recta. Estaba furioso.

Pero no con quién se piensa.

—¿¡Cómo se les ocurre hacerte todo eso!? ¡Son unos hijos de puta! ¡Maldito el día en que los parieron! No, no, no y no. No te voy a dejar quedar allá, no voy a dejar que te humillen. Si tú no te vienes a casa este fin de semana yo mismo voy a buscarte.

HyungWon estaba dispuesto a soltar más gritos, estaba tan molesto en todo sentido, que solo quería tener en frente a todos esos bastardos y gritarles por tratar así a alguien, sobre todo a alguien tan lindo como su marido. Sin embargo, la risa suave de su marido lo hizo frenar, relajando su expresión.

—¿Te estás burlando?

—No, no —WonHo rio levemente. —Es que eres muy lindo cuando te enojas, incluso por teléfono.

HyungWon levantó sus piernas hasta su pecho, no sabiendo como sentirse exactamente al escucharlo hablar de esa manera sobre él.

—¿En serio crees que es lindo?

—Todo de ti es lindo —respondió sin dudas el mayor, haciendo que el otro sonriera inconsciente y abrazara sus piernas.

—¿Volverás a casa? —preguntó el menor, después de unos segundos de estar tratando de relajarse por la emoción.

—Umh, si, es probable, tengo algunas maletas hechas... Y la verdad ya no soporto estar aquí, es tan solitario y de verdad los extraño, a todos y a todo. A tus besos, a los gritos de Jae e incluso a los pañales sucios de DoDo —rio.

El menor siguió su risa mientras se recostaba en el sofá, tomando una manta que siempre se encontraba por allí cerca porque al parecer a Jae le gustaba tomar siestas en la sala, o bien hacer travesuras y hacer un fuerte de mantas en la sala. La mañana llegó con un sol fuerte y brillante, con cantos de pajaritos y aroma a césped recién cortado.

Dear future husbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora