séptimo capítulo.

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Séptimo capítulo: Sorpresas gratas no tan gratas.

WonHo soltó un suspiro sonoro mientras acomodaba mejor su mejilla sobre el pecho plano de su esposo. Levantó la mirada levemente, notando como el rubio se encontraba profundamente dormido, con sus hebras doradas esparcidas de manera desordenada por su rostro y con sus labios entreabiertos dejando soltar ronquidos bajos.

No había podido decírselo.

Intentó, realmente lo intentó, pero era muy difícil ver esos ojos avellanas mirarlo con tanta adoración y esos labios besándolo por todas partes. No llegaron muy lejos debido a que HyungWon se encontraba cansado, pero aun así no se halló con las fuerzas de decírselo.

Era de madrugada y no había podido dormir debido a que su mente seguía dándole vueltas y vueltas al mismo asunto, estaba mentalmente preparado para cualquier reacción, pero aun así no se sentía con las agallas de soltarlo.

La mañana llegó rápido, muy rápido para WonHo que se había desvelado pensando y cuando durmió, sintió que apenas cerró sus ojos uno de sus bebés ya estaba encima suyo despertándolo.

—¡Papá, papá! ¡Despierta, papá! —gritó emocionado el niño mientras saltaba alegremente sobre su regazo.

—No, por favor... —gimió cansado el mayor. —Déjame dormir.

—Pero papi HyungWon ya se despertó.

WonHo abrió lentamente uno de sus ojos para divisar al rubio que se encontraba parado junto a él, HyungWon le dió una sonrisa suave.

—Jae, ¿Por qué no vas y terminas tu desayuno?

El niño hizo una cara de desagrado y luego miró al rubio con un rostro de ruego.

—Ve y hazlo —le murmuró serio. El pequeño no tuvo más opción que agachar su cabeza y salir del regazo de WonHo y por último del cuarto.

Ambos mayores se quedaron solos en la habitación, el pelinegro se sentó en la cama y empezó a pasar sus manos por el rostro en una forma de alejar la pereza.

—¿No pudiste dormir anoche?

—¿Por qué lo dices?

El rubio se subió a la cama y gateando quedó a su lado —: Lo sentí, anoche te movías mucho y solo lo supuse.

El mayor soltó un suspiro pesado y se recargó en la cabecera de la cama, mirando al rubio que pasaba sus manos tranquilamente por sus brazos.

Era ese el momento indicado.

—Escucha, yo tengo que decirte algo importante, HyungWon...

La expresión del menor dejó de ser alegre y se transformó en una preocupada, dejando de acariciar el brazo de su esposo.

—¿Sobre qué?

Él había preparado todo un discurso, claro que sí, debía ser suave con HyungWon porque era un tema delicado. No sabía cómo podría reaccionar su esposo. Pero justo en ese momento nada de lo que había preparado salía de sus labios.

—¡Papi! —se escuchó un chillido de la primera planta.

HyungWon se asustó y sin pensarlo dos veces salió corriendo hasta donde se encontraban sus hijos. WonHo suspiró al verlo y golpeó suavemente la frente con la palma de su mano; necesitaba decírselo y urgente.

Retiro las sábanas y se bajó de la cama para ir a ver qué pasaba con sus hijos.

Cuando bajo pudo notar a un Jae molesto, frunciendo sus labios, y a HyungWon cargando a la pequeña niña al sofá.

Dear future husbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora