noveno capítulo.

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Noveno capítulo: Propuesta.

—Ten, bebé, te traje café.

HyungWon agradeció a su esposo para luego tomar el vaso de cartón y acercarlo a sus labios tomando un pequeño sorbo.

—Uh, está delicioso.

—Lo pedí dulce —habló el mayor mientras tomaba asiento a su lado y bebía de su vaso también. —Justo como tú.

HyungWon rio avergonzado por el halago y le dio un pequeño empujón al mayor, haciéndolo reír también.

Ambos estaban sentados en el aeropuerto esperando a que el vuelo del mayor saliera, habían llegado más temprano de lo usual al aeropuerto pensando que estaban tarde, pero era todo lo contrario.

Como era de esperarse no durmieron muy bien debido al trasnoche, por eso habían decidido tomar café para mantenerse despiertos mientras esperaban. No habían traído a los bebés porque WonHo ya se había despedido de ellos la noche anterior y además de ello, esos bebés eran la cosa más irritante del mundo cuando no dormían bien. Se la pasaban llorando, molestando y quejándose todo el maldito día.

Así que no, traer a los niños no era una opción.

—Ya casi son las seis, no demora mucho mi vuelo.

El rubio se quedó callado ante las palabras de su esposo, bebiendo de su café mientras observaba a otro lado. Tal vez tenía frío, sueño, y le dolía un poco el trasero... pero aun así estaba rogando para que el reloj corriera más lento, que no se apresurara tanto con sus minutos y segundos.

No sé imaginaba que haría durante dos semanas sin su esposo ¿Quién lo levantaría? ¿Quién haría cosas deliciosas para él? ¿O quién lo abrazaría por la noche para que no tuviera frío y le prestaría sus fuertes y fornidos brazos como almohada?

Eran muchas preguntas que le rondaban en la cabeza y todas le decían que la única solución a ellas era que WonHo se quedase.

Pero era algo imposible, el pelinegro se lo había reiterado tantas veces que ya le daba cansancio sacar a colación el mismo tema sabiendo que nunca iba a poder ganar la discusión.

Pasaron un buen tiempo tomando café y hablando de cosas triviales, como los quehaceres del hogar, sobre los bebés, los amigos de HyungWon y sus bebés y también sobre lo increíble que lo habían pasado anoche. Lo normal en una pareja de esposos. Pero tristemente el aeropuerto no tardó en anunciar que los pasajeros con destino a China debían estar presentes en la fila para recibir su equipaje y pasaporte.

WonHo apretó levemente sus labios cuando escuchó el llamado por medio de los parlantes, volteó a mirar a su esposo que se encontraba aún con su vaso de café vacío en la mano mirando sus zapatos deliberadamente.

—Ese... ese es mi vuelo, caramelito.

HyungWon suspiró suavemente y asintió.

—Vamos, déjame ayudarte con tu maleta.

Ambos se levantaron de sus sillas y tomaron el equipaje que se encontraba cerca de ellos, HyungWon tomó el equipaje de ruedas mientras que el mayor tomó el de mano. Ambos empezaron a caminar buscando la fila de los pasajeros, al final le preguntaron a una amable chica que trabaja allí la cual les indicó cortésmente dónde debían aguardar, HyungWon acompañó a la fila a su esposo, viendo cómo solo había cinco personas en frente suyo. Bien, había llegado la hora.

HoSeok se giró hacía su esposo, el cual también estaba un poco nervioso por todo lo que sucedía, podía notarlo por la forma tan tierna en la que sus pies se enredaban entre sí.

Dear future husbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora