Volvería Por Ti - Chriserick (Segunda Parte)

Capítulo 15

Estaba un poco más aliviado, Erick no demoró mucho en reaccionar y el médico ya había realizado su revisión.

- ¿Está seguro que no fue nada más? - pregunté.

- Solo fue un golpe superficial, de seguro la fuerza del golpe le provocó el desmayo. De todos modos sería bueno que le hagan unos análisis en caso de cualquier duda - recomendó.

- LÁRGATE DE AQUÍ - gritó Erick.

Giré mi vista hacia la mujer que se encargaba de los deberes de la casa, ella también estaba preocupada a pesar de todo.

- Señor Erick, yo solo quería...

- Desaparece de mi vista - dijo aventando una almohada.

- Déjanos solos, ya hablaremos nosotros - ordené para ella.

El médico mantenía silencio, le pedí disculpa por aquello, no era algo grato de ver.

- Trata de descansar Erick, cualquier malestar debes ir de inmediato a un centro médico - comentó.

Asintió agradeciendo. Salí de la habitación junto al doctor para acompañarlo a la salida y subir de inmediato, me daba pesar dejarlo solo.

- Acuéstate - ordené.

- Tengo que volver a mi casa.

- Estás en tu casa. Ya Erick, obedece - pedí.

- Me van a matar por tu culpa.

- ¿Por mi culpa? Sí el que me quería matar fuiste tú, mira mi cuello - enseñé.

Aún quedaban rastros en mi piel de la fuerza que aplicó, por un momento ví mi vida en juego.

- Christopher me tengo que ir - dijo al sentir mi agarre.

- Comprendo que hayas estado en la cárcel, pero si no quieres volver a ese lugar vas a calmar esos estúpidos impulsos. Quise ser comprensivo pero tampoco permitiré tus agresiones.

- Oye, qué te pasa. ¡Bájame! - pidió ya en mis brazos.

Lo llevé nuevamente a la cama, mi intención no era mantenerlo a la fuerza, pero quería estar seguro de que estaría bien.

- Toma, llama a tu mamá - entregué mi celular.

- No.

- Bien, voy a tu casa entonces.

- ¿Estás loco? Me vas a meter en problemas.

- ¿Por qué? Te voy a cuidar, debería agradecerme. ¿A qué le tienes miedo?

Guardó silencio sin mirarme, insistí para que me cuente, no era su deber hacerlo pero a mí realmente me importaba su bienestar.

- No quiero perder a mi familia de nuevo, si hago una estupidez más no me darán otra oportunidad.

- No te quieren cerca de mi, es eso.

- Son ellos o tú, comprenderás que ya les fallé una vez por estar contigo - dijo.

- Deberían darse el tiempo de conocerme o al menos de hablar conmigo, estoy cargando con un peso que no es mío - dije sentandome a su lado.

- Pero te incluye, tu papá no solo me dañó a mi, también a mi familia, tengo rabia y si fuera por mí lo haría pagar por cada día que pasé encerrado.

- ¿Eso te quitaría un peso?

- Yo no tengo ningún peso porque soy inocente, pero si me quitaría toda esta rabia que siento - respondió.

- Te voy a ayudar, la investigación ya está en proceso. Acepta mi ayuda, quiero que estés tranquilo - pedí.

- ¿Encerrarías a tu papá?

Bajé la mirada, si lo ayudaba ya estaba aceptando la idea de que yo también tenía que pagar por aquello en lo que no intervine.

- Sí, no te ha tocado fácil y si quiero tu perdón voy a hacer lo que se debe - contesté.

- Perdón por eso, no me supe controlar - indicó mi cuello.

- Solo no lo vuelvas a hacer, no te metas en problemas - aconsejé.

- No lo haré.

Extendí mi mano sin perder el contacto visual, los escalofríos me invadieron al sentir que cedió a tomarla, fue algo único.