Capítulo 2

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Lo miré en detalle, era tan raro verlo nuevamente.

Llevaba su cabello corto al igual que cuando lo conocí y también un poco de barba decoraba parte de su rostro.

- ¿Cómo estás?

- Qué haces aquí - repitió.

- ¿Nos sentamos?

No respondió, solo se sentó sin quitar su intensa mirada de la mía.

- ¿Me vas a responder?

- Llevamos tiempo sin vernos, sin hablar...

- Exacto. Por qué venir ahora - interrumpió.

- Quería saber cómo estabas, si necesitas algo.

- Estoy bien.

Su frialdad era algo totalmente desconocido para mi, suponía que el tiempo aquí estaba influyendo en él.

- No quieres hablar ¿cierto?

- ¿Me preguntas eso ahora? Estoy a nada de cumplir dos malditos años encerrado.

- Necesitaba mi tiempo, Erick, cometiste un delito - respondí.

- ¿Todavía piensas que fui yo?

- Te encontraron culpable.

- No te pregunté eso. Ten la maldita valentía de responder - dijo con enojo.

Desvié la mirada a uno de los policías, le hice un gesto para que sepa que todo estaba bien.

- Si no estás tranquilo no podremos hablar, no vengo con ganas de discutir y tampoco es el lugar.

- Es cierto, el señor Vélez no está acostumbrado a estos sitios - dijo irónico.

- Vaya mierda - dije tomando mi cabello.

Estaba intentando mantenerme paciente, pero definitivamente no íbamos a poder tener una buena conversación.

- Ya sabes que estoy bien, no necesito nada que venga de ti. Qué sea la última vez que vienes, no quiero tener cerca a alguien que no confió en mi cuando debió.

- Siéntate - pedí.

- Dijiste quererme y fuiste el primero en darme la espalda, creo que no pude tomar mejor decisión al no casarme contigo.

- También me dañaste con eso - reclamé.

- Y te pedí perdón, pero como siempre lo tuyo fue verme en menos y tratarme mal.

- Erick.

- ¿Me puede llevar a mi celda? - preguntó para el policía.

Me levanté de inmediato sin volver la vista a él, no esperaba un recibimiento grato, pero tampoco esperaba un desprecio a tal nivel.

Tomé mis cosas que me requisaron antes de entrar, necesitaba salir de este ambiente cuanto antes.

- Señora - dije deteniéndome.

Una bofetada llegó a mi mejilla derecha, sonó tan fuerte que para las personas que estaban ahí no pasó desapercibida.

- No vuelvas a venir aquí, no te quiero cerca de mi hijo - advirtió.

- No tiene derecho a golpearme - hablé.

- Y tú no tienes derecho a nada que tenga que ver con Erick después de la bajeza que le hiciste, sabía que ibas a ser su peor error.

- Son asuntos nuestros, con Erick tenemos cosas pendientes que resolveremos le guste a quien le guste - respondí.

- Tu padre y tú son unas malas personas, espero que Dios los perdone algún día y que todo lo que tienes te sirva al menos para distraer tu culpa y tu cargo de conciencia, le arruinaron la vida a un inocente, mi hijo no hizo nada y eso para ti será tu peor castigo.

- Yo no hice más que querer ayudarlo.

- ¿Estás seguro? Yo no hablaría con tanta seguridad.

Pasó por mi lado sin decir más, sentí el dolor en sus palabras y no pude evitar sentir ese peso de la duda.

Volvería Por Ti - Chriserick (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora