Lo miré en detalle, era tan raro verlo nuevamente.
Llevaba su cabello corto al igual que cuando lo conocí y también un poco de barba decoraba parte de su rostro.
- ¿Cómo estás?
- Qué haces aquí - repitió.
- ¿Nos sentamos?
No respondió, solo se sentó sin quitar su intensa mirada de la mía.
- ¿Me vas a responder?
- Llevamos tiempo sin vernos, sin hablar...
- Exacto. Por qué venir ahora - interrumpió.
- Quería saber cómo estabas, si necesitas algo.
- Estoy bien.
Su frialdad era algo totalmente desconocido para mi, suponía que el tiempo aquí estaba influyendo en él.
- No quieres hablar ¿cierto?
- ¿Me preguntas eso ahora? Estoy a nada de cumplir dos malditos años encerrado.
- Necesitaba mi tiempo, Erick, cometiste un delito - respondí.
- ¿Todavía piensas que fui yo?
- Te encontraron culpable.
- No te pregunté eso. Ten la maldita valentía de responder - dijo con enojo.
Desvié la mirada a uno de los policías, le hice un gesto para que sepa que todo estaba bien.
- Si no estás tranquilo no podremos hablar, no vengo con ganas de discutir y tampoco es el lugar.
- Es cierto, el señor Vélez no está acostumbrado a estos sitios - dijo irónico.
- Vaya mierda - dije tomando mi cabello.
Estaba intentando mantenerme paciente, pero definitivamente no íbamos a poder tener una buena conversación.
- Ya sabes que estoy bien, no necesito nada que venga de ti. Qué sea la última vez que vienes, no quiero tener cerca a alguien que no confió en mi cuando debió.
- Siéntate - pedí.
- Dijiste quererme y fuiste el primero en darme la espalda, creo que no pude tomar mejor decisión al no casarme contigo.
- También me dañaste con eso - reclamé.
- Y te pedí perdón, pero como siempre lo tuyo fue verme en menos y tratarme mal.
- Erick.
- ¿Me puede llevar a mi celda? - preguntó para el policía.
Me levanté de inmediato sin volver la vista a él, no esperaba un recibimiento grato, pero tampoco esperaba un desprecio a tal nivel.
Tomé mis cosas que me requisaron antes de entrar, necesitaba salir de este ambiente cuanto antes.
- Señora - dije deteniéndome.
Una bofetada llegó a mi mejilla derecha, sonó tan fuerte que para las personas que estaban ahí no pasó desapercibida.
- No vuelvas a venir aquí, no te quiero cerca de mi hijo - advirtió.
- No tiene derecho a golpearme - hablé.
- Y tú no tienes derecho a nada que tenga que ver con Erick después de la bajeza que le hiciste, sabía que ibas a ser su peor error.
- Son asuntos nuestros, con Erick tenemos cosas pendientes que resolveremos le guste a quien le guste - respondí.
- Tu padre y tú son unas malas personas, espero que Dios los perdone algún día y que todo lo que tienes te sirva al menos para distraer tu culpa y tu cargo de conciencia, le arruinaron la vida a un inocente, mi hijo no hizo nada y eso para ti será tu peor castigo.
- Yo no hice más que querer ayudarlo.
- ¿Estás seguro? Yo no hablaría con tanta seguridad.
Pasó por mi lado sin decir más, sentí el dolor en sus palabras y no pude evitar sentir ese peso de la duda.
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Volvería Por Ti - Chriserick (Segunda Parte)
FanficLos errores se pagan caro, incluso para los inocentes.