T R E S

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[...]

Las clases eran sumamente aburridas, y más cuando el sueño que te daba después de almorzar decidía atacar.

Marinette trataba de mantenerse despierta repitiéndose una y otra vez que era viernes, que lo soportara solo un poco más.  Mañana iría al parque de diversiones con Alya, Nino y Adrien. ¡Gabriel Agreste le había dado permiso!, ¡eso era un milagro!, ¡debía aprovecharlo al máximo!

La explicación que la señorita Bustier daba se vio interrumpida por una repentina y llamativa tos. Todos giraron la vista en dirección a Chloe, creyendo que era una actuación o algo por el estilo.

—¿Esta bien?, señorita Bourgeois.

La rubia negó con la cabeza, sin dejar de tocer, cada vez más y más fuerte que antes. Sabrina se sobresaltó y levantándose bruscamente del asiento comenzó a ventilar a su amiga con su libreta. Adrien se acercó rápidamente, también asustado.

Nadie además de ellos reaccionaron, les parecía una situación de lo más extraña y confusa.

— Chloe, ¿qué pasa?— preguntó el rubio.

—Duele...— respondió con dificultad después de un segundo. Su voz no había sonado para nada a como se oía siempre, y esta vez, si alarmó a la maestra.

Se acercó en pánico, tratando de recordar que decían los libros que se hacía en este tipo de situaciones.

—¿Chloe? — llamó Sabrina al borde del llanto. — ¿Qué sucede?

La rubia ya soltaba pequeñas lagrimas mientras tocaba su pecho fuertemente. Marinette se acercó lentamente.

Eso no parecía para nada una actuación.

Todos al ver que la dulce chica se había acercado, prestaron más atención. ¿De verdad estaba ocurriendo algo malo?

Después de un momento, una luz comenzó a emerger de la chica, asustandolos. De la nada, el destello cegó a todos por un momento y cuando pudieron ver con claridad de nuevo, la rubia había desaparecido.

—¿¡Chloe?! — gritó Sabrina.

Un silencio se formó en todo el lugar. Todos lo habían presenciado pero nadie podía entender nada. ¿Qué rayos había pasado?

Un mal presentimiento invadió a los héroes, y apoyados en sus reflejos Marinette logró quitar de la escena a la pelinaranja y Adrien a la profesora, salvandolas de que aquello les cayera encima.

La cosa había caído desde el techo, desafiando cualquier lógica existente. Soltó un sonoro quejido al golpearse contra el escritorio vacío de las chicas, y por tratar de recostarse de lado, terminó cayendo al suelo.

Ambos se alejaron instintivamente a la defensiva. Podía tratarse de un akuma.

—Ay...— lo escucharon quejarse una vez más. — mi cuerpecito...

Adrien frunció el ceño notablemente, ¿de dónde rayos había salido ese chico?

—Tranquilos, tranquilos. No necesito su ayuda, gracias.— continúo hablando sarcásticamente mientras intentaba reincorporarse, fallando lamentablemente en el intento.— Ay, no. Mentira, mentira... si ayúdame...— pidió quejándose aún más mientras se tumbaba en el suelo lentamente adolorido.

Marinette dejó de lado a la asustada chica y se acercó con cuidado, notando al instante la condición en la que estaba la cosa aquella.

—¡Está herido!, ¡necesita un doctor!— informó, provocando que la maestra se acercara solo para cubrirse la boca asustada. La herida era horrible.

Él No Es Chloe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora