Él No Es Chloe.

F I N A L .

[...]

El hospital no era el mejor de la ciudad, ni siquiera se acercaba a ser bueno. Era pequeño y se notaba que le hacía falta mucha maquinaria y personal de salud. Aún así, los parisinos le habían apodado "la salvación del miserable".

Ya hablaría de la redistribución de fondos con su madre después.

No fue difícil encontrarlo. Él mismo había dicho que su hermano necesitaba cuidados y por las promesas que papillon le había hecho era obvio que no tenían dinero.

Pregunto por él a una enfermera, quién er÷lo reconoció al instante al ver la foto. Habitación 293.

Sabía que dentro encontraría al hermano menor de Liam, pero nunca imaginó ver a un niño recostado en aquella blanca cama. Sus ojos oscuros, pero brillantes como nunca vió en otro lado; le faltaban dos dientes, pero eso no le impidió regalarle una gran sonrisa a un desconocido. Tal vez eso era lo que otros llamaban esperanza.

-¡Hola!- le saludó. -¿Eres mi nuevo doctor?

-Eh, no...

-¿El enfermero?

-No, yo no trabajo aquí. - se sentía repentinamente vulnerable ante la insistente mirada del pequeño. -Busco a Liam...

-¿¡A mi hermano?!- se sorprendió, intentó levantarse para recibirlo como era debido pero la intravenosa que tenía en la mano derecha se lo impidió. -¿Eres su amigo?, ¿son amigos?, ¿cómo se hicieron amigos?

-Me dió una paliza.- contó, tomando la silla que estaba cerca para sentarse junto a la cama. -Luego, yo le di una paliza.

-Que manera más extraña de volverse amigos.- le miró confundido. -Yo solo digo; hola, me llamo Claude ¿quieres ser mi amigo por siempre?- le extendió la mano a Colín, sonriendo.

-Vaya...- la aceptó. -Eres bueno en esto.

Él era bueno manipulado personas, pero no fue realmente necesario hacerlo con el platicador niño.

Según Claude, sus padres habían muerto hace 4 años, cuando él tenía solo dos y Liam doce. No tenían más familia, al menos no una que valiera la pena. Un tío lejano, quien debía cuidarlos, vendió todo y luego se marchó dejándolos sin absolutamente nada.

Le sorprendió que el pequeño supiera ese tipo de cosas con tanto detalle.

-Mi hermnao dice que no debe haber secretos entre nosotros.- contó. -Yo solo lo tengo a él y él solo me tiene a mi. Somos familia.

Aprovechó para salir de la habitación un momento cuando una enfermera llegó para darle su medicamento. Necesitaba pensar, despejarse. ¿Para qué había ido en primer lugar?, ahora que sabía la historia ¿qué iba a hacer?

-Claude, si tuvieras un deseo ¿cuál sería?-preguntó cuando volvió a su silla. El castaño le miró, como si hubiera estado esperando esa pregunta todo el tiempo

-Que mi hermano fuera feliz. -juntó sus manos. -Lo sabía, tu eres el angel que salvó a Liam del monstruo.

Esta vez el confundido era él.

-¿Ángel?- el apodo le puso nervioso.

-Liam dijo que lo salvaste del monstruo. Por favor...- sus ojos se inundaron. -Ahora salvalo de mi...

Un escalofrío recorrió por completo al rubio, y antes de que pudiera decir algo al respecto, la puerta de la habitación se abrió.

-Claude, ¿con quién hablas?- sus ojos se posaron en Colín, sorprendido y avergonzado. -Joven Bourgeois... ¿qué hace aquí?