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La oscuridad le rodeaba... igual que siempre.
Se había acostumbrado tanto a ella que incluso se sentía tranquila estando ahí. El dolor de pecho había desaparecido pero aún mantenía la sensación de vacío. Se sentó en lo que ella describía como suelo, pues en realidad no había nada sólido que fuese visible. Y a pesar de que el color negro predominara en el lugar, la visión no era nula.
Era un sitio tan dual, tan misterioso y mágico.
Había luz en la oscuridad, estaba segura de que había algo en la nada, que estaban todos pero no había nadie, había un terrible ruido escondido en el silencio.
Se sentía en casa.
Una ráfaga de aire frío la recorrió por completo cuando escuchó unos pasos resonar por el lugar. Giró al origen del sonido.
—Hola, tú...— saludó.
—Hola, tú...— respondió, sentándose junto a ella.
—¿Qué pasó?
—Lo logramos, Chloe. — trató de sonreír. —Volverás a casa.
—Volveremos. —corrigió. —¿Por qué no estás feliz?
Colín abrazó sus piernas, encogiéndose en su lugar.
—Tengo miedo.
—¿De qué?
No recibió respuesta pero no la necesitaba realmente, ella sabía perfectamente la razón.
Imitó la acción del chico. Quedaron en silencio unos segundos, disfrutando de esa extraña y tranquilizadora sensación que los invadia.
—Vamos a luchar.— informó, la rubia lo miró curiosa. —Y tengo miedo de volver a fallar.— confesó. —¿Y si todos los villanos tenían razón?, ¿y si no soy un buen héroe?
—Oye...— interrumpió. —Eres un gran héroe, y el que aún tengas el prodigio lo demuestra. — recostó su cabeza en sus rodillas.— Incluso si no lo tuvieras... eres el héroe que siempre quise ser.
Colín sonrió.
—Tienes amigos maravillosos. —comentó. —Adrien te adora y puede que Marinette no sea tan tonta como piensas. — la chica soltó una risa.
—¿Me estas diciendo que caíste en los embrujos de la panadera?
—Caímos querida. —corrigió. —Yo soy tú.
Chloe miró al frente pensativa y después de un momento, bajo la mirada atenta de Colín, soltó otra risa burlona.
—No.— dijo. —No soy tú. —se levantó.— Somos muy distintos.
—¿Qué quieres decir?
—Colín, ¿cuál es tu motivación?
No esperaba esa pregunta, y mucho menos por parte de ella. Desvió la mirada sin saber que responder. La chica se acercó a él, tomándolo de las manos.
—Mi motivación es ser mejor.— soltó. —La mejor, en todo. Voy a demostrarle a todos que Chloe Bourgeois no es solo la hija del alcalde. Que ella es alguien por si misma.
Él sonrió.
—¿A qué quieres llegar?
—Yo tengo motivación pero tú no.— la mueca en el rostro del otro no tardó en aparecer.— Y yo que no tengo un deseo, así que dime ¿con qué sueñas?
—¿Eso no es lo mismo?
—Sabes que no...— regañó infantilmente. —La motivación es el camino y tu deseo la meta; y una sin la otra no son nada. — un peculiar brillo invadía sus ojos mientras explicaba, contagiando un poco su emoción al otro. —Dime tu sueño — insistió.
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Él No Es Chloe.
FanficEs obvio que Colín Bourgueois no es un ejemplo a seguir, en ninguna dimensión existente lo sería... Con excepción tal vez de ésta. ¿Cómo es que el egocéntrico hijo de la alcaldesa terminó en un lugar tan extraño como ese?, ¿por qué todos lo miraban...