Round 18: Tiroteo

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Ese regalo confundió todas las cosas, hasta tal vez me sentía un poco culpable, pero está claro que no iba a disculparme con él, esa decisión estaba tomada, pero a Makena no le quedaba en claro.

- ¡Tu te tienes que disculpar! - me grito

- No - yo estaba tirada en la cama con el teléfono mientras ella estaba sentada al lado mío gritándome hace media hora, y eso que ya habían pasado días

- Malaika por favor - suplico

- Basta. Que te interesa a ti si me peleó con el o no

- Tienes que perdonarlo, punto final

- Que bien, te vas a callar entonces

- ¡No! - grito. Dejo el teléfono en la cama y la miro

- Dame un motivo por el cual deba hablar con él... Te escucho - se quedó mirandome con el ceño fruncido

- Le gustas

- ¿Y? Problema suyo - me estaba divirtiendo con esta charla, Makena echaba humo

- A vos también te gusta

- Yo nunca dije eso - me rei

- No hace falta que lo digas es obvio que te gusta

- Makena tengo vacaciones después de casi 5 años! No pienso estar todas ellas amargada por alguien que no es nada para mí! Okey?

- Bien ¿Y hasta cuándo tenés vacaciones? - al fin había cambiado de tema

- Hasta la segunda semana de enero, es mejor que nada. Hubiera querido viajar - comenté - de haber sabido que tendría vacaciones habría planeado todo

- Mi familia seguro viajo - respondió Makena con tono ofensivo - y yo no

- Que mejor regalo de navidad que estar conmigo - le respondí con un tono angelical aunque ella me miró enfadada igual

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Ayer logré convencer a Makena de disculparse con su familia y que la pase con ellos.
Yo decidí hoy, un día antes a año nuevo comprar costillas de cerdo. Las pre cociné y las guarde en la heladera.
Hoy ya era 31, y puse mi plan en marcha, y fui a hablar con los chicos.

- Vamos a viajar a la playa Shell y pasar año nuevo ahí

- No hace frio? - pregunto Ayden

- No importa, te abrigas

- Vamos a ir ahí, porque no quiero estar en Nueva Orleans

Estuvimos todo el día preparando las cosas, doblando mantas por el frío, cargamos unas sillas para la playa, platos, cubiertos, bebidas y cuando ya era la noche termine de cocinar las costillas de cerdo, las guarde en un tarro térmico, lo cargamos a la camioneta y salimos.

- Está lejos este lugar? - preguntó Ayden

- Ah una hora - respondí mientras salíamos en marcha de la casa

- ¿Y si la camioneta explota? - pregunto Ghalen

- Porque iría a explotar ? - le dice Ayden y ambos reimos

- No lo sé - respondí el niño apenado

El viaje fue tranquilo, además de peleas entre Ayden y Ghalen el resto fueron con el teléfono y en el caso de Ghalen con juguetes.
Cuando llegamos a Shell beach había mucha más gente de la que pensaba, la mayoría estaba vestida de blanco y sentadas en mesas en la arena comiendo.
Para encontrar estacionamiento fue un caos, pero una vez que encontramos fuimos a la playa y nos sentamos sobre una manta en la arena. Ghalen no sabía si jugar o comer, decidió empezar a revolver la arena y a correr con los perros.

El knocaut del amor (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora