Round 23: Fiebre

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Mí alarma suena, veo la hora y son las 6:45am.
Los chicos tienen que ir a la escuela.
Empiezo a mover a Makena que está al lado mío para que se despierte.

- ¿Que? - habla arrastrando las palabras entre dormida

- ¿Podes vestir, darle el desayuno y llevar a los chicos a la escuela?

- ¿Que? - repite con el mismo tono

- Podes vestir, darle...

- No - me interrumpe y da media vuelta

- Por favor anoche llegué casi las 4 am y tengo que ir a trabajar dentro de 5 horas

- Lo lamento - responde de espaldas a mí

- Bueno, pués no te voy a contar nada de lo que pasó anoche - bufó, hasta que me iba a levantar y me habló

- Está bien, voy yo - me frena y se levanta

- Ambos toman té, dale ropa a Ghalen, Ayden se viste solo, primero lleva a Ayden y bájate a llevar a Ghalen hasta adentro, chau

- Ok - respondió cortante y salió del cuarto.

Otra vez volví a dormir

- Me iré de la casa - anunciaba mientras se ponia labial rojo

- ¿Que? - respondía la joven detrás de ella

- Ya me escuchaste amor, me iré de la casa

- No entiendo - seguía hablando la joven - ¿Que hay de nosotros?

- No lo se hermosa, tu serás el futuro de esta casa, yo no, yo no sirvo para esto, me voy, a vivir la vida - dijo la mujer guardando su labial en un estuche

- ¿Nos quedamos solos? - preguntó la joven a punto de romper en llanto

- Lo siento, en serio, se me parte el alma, sino llama a tu abuela, te voy a dejar el número apuntado.

- No quiero - chillo la jovencita mientras se arrodillaba a suplicar - ¡Por favor no, por favor quedate, haré lo que quieras pero por favor quedate! - gritaba entre llanto y agonia

- No, y sueltame el vestido, me lo arrugas, en fin, revisa la nevera, ya sabes cocinar, además, ya eres grande, algún día tenías que vivir - sale del baño y va hacia lo que parece una sala y toma un enorme bolso de viaje - ¡Arrivederci! - gritó esto último y salió de la casa

La joven gritaba, le gritaba a la mujer, salió a correrla en la calle, pero la mujer saludaba y le sonreía a la gente como si nada, al final, la jovencita se tiro en la vereda, lastimandose sus rodillas y llorando escondida entre sus manos.

- ¿Mal? - abro los ojos de golpe y estaba Makena arriba de mí cabeza - ¿Estás bien?

Asentí levantándome despacio porque la cabeza se me partia en mil pedazos, mire mis rodillas pensando que tendría algo pero solo sentí el dolor en el sueño. Me sentía fatal, sentía ganas de llorar y de vomitar pero solo me senté.

- Estás sudando - mire la cama y las sábanas efectivamente están mojadas - ¿Tienes fiebre? - toco mí frente y mí mejilla

- Estoy bien - le respondí

- ¡Estás hirviendo Mal! - me reprochó - ya vengo, no te levantes

La escuché correr por el pasillo y al cabo de un rato volvió con algo en la mano. Era un termómetro, rode los ojos al verla exagerar tanto, pero ella insistió y me puso el termómetro hasta que pito y me lo pude sacar.
Makena me lo quito de las manos y se sorprendió al ver que la temperatura es de 38.9.

- ¡Malaika! - chillo - ¡Puedes llegar a explotar! - me reí ante semejante tontería

- ¿Que hora es? - pregunté

- Las 9:30am, pero no irás a trabajar

- Si iré - le respondí levantándome de la cama

- No, claro que no, no al menos que te duches con agua fría antes de irte y te tomes una pastilla

- ¡Bien! - le respondí enojada

Me metí bajo la lluvia de la ducha, primero agua caliente y después la iba enfriando hasta que estaba temblando y dejaba mí frente mojarse con el agua helada.

Salgo del baño y Makena estaba en la puerta con una pastilla y un vaso de agua que tome para que me deje ir.
Me vestí enseguida, con una campera ya que estaba lloviendo.
Aunque amaba la lluvia, no la deje caer sobre mí cara porque no quiero estar enferma, asique me subí enseguida a la camioneta y me puse en marcha hacia Red Cheek estornudando.
Entré al local con mí campera mojada por la lluvia y por mí pelo chorreando agua.
Luisa estaba en el mostrador casi dormida y eso que ya eran las 10am.
Tuve que trabajar tomando pedidos, atendiendo mesas, pero la verdad no había mucha gente. Yo estornudaba a cada rato, y a eso de las 11 empecé a tener calor y frio.
Me moje la frente con agua fría y volví a la barra a atender ignorando el temblor de mis manos.

- Hola - saluda, levantó la vista y era Khalan

- Mm - le respondí el hola

- Te estás muriendo - me dijo y yo me limité a pestañar.

Él se paró y puso su mano en mí frente haciendo que me tambalee y Khalan me agarró del hombro tirando la sal sobre el mostrador.
Me quedé parada hasta que una mesa me llamo y fui .
Khalan quedo con su mano en el aire, cuando volví él estaba hablando con Luisa.
Ella me miraba con una cara de mezcla de preocupación y el ceño fruncido al mismo tiempo mientras que Khalan le hablaba con énfasis moviendo las manos, no me había preocupado hasta que Luisa me llamo con la mano.

- ¡Malaika! - me dice Luisa en casi reproche cuando me acerco a ella

- ¿Que sucede? - pregunte asustada

- ¿Estas enferma? - me preguntó viéndome detenidamente cada parte de la cara

- No, ¿Que le dijiste!? - le reproche a Khalan

- Que si te hago trabajar enferma soy una explotadora - responde Luisa con tono triste - ¡Y tiene razón Malaika, pero tú no me informaste que lo estabas! Debes irte a casa Malaika. - sentencio

- ¡Yo estoy bien! - me queje - puedo seguir trabajando

- ¡Claro que no! Sudas como una canilla querida, vete a casa, y vuelve mañana si te sientes bien.

- Pero...

- ¡Pero nada! - me cayó - te vas a casa

Echando humo me aparte de ellos, tome mi bolso, me puse la chaqueta y salí de Red Cheek. Corrí hacia la camioneta, trate de subirme pero la puerta estaba cerrada, empecé a buscar las llaves en el bolso pero mis manos temblaban tanto y revolvía tan frenética que no sentía nada en mis dedos.

- ¡Ey! - tocan mi hombro y era Khalan

- ¡Dejame! - le grité

- ¿Que te pasa? Solo te ayude, tienes fiebre.

- ¡Otra vez mas, no pedí tu ayuda! - volví a gritarle

- ¿Que nunca piensas defenderte? - me respondio enojado

No sabía que responderle, quería gritarle, pegarle, tal vez hasta besarlo, pero no podía, no me movía, ni reaccionaba, sino que lo mire, hasta que se volvió borroso, luego vi todo negro, y caí sintiendo un gran dolor en la mejilla.

El knocaut del amor (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora