Round 8: Averiado

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Entramos al gimnasio, Ghalen tomaba mí mano con mucha fuerza porque tenía miedo de perderse entre la gente, con la otra mano llevaba enganchada a Makena que también la tiraba un poco hacia mí.
El lugar era oscuro, adentro habían dos ring de boxeo, un piso acolchado y tres grandes tribunas. Mire hacia arriba el segundo piso y habían sacos de boxeo, y los chicos estaban ahi. Cuando bajó la mirada había una persona parada enfrente de mío y no alcance a frenar asique lo choque, cuando se dio vuelta a verme, Makena me pellizco la mano.

- Hola qué tal - saluda - ¿Madre de algún chico de aquí o de los visitantes? - pregunto ofreciéndome la mano, le devolví el saludo estrechándole la mano también

- Si, Ayden - le informe - que por cierto llego lastimado el otro día a casa

- Bueno me alegro que te allá informado, y si con respecto a eso yo lo lleve a su casa y le compre la bolsa de hielo que llevaba en la cabeza - me quedé callada, no pensaba agradecerle por su irresponsabilidad - por allá son los asientos - señaló a una de las tres gradas - Te conozco? - pregunto observandome a los ojos

- Mm, no, no lo creo - dije - jamas te he visto - agregue y el sonrio, nose que habia dicho de gracioso

- Khalan, boxeador y entrenador - dijo indignado y se fue

Con Makena nos miramos y reímos, luego de eso nos fuimos a sentar a las gradas, Ghalen jugaba y corría por el gimnasio con otros niños pequeños.
Un viejo presentó el nombre del torneo, y a diferentes escuelas del estado de Luisiana invitados a competir, nombró al profesor de la nueva escuela fundada de boxeo, Khalan, que está triunfando o algo así.
Empezaron a luchar varios jóvenes, dos en cada uno de los dos ring. Algunos eran mejores que otros, también el mismo viejo anunciaba los resultados y los puntos para las diferentes escuela, con Makena solo podiamos asombrarnos por semejantes golpes que recibian. 
Después de un rato de charlar con Makena vemos de reojo el ring que no habíamos prestado atención y Makena dice:

- Ese no es Ayden? - pregunta - Si es el! - se responde

- ¡Vamos Ayden! - gritamos al mismo tiempo - Woo - gritó Makena

Ghalen en cuanto nos escucho gritar vino con nosotras a ver a Ayden luchar, las luchas solo duraban 20 minutos. Ayden parecía luchar con un oponente de Francisville. Era bastante superior ya que derribo a Ayden dos veces pero parecía guardar sus energías ya que en el último minuto arremetio y pudo tirarlo, lo cual lo hizo ganar su primer y único juego, con dos puños en la cara y una ceja roja pero el jovencito cayo a la lona y eso le dio la derrota. 
Con Makena nos quedamos mirando más peleas duránte un rato hasta que vimos a Ayden acercase a nosotras, empapado en sudor.

- ¿Me vieron? - pregunto radiante Ayden - ¡Le gane!

- ¡Si! ¡Sos un genio! - le gritó Makena

Yo le choque el puño y lo felicité, y también le pregunté que quería hacer para celebrar, pero en vez de pedirme algo, me pidió permiso para salir.

- ¿Salir? - le pregunté - ¿A dónde?

- Con los chicos, estos chicos, el entrenador y los de su equipo nos invitaron a comer a todos, dijo que él invita

- Bien, sisi, puedes ir - le avisé 

- Aunque si querés cualquier día pueos cocinar la carne con papas al horno. - pidio mendigando

- ¡Si claro! - exclamé tocándole el hombro - ¿Que debemos hacer ahora? ¿Ir a casa o quedarnos aquí hasta que termine? - pregunte ya que estaba aburrida y quería irme

- No, vamos a casa así me ducho y puedo volver acá - responde Ayden

Cuando llegamos a casa, Ayden se va a duchar y Makena decide quedarse en casa asique le elegimos un jean y una remera nueva para que pueda salir. El insiste que es muy formal, aunque nosotras le dijimos que vaya con eso igual. Ademas le tuve que limpiar la herida de la ceja escuchandolo quejarse por el ardor. 

- Estoy listo - anuncia Ayden - ¿Vamos?

Llevo a Ayden de nuevo al gimnasio y veo que su grupo de amigos se encuentran en la puerta charlando junto con su entrenador.

- Escucha Ayden - lo tome de la mano - no puedes beber - lo señale con el dedo

- Lo se - dice girando los ojos 

- O sea embriagarte, no, alcohol no

- Si entiendo! Ya... - me calma con sus manos 

- Ni estés con chicas si no... 

- Ahh! - grita y cruza sus brazos frente a mi cara pudiendo callarme - ¡Ya se Mal! No chicas

- Y si van a bar tu no bebas alcohol, pediras una Coca cola, pero si puedes bailar, ni tampoco consumas drogas.

- De acuerdo - dijo cansado - aunque no creo que vayamos a un bar, puede que sí a los bolos.

- ¿Quieres plata? 50? - pregunte

- Bien - respondió y tomo la plata - ¿Ya me puedo ir?

- Si está bien

Ayden se bajó de la camioneta y se fue hacia su grupete de amigos. Decido darle arranque a la camioneta para ir a casa y no sucede nada, intento una y otra vez y veo que no decide arracar. Me bajo de la camioneta y abro el capot, la verdad es que no sabía mucho de mecánica, se podría decir que nada, pero lo camioneta siempre tenía el mismo problema, ajustar una tapa y problema solucionado. Decido y ir a ajustarla y al tocarla estaba hirviendo, sentí como quemaba los dedos y grite de dolor.

- Mal - era Ayden que venía corriendo detrás mío - que te paso, estás lastimada - dijo tomando mis manos

- Solo estaba arreglando la camioneta pero... - los ojos se me estaban aguando, y sentía ganas de llorar pero no lo iba a hacer porque estaban los amigos de Ayden y lo iba a avergonzar, realmente mis dedos quedaron rojos por el contacto con la tapa caliente. 

- ¿Está todo bien? - pregunta una voz a mi espalda y vi que era el entrenador. Pero antes de que pueda decirle que si se puso a examinar la camioneta - ¿Tienen un trapo por casualidad? - pregunto y Ayden fue corriendo a traerle un tapo viejo que teníamos dentro de la camioneta 

Tomo el trapo como guante y saco una tapa la cual dejo con cuidado en el suelo, luego el trapo lo hizo una bolita y lo metió donde había sacado la tapa anteriormente.

- Muy bien - dijo - prueba darle arranque - me quedé mirandolo y Ayden me pego en el brazo 

- Ah - reaccione y fui a la camioneta

Le di arranque y aunque tardo unos segundos en encender el motor, lo hizo.
Me baje, la deje en marcha y fui hacia ellos. 

- Tendrás que comprar esto - dijo el entrenador tomando la tapa del piso con cuidado de que este caliente - y tal vez llevársela a un mecánico ya que tiene que ponerla alguien con mucha presion, con ese trapo tal vez solo llegues a tu casa - aclaró entregándome la tapa y la tomé con más fuerza de la que hubiera querido demostrar

- Si,  gracias - dije

Me abri el paso, cerré el capot y luego me subí a la camioneta y me fui a casa, cuando iba por la esquina del gimnasio miró por el espejo retrovisor y veo que Khalan me hace un saludo militar. 

El knocaut del amor (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora