Round 25: Las pesadillas vuelven

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El cuerpo yacía en el piso, el piso que estaba rojo, la alfombra que ahora estaba sucia.
Ayden estaba en shock, solo miraba en una dirección, hace casi una hora.
De mís ojos no paraban de brotar lágrimas, mecía a Ghalen, lloraba, lloraba hace rato, pero la mujer no quería tomarlo, sino que lo habia tomado yo.
No sabía que hacer, quería huir, dejarlos a todos en casa, irme a vivir lejos, y ser feliz, pero cuando intento correr un policía me pone el arma en la frente y entonces..

Me despierto de golpe, asustada, mirando para todos lados, no solo sudaba, sino que lloraba.
Estoy harta de tener pesadillas, no sé ni si quiera porque las tengo, pero lo que si se es que no quiero tenerlas más.
Quería gritar, pero cuando me doy cuenta mí brazo era apretado con fuerza por Khalan que estaba al lado mío y no me había percatado.

- ¿Estás bien? - pregunto soltando mí brazo y tomando mí mano

- Si... Si, si, solo... Solo fue una pesadilla

- Está bien, es normal, todos las tenemos - acariciaba mí mano de una manera tan tierna que eso me provocaban más ganas de echarme a llorar

- No creas que estoy loca - le dije con los ojos aguados

- No creo que estés loca por tener pesadillas - sentia como me miraba fijo - creo que estas loca como por no dejar que nadie conduzca tu camioneta, pero no te conozco mucho como agregar más cosas.

Puso dos dedos en mí mentón y movió mí cara hacia la suya ¿Que hace? Que no entiende que ODIO EL CONTACTO VISUAL.
Pero resulta, que eso quiere, que me pierda en sus ojos, en su dulzura, en él, y eso hago, porque me inclino, y lo beso yo, esta vez lo beso yo.
Con más ganas de las que pensaba, pero me está volviendo loca, y como voy a resistirme a su boca si es un amor de persona conmigo.
De repente me recuesta en el sofá y le pongo una mano en pecho frenandolo.

- No vamos a tener sexo - le dije y él me dió un leve beso en los labios y después se paró.

- Lo se - me tendió una mano y también me senté - ¿Te quedas a comer?

- Humm - ¿Que? - no lo sé, creo que debería irme a casa, sentía mis párpados haciendo fuerza por no llorar

- Podemos cenar temprano - me había ofrecido mientras se iba a la cocina - ¿Que te gusta?

- Ehh - en serio quiero irme a casa pense - no lo sé - me pare en la barra que daba de la cocina a la sala

Empezo a sacar cosas de la heladera y yo como si nunca hubiera cocinado en mi vida me quede observando pensando que eran cosas que nunca antes había visto.
Salí de mi parálisis, y empecé a infentificar, apio, cebolla, ajo, tomate, lo único que de me ocurre es...

- Pescado - exclama sacando una bandeja de la heladera - ¿Te gusta el pescado no? - solo asentí

Me senté en la isla, esta vez en otra banca mientras él empezaba a picar todas las cosas y las empezó a saltear con aceite y sal.

- ¿Sabes sacarle las espinas al pescado? - me preguntó y de nuevo me limité a asentir

Me dió una tabla de picar, el pescado y un cuchillo.
Empecé a sacarle las espinas y él puso arroz en una olla y se sentó enfrente mío viendome sacar las espinas.

- ¿Está es mi mesa sabias? - dijo acariciando la mesada y yo de nuevo asentí - pienso hacerme un comedor, en aquel cuarto - señaló el cuarto de los trofeos - al que entraste - me atragante con mi propia saliva - descuida, supuse que ibas a registrar si era la casa de un asesino

- Lo siento, igual no te robe nada - le dije y él se reía

- Aún así, hablas muy poco - dijo

- No te conozco, casi nada, no sé de qué quierés que hable

El knocaut del amor (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora