Cuando regreso a mi habitación, llamo a la recepción. Un tipo contesta al primer repique.
—Conserjería. ¿En qué puedo ayudarle esta tarde, Sr. Chwe?
—Sí, necesito tener algunas cosas entregadas a las habitaciones de mis huéspedes.
—Sin duda, señor Chwe.
Me froto la frente, pensando.
—Necesito a alguien que haga maquillaje y otra persona más para el cabello. Oh, y tal vez una de esas personas que hace que tus uñas se vean muy bien.
—Sí, señor, un técnico de uñas. —Puedo oírlo sonriendo a través del teléfono—. Tenemos uno en el personal.
—Sí, eso. Además, necesito un estilista.
Necesito que llamen a mis huéspedes
para conseguir las tallas y luego llevarles su ropa para ir al club.—¿Algo más?
Miro alrededor de mi habitación.
—Sí, necesito dos botellas de Dom (Champagne marca Dom perignon) y la más grande, más grasosa hamburguesa de queso y tocino que tengas.
—¿Le gustaría cargar esto a su habitación, señor?
—Sí, póngalo en mi Amex.
—Gracias. Tendremos a la estilista llamando a sus huéspedes de forma inmediata. ¿Le gustaría que el estilista visite su habitación también?
Miro hacia abajo a mi chaleco rojo, vaqueros azul marino oscuros con botones abajo, y cinturón de Louis V.
—Claro —le respondo—. Envíela.
—Los tendremos en breve.
Cuelgo y camino hasta mi cama. Es lo suficientemente grande para mí y seis chicas. ¡Pow! Después de mirar a una radio de Pandora montado en la pared, voy a través de los canales hasta que aterrizo en Korn. La música explota en los altavoces, y minutos más tarde, alguien llama a mi puerta. Es la bebida. No demasiado pronto.
El tipo que la trae espera torpemente en la puerta hasta que firmo la factura y pongo un billete de veinte en su mano. Entonces me sirvo mi viejo amigo, Dom, en una copa de cristal y me la tomo. El Champagne está hecho para saborearse. Pero yo estoy hecho para la fiesta, así que lo que sea.
La estilista llama y más tarde trae una chaqueta deportiva gris y camisa roja con cuello en V. Considero sus opciones.
—Lo has hecho bien —le digo.
Ella me da una sonrisa tensa, luego se apresura para cuidar de los otros tres.
Doy un vistazo en el espejo. Sorpresa, sorpresa, luzco delicioso, como para
chuparse los dedos. Y eso es importante, porque estoy a punto de visitar a Seungkwan. Si no puedo hacer que pida más solicitudes, lo menos que puedo hacer es asegurarme de que él tome un poco más de sellos esta noche. Eso sería un infierno mucho más fácil si apuntalo mi negocio. Las personas feas son un montón de cosas, pero influyente, no
es uno de ellos. Tomo una copa de champán, desordeno mi pelo, y salgo del dormitorio.El reloj marca las 10:45. Bueno. Eso es todo el tiempo que necesito para poner a Seungkwan en el estado de ánimo adecuado. Abro la puerta de mi habitación del hotel, cruzo el pasillo y golpeo una vez a su puerta.
Un hombre de unos treinta años abre la puerta.
—¿Qué quieres? Estoy ocupado.
—¿Quién diablos eres tú? —pregunto.

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El Coleccionista - Verkwan (Adaptación)
FanfictionÉl hace que los chicos buenos... se vuelvan malos. Chwe Hansol es increíblemente genial, y él lo sabe. Su buena apariencia, encanto asesino, y sobresaliente confianza han hecho de él uno de los mejores del infierno; un coleccionista de almas. Su tra...