OLIMPO | XXV ☬

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| ALICE |

Con un delicioso olor proveniente de la cocina era bienvenida la mañana, maravilloso en mi cabeza llegaron esos recuerdos de mi nana cocinar riquísimos manjares que de un momento a otro sin importarme mi vestimenta o como lucia había salido del cuarto corriendo al primer piso tropezando en el primer escalón de la escalera volví a levantarme sin sentir el dolor, la fuerza e valentía había surgido inesperadamente, en mi cabeza solo estaba llegar a la cocina y ver mi nana fundirnos en un abrazo fuerte.

Pero...

Abruptamente detuve mis pasos al sostener la perilla de la cocina mis nervios habían regresado y si no era ella.

—Tanto correría, caída y esfuerzo para nada. —escuchó la voz de Iker detrás de mí entre leves risas. Diablos que vergüenza. —Debiste verte salir de tu cuarto despeinada. Eres curiosa Alice, tus manías son parecidas al de tus hermanos mayores. —continúa

—¿Qué? —sonrojada giró para ver su rostro directamente

¿Quién era yo para negar la realidad?

No negaba que era demasiado, no realmente es atractivo sus ojos eran tan cautivadores que hacían temblar a cualquiera y verlos fijamente una gracia, realmente era maravilloso sentir su presencia, jamás negaría la belleza de otra persona. Pero él era tan extraño. Enigmático era la palabra correcta para calificarlo, podría parecer una oveja con sus gestos tranquilizador y dones de empatía, pero quién me asegura que no era un lobo disfrazo. Él podría ser tan parecido a August y nadie podría decirme lo contrario, en cualquier momento podría acabar con mi vida.

—Sucede algo Alice, te veo nerviosa. —sonríe ligeramente al arquear una ceja, y como no estar nerviosa —¿Por qué tanto ajetreo mañanero? —riéndose levemente toma la perilla para abrir la puerta. Si se veía mil veces mejor sonriendo que al estar con el rostro sin gesto alguno. Con la mirada de querer matar alguien con sus gestos —Tú Nana está aquí ve abrazarla. —susurra al estar centímetros de mi rostro para irse por el pasillo en una dirección desconocida de mi casa.

No estaba nerviosa, estaba completamente segura de que en cualquier momento me caería al suelo al sentir un acercamiento más de ese tamaño.

—Alice. —la dulce voz de mi Nana me trae a la realidad —Cariño que alegría verte. —sonriente se acerca abrazarme

—Nana... —susurró sonriente —¿Cómo?

—Tú madre. Es maravilloso verlos también me devolvió mi alegría.

—Me alegra saberlo. —Tomo su mano delicadamente al sonreír ampliamente

Veía el brillo en sus ojos, la paz y el amor.

Me sentía felíz tenerla a mi lado eso era más que suficiente.

—Al llegar en la mañana pude darme cuenta de que tenían invitados... ¿Quiénes son querida? Esos buenos mozos son bellísimos.

REYES DEL RENACER | AUGUST ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora