RUPTURA | XIII ☬

6.8K 325 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







“ Un amor fallido "

•••


| ALICE |







Noche complicada, de cierta forma si lo fue.

¿Como lograría sacarme todas estas inquietudes?

Tenía preguntas en la cabeza que cada minuto revoloteaban mi cerebro con múltiples de respuestas absurdas y otras sumamente locas que a cualquiera asustaría si escuchará mis ridículas palabras. Inquieta, molesta y desconcertada toda la noche estuve pensando sin ningún resultado siendo un desveló molestó.

Tranquila repetía constantemente, era otro día soleado y ameno, nadie sabría lo sucedido, no había ningún problema. Pero era imposible olvidar el coraje seguía presente recordar su rostro de tristeza, odió hacia ese hombre que era el causante de haber levantado con ojeras mañanera, no era nadie para acusarlo sin pruebas haber causado una pelea pública sin sentido y sobre todo tenerme como una culpable, estaba completamente loco no lo conocía y decía mi nombre libremente.

Sobre todo, no entendía porque defendí August, una excusa... Era mi jefe.

¿Es válida?

Por supuesto que lo es, aunque no era mi jefe directo tenía una leve lealtad hacia él.

¿Verdad?
Qué ridícula debí verme, además de haberlo defendido

¿Cómo fuí capaz de darle un beso?

Aún con las sábanas envolviendo mi cuerpo completamente daba pequeños gritos recordando tal escena, silenciados por la realidad... fueron en la mejilla, no era una gran hazaña. Solo era un desastre. Sin resultado en querer dormir más dudé en levantarme y ir al trabajó, pero como una buena profesional logré ponerme de pie para ir al baño, arreglar y cambiar mi uniforme nuevo. Perfectamente lista miraba la ventana fijamente viendo como el auto de mi padre llegaba a estacionarse rechinando él pavimento con brusquedad, significando una sola cosa... Una discusión, teniendo razón al escuchar unos fuertes gritos en el interior de la casa minutos después de ver cómo ambos entraban.

—¡Ahora qué!, ¡Te lo dije, Paúl! ¡Algún día esos contratos iban a ser nuestra ruina! No debiste firmar. —escuchó el gritó de mi madre en la sala al haber corrido escaleras abajo hace segundos atrás en busca de respuestas —Lo perdimos todo. Sabes lo que significa, somos unos blancos fáciles de acabar. —reclama, que al estar al frente de ellos confundida sigo acercándome tímidamente —Estamos arruinados, por tu maldito orgullo. Debiste aceptarlo. Después veríamos que hacer. Ella no se encuentra sola. No está sola.

REYES DEL RENACER | AUGUST ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora