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| ALICE |
El dolor de cabeza era insoportable, sentir mis manos entumecidas, la presión de las cuerdas en mi piel una dolencia que cada vez se presionada por el intentó de doblegar los nudos, unos que por más fuerza aplicada no desistían. Tanto mis pies como manos estaban de la misma forma solo veía mi alrededor una oscuridad resplandeciente diseñada para una película de terror, frustrada, con hambre, asustada, y completamente preocupada por mi bienestar y el de mis amigas seguía recordando nuestra llegada aquí, nos habían dormido en el transcurso del camino por nuestro alboroto, encontrando al despertar la sorpresa de estar completamente sola, amarrada en el sucio suelo con frío.¿Cuántos días?
Había perdido la cuenta en el primero que solo ahora estaba viviendo en un limbo.
Aún más recordando el motivo perfecto de encontrarme aquí. No.
No fue buena idea caer en las provocaciones del maldito mentiroso de Jones, cretino, engañoso y rata que había provocado mi estancia aquí. Ninguna maldita rata merecía ser comparada con ése sujetó y felizmente agradecía que tampoco hubiera alguna por aquí, solo el vacío, un silencio el cual estaba volviendo loca a un cierto punto de no saber en dónde me encontraba, si mi familia se encontraba bien o estaban buscándome, buscándonos realmente.
¡DETÉN A LOS HERMANOS! ENCUÉNTRALOS YA. ESOS MOCOSOS NO PUEDEN SALIRSE CON LA SUYA.
Raramente me sentía feliz al escuchar una voz, gritos de molestia cerca de mi puerta, levanté mi mirada hacia ese lugar.
—¡Ayuda! —grité con suficiente fuerza sin respuestas —esperó que se caigan por una escalera y se rompan una jodida pierna, malditos lunáticos. —culminó con una tonta amenaza que al estar delirando por la sed tenida no tenía otro insultó en mi cabeza perfecta.
Asustada, por supuesto lo afirmaba por segunda vez, cada sonido provocaba un cierto paro cardíaco, que al levantar mi rostro a la puerta observó como bruscamente se movía la manija, sencillamente hubiera gritado pero mi lucidez estaba frote solo un porciento entre las ganas de desmayarme o seguir despierta luchando con las cuerdas y liberarme de esta tortura silenciosa.
Pero como.
¿Cómo podría escapar de este infierno?
—Alice. —escuchó la voz de un hombre cerca mío —¡Oh! Mi abuelo tenía razón eres parecida a Paúl, era un gran hombre. —escuchó como se dirigía acerca de mi padre que al abrir mis ojos veo su rostro detalladamente —¡Que bien, despertaste! ¡Ahora cariño necesitó que me ayudes, levántate que debemos escapar de aquí y encontrar a los demás! —dice sonriente sosteniendo mis manos sueltas de las cuerdas gracias a él, frotaba delicadamente mi rostro para limpiarme la sangre seca que tenía y luego continuar con los brazos con un pañuelo
Su rostro con facciones delicadas, nariz respingona y ojos color miel atraían fantásticamente a la perfección. Era demasiado atractivo para ser tan joven, mal para mí solo me levanté del suelo con su ayuda y delicadeza.
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REYES DEL RENACER | AUGUST ©
Romance#Nuevaversion "A qué costó comprendería tu amor." Todo comienza con una mentira. Alice Thompson una secretaria por elección, es obligada a mentir tras haberse cruzado por segunda vez con el pasado tormentoso, siendo su jefe el principal autor de sus...