Mi corazón estaba ciego

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Nie HuaiSang camina de un lado a otro nervioso por lo que puede pasar.

Jin GuangShan avisó a todos que Jiang YanLi sabe quiénes abusaron de ella.

Mientras agita su abanico con desesperación, el Omega piensa que ya es momento de tomar una decisión sobre el paquete que le dejó Mo XuanYu.

Sea cual sea la decisión que tome, va afectar a todos y tiene miedo de que pueda arrepentirse.

Pero...

¿De qué puede arrepentirse si la culpa ya está acabando con la poca cordura que le queda?

Sale de su mansión sin avisarle a nadie y se dirige a la mansión de los Jiang. Antes de tocar la puerta, Jiang YanLi sale. Ambos cruzan miradas.

La Alfa no tiene tiempo de hablar, Nie HuaiSang se arrodilla ante ella temblando.

—¡Señorita Jiang, lo siento!

—Nie HuaiSang...

—De verdad lo siento, lamento tanto haberle causado tanto daño...

—Se nota que tienes mucho miedo ir a prisión para venir a humillarte de esta forma — Madame Yu hace su aparición con un aura llena de rabia. La mujer rechina los dientes y aprieta los puños.

La Alfa mayor le da una patada en la cara de Nie HuaiSang con todas sus fuerzas. El Omega cae al suelo.

— ¡Madre! — YanLi intenta ir con Nie HuaiSang, sin embargo, Madame Yu toma su muñeca para detenerla.

—Quédate quieta. Este hombre merecía esto y más, mucho más.

—Pero...

— ¡A-Li! ¿Sientes pena por este asqueroso?

Mirando al Omega que aún está en el suelo sufriendo con la nariz rota, Jiang YanLi tiene emociones atravesadas. Enojo, lastima, miedo y tristeza.

—Señorita Jiang... — lloriquea HuaiSang. No se sabe si es por el dolor infernal que siente por la patada o si es el arrepentimiento que le está lastimando en el fondo de su corazón —. Yo realmente lo siento... Vengo a... darle esto...

Temblando, Nie HuaiSang trata de sacar un sobre de su abrigo.

—No queremos nada de ti. ¡VETE! — ordena Madame Yu.

—Pero es...

—¡DIJE QUE TE LARGUES! ¡VETE O TE ROMPERE LO QUE TIENES ENTRE LAS PIERNAS!

—Señorita Jiang, se lo ruego, debe aceptar...

La puerta de la mansión Jiang se cierra. Nie HuaiSang mira de un lado a otro.

¿Y si deja el sobre en el buzón?

¿O es el destino que indica que es mejor no entregarlo?

Se aleja. El dolor en su nariz desaparece y el sangrado se detiene. No sabe hacia dónde se dirige y cuando se da cuenta, ya está en un bar.

Entra para pedir un trago.

Sus ojos se posan en un Omega que se ve sucio, apesta mucho a alcohol y contando que tiene el cabello totalmente desarreglado. Y para el colmo, un sujeto extraño le hace compañía, está muy claro cuáles son las intenciones de ese Alfa tan corpulento. El sujeto acaricia la espalda del Omega y no para consolarlo.

—ZiXuan, otra vez bebiendo — Nie HuaiSang se sienta a un lado de su amigo y observa al Alfa que jamás ha visto en su vida —. Gracias por cuidar de mi amigo, puede retirarse. Por favor.

¿Quién arruino mi vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora