¿Quién arruino mi vida?

No fue mi intención amarte

Jiang YanLi toma un poco de aire en el patio trasero de la mansión. Jin ZiXuan la ve pero no está seguro si debería acercarse para que hablen.

—¿ZiXuan?

Ya lo descubrió.

Él se dirige hacia ella.

—Yo... no sé qué decir. No esperaba que...

—No soy capaz de denunciarte. Y se lo prometí a A-Ling. Además... creo que Nie HuaiSang va a sufrir mucho en su trabajo. Lan Zhan también. Los rumores llegaran a los oídos de todos. Sólo por haber sido acusados una vez de violación... basta para dañar su reputación.

—Entonces... ¿Prefieres que seamos castigados así?

—No, no me refiero a eso. Es sólo qué... no los odio... a ninguno de ustedes tres y no tengo interés que sufran.

—Ni si quiera pudiste usar a Zidian.

—Innecesario. Ya lo comente.

Ambos se quedan en silencio, debajo de un árbol y viendo el cielo que sigue gris. El viento sopla y ambos huelen el aroma del contrario.

—¿Ya terminó todo? — se pregunta ZiXuan.

—No sé. Espero que sí. Lo único que deseo es seguir adelante.

Ambos se ven a la cara.

—Perdón— Jin ZiXuan se arrodilla ante Jiang YanLi y toma sus manos. No se controla, llora—. Perdón... Perdón... Perdón... ¡Perdóname!

Jiang YanLi se agacha y acuna el rostro de Jin ZiXuan. Limpia sus mejillas.

—Ya te perdone. ¿No lo hablamos antes?

—Sí pero...tengo la necesidad de repetirlo una y otra vez. Y la única persona que no acepta mis disculpas es... De todas maneras, debo entenderlo.

—¿Te duele que Wei Ying no te perdone?

—No sé... — Jin ZiXuan suspira. Permite que YanLi limpie sus lágrimas, adora sentir el contacto de sus manos.

—Te falta pedirle perdón a alguien más.

—No... la verdad es que no.

Jin ZiXuan ya le pidió perdón a Jiang Cheng -aunque este no le ha dicho si le perdona o no-, Lan SiZhui, Jin Ling y a Wei Ying. Sobre todo a Jiang YanLi.

—Si te falta— ella toma su mentón—...Perdónate.

El Omega niega con la cabeza. Jamás podrá perdonar el daño que les ocasionó a la mujer que ama y a una persona inocente, a su hermano.

¿Cómo podría hacerlo?

Se ponen de pie.

—Nunca más te volveré a fallar, lo juro.

Jin ZiXuan acerca su rostro a la de YanLi. Sus labios están muy cerca. Sus respiraciones se agitan y la tentación es enorme.

Alejan sus rostros. Ahora todo se entorna incomodo.

—Fuiste valiente. Gracias por ayudar.

Jin ZiXuan no se siente como un héroe o alguien que merece ser felicitado. Ni cree que le deban un "gracias".

Él fue uno de los que le ocasionó el dolor. 

—No soy valiente.

—Lo fuiste.

A ninguno se le ocurre que tema tocar. Desean seguir conversando para no alejarse y disfrutar la presencia del otro. Escuchar sus voces y disfrutar sus aromas.