#4 Mí hombre

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La tarde trajo una brisa fresca, ella seguía ahí sentada mirando a la nada, las lágrimas habían cesado, pero no el dolor, su mentón descansaba en sus rodillas, el rímel se había corrido a lo largo de su mejilla, seguía con los malditos zapatos de tacón y la ropa formal, acaso era eso, su forma de vestir, DIOS era una famosa diseñadora y sin embargo su ropa era tan recatada, suspiro cansada, por fin se quitó los zapatos y los dejo delicadamente en el piso de madera, Priet la mataría sí se enteraba que maltrataba aquellas caras zapatillas, el atardecer solo le produjo malestar y de nuevo los recuerdos vinieron a su memoria.
***UN AÑO ATRÁS***
POV KIKYU
Su voz sonó tan sincera, ¿Cómo me iba a imaginar lo lejos de la realidad que estaba?, la emoción se apodero de mí, temblorosa pregunte:
-Inuyasha… ¿Por qué yo? - pero tenía que estar segura, necesitaba escucharlo salir de él.
-acaso no es o vio- me miro serio- has sido la única que me ha hecho desear y pensar en un para siempre, me gusta verte sonreír, perderme en tus ojos, solo tú puedes hacer de mi vida algo especial, TE AMO KIKYU- sus palabras fueron como una daga, se clavaron tan dentro de mi corazón que ahora que las quiero sacar la herida que dejan es difícil de sanar.
Llámenme ¡TONTA!! Bien lo acepto lo fui, con pesar miro mi pasado y duele saberme tan ingenua, podre excusarme diciendo que fue mi poca experiencia, inclusive mi corta edad, podre decirme una y otra vez que fue él, pero la verdad es que si alguien tiene la culpa soy yo, la huérfana soñadora que se creyó cenicienta, enamorando al príncipe, los cuentos de hada no existen, ahora lo sé y me pesa, le entregue mi cuerpo, le entregue mi tiempo, le entregue mi amor, porque pensé, creí que él también sentía lo mismo, por supuesto que acepte, acepte ser la señora Taisho, noticia que corrió como pólvora por los medios, siendo él un famoso empresario y yo una talentosa diseñadora, socia del reconocido Priet, la atención no se hizo esperar, la boda se preparó en un mes, los rumores hablaban de un embarazo, el cual claramente nunca hubo, el tiempo fue suficiente para organizar todo, mi vestido diseñado por mi ahora amigo Jakotsu, sencillamente espectacular, la Basílica acogió a la elite de la sociedad, tomando en cuenta que era huérfana, Koga a quien conocía de años, mucho antes de que este se enamorara de Ayame, mi mejor amiga, fue él afortunado que me entrego en el altar.
-Acepto- seis letras sellaron mi destino aquel día sin yo saberlo, seis letras que solo valían y traían beneficios para él.
Pero ahí estaba yo, Kikyu la señora Taisho sonriendo tontamente en la gran recepción, sin saber absolutamente nada, pasada de la media noche me tomo de la mano y salimos como recién casados directo a las playas de Acapulco, el hotel en nada se comparaba dónde estaba ahora, si bien seguía siendo 5 estrellas, era demasiado moderno para mí gusto, pero dado que nunca había viajado más allá del DF, hasta que empecé a salir con él, no pude más que sentirme afortunada.
Si tan solo me hubiera parado a pensar, me habría dado cuenta que, lo que yo catalogaba como romanticismo, era simplemente su forma de tratar a todas sus amantes, con extrema delicadeza y atención, a tal grado que una terminaba creyendo que era tan especial para él.
Apenas el sol empezaba a salir después de nuestra noche de bodas, bueno más bien madrugada, me saco de la cama, insistió en que me pusiera el traje de baño bajo un sencillo vestido de algodón, salimos del hotel y caminamos hasta la playa, donde algunas personas contemplaban la puesta del sol, por un momento pensé que nos sentaríamos a disfrutar de bello espectáculo, pero él, me quito el vestido, dejo su playera y me llevo al mar, el agua estaba tibio para mi sorpresa, él me miro mientras nadaba alejándose de la orilla, lo seguí con facilidad, sin duda tendría que agradecerle a Koga por pagar mi membresía en el deportivo, donde aprendí a nadar, una vez que estuvimos lejos de todo, me sonrió pícaramente, se acercó a mí y me abrazo, beso mis labios quitándome el aliento, este hombre era pura pasión, el beso era tan intenso, su lengua danzaba de tal forma que casi me desmayaba por la falta del aire, sus manos se apretaban de mis glúteos pegándome a su dura erección, saber dónde estaba me éxito tremendamente, me alzo justo para enredar mis piernas en su cintura, frotando mi sexo hasta hacerme gemir, su mano descendió liberando su miembro y con apenas un jalón dejo libre su camino, se introdujo con una fuerte embestida en mí, lance un largo suspiro al sentirme llenar por él, sus manos me subían y bajaban, valiéndonos que alguna persona estuviera prestando atención, mientras el sol salía nuestros cuerpos se saciaban, cuando el placer nos superó solo fuimos capaces de ahogar nuestro grito de éxtasis en un beso profundo, para después dejarme reposar la cabeza en su pecho húmedo.
-carajo, he tenido esta fantasía por años- murmuro en mi oído.
-tonto- sonreí ante su comentario.
Quisiera que alguien me abofetee por no haberme dado cuenta, era lógico que ninguna niña de cuna no se prestaría para aquello, pero una chica tontamente enamorada, como yo, sí, la luna de miel duro solo dos días, pues tenía que regresar para tomar posición de la presidencia, a nuestro regreso me sorprendió con una casa, donde a partir de ese momento vivimos felizmente, o eso creía, aunque antes ya había confundido amor con pasión, en los meses siguientes el trabajo empezó a ser relevante para ambos, su empresa quería posicionarse como una de las mejores cadenas de telefonía no solo en el país sino del mundo, por mi parte tendría mi primera pasarela de ropa de novias en Paris, a lo largo de los meses que siguieron, cada uno nos fuimos enfocando en nuestras propias metas, aunque la pasión seguía ardiendo, él prefería mantenerse al margen, y dejarme fuera, aun así ahí estaba en sus veladas con los socios, sonriendo por acompañarlo, en eventos sociales siempre me mantenía a su lado, miraba recelosos a aquellos hombres que se me acercaban, de no ser porque Jakotsu era un maldito afeminado también lo hubiera mantenido a raya, fue en una de esos tantos eventos en las que asistía que la conocí, las miradas se dirigieron a ella cuando bajo las escaleras del teatro, jamás la había visto antes, sin embargo, ella camino a nosotros, su vestido con corte de sirena en color esmeralda y su cabello recogido en un moño dejaba a la vista unos ojos chocolates y unos labios rojos, sonrió al llegar a nosotros.
-vaya, señor Taisho por fin tengo el gusto de conocer a la señora Taisho- dijo mirándome.
-Señorita Higurashi le presento a mi esposa Kikyu Shinanthi- murmuro pasando su brazo en mi cintura- amor ella es Kagome Higurashi la encargada de Relaciones Públicas de la empresa.
-un gusto- salude estrechando su mano- así que cuida de la imagen de la empresa.
-la verdad gracias a que el señor Taisho es un buen jefe mi trabajo es sencillo- contesto mirándolo- no sabe cuánto deseaba conocerla, he sabido que pronto debutara en París, sus diseños son hermosos.
-gracias, así es, la próxima semana viajare a París para la gran pasarela Noche Blanca.
-espero que tenga mucho éxito- sonrió- bueno los dejo mi pareja me llama- menciono avanzando entre la multitud.
-así que una Higurashi- mencione recordando que su familia contaba con una de las prestigiosas cadenas hoteleras internacionales- es increíble que trabaje para ti.
-ha mencionado que esa área no le agrada, viajar no es para ella- tomo mi mano y avanzamos-curioso tomando en cuenta que de niña visito varios países.
-tal vez eso la canso- murmure sin darle importancia al hecho que conocía mucho de ella.
A la semana siguiente viaje a Paris con Jakotsu, teniendo un gran éxito, enseguida me hice de un nombre con mis diseños, duramos tres días, a mí regreso todo parecía igual, sin embargo, él empezó a tener excesivo trabajo, sus horas se alargaron, llegaba de madrugada demasiado cansado, la pasión en nuestra relación se empezó a apagar, aunque tenía tanto trabajo igual, que poco me importo, cenábamos juntas pocas veces, salíamos en ocasiones, llegue a pensar que había dejado de ser un chico impulsivo para convertirse en un hombre maduro, por eso su declive sexual.
***PRESENTE***
Una vez que la noche cayo, se sintió realmente estúpida por estar de tal forma, se obligó a sonreír y se levantó, mirándose en el espejo se sintió patética al ver su imagen, entro al baño y se quitó la puta ropa que llevaba desde la noche anterior, si no fuera por Jakotsu no sabía que hubiera hecho, debería llamarle y agradecerle, una vez que salió con el albornoz rosa puesto, tomo su celular.
-mujer dios estaba preocupado por ti- murmuro el hombre con su voz chillona.
-Jakotsu perdón- murmuro sin muchos ánimos- estoy bien.
-hay kiky llámame Jaky, enserio odio ese nombre de macho- murmuro sacándole una leve sonrisa.
-nunca cambias- se dejó caer en la cama.
-querida él vino a la empresa, estaba como loco buscándote, DIOS casi me da un infarto cuando entro a mi oficina, sino fuera tu hombre me dejaba tocar por él- hablo sin parar Jaky.
-le dijiste algo- pegunto preocupada.
-claro que no amor, entre chicas nos cuidamos, le mencione que habías salido a Paris para una junta urgente, no parecía estar convencido pero lo acepto y se fue.
-no sé qué haría sin ti Jaky- murmuro agradecida- bueno te dejo, buenas noches.
-por favor kiky no llores por ese hombre desalmado, ve y disfruta de todo el paisaje, buenas noches- comento y colgó.
Una vez que la llamada se cortó, se recostó dejando el celular en la mesilla, apago la luz y se recostó en estado fetal, abrazando su rodilla con fuerza, ¿su hombre?, cuantas veces había pensado en él de esa forma y ahora, sonrió irónica, resultaba que nunca había sido…
-Mí Hombre…- susurro torturándose nuevamente.
Continuara…

A raíz de una TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora