#5 Gemidos que dañan

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En el último piso del edificio donde se encontraban las oficinas centrales de la empresa telefónica TELTA ubicada en la avenida Reforma, un peliplata enojado daba un fuerte golpe a su escritorio, mientras su abogado y mejor amigo lo miraba parado en el marco de la puerta.
-PUTA MADRE- grito exaltado el peliplata.
-y ahora- camino entrando y cerrando la puerta el ojiazul.
-con un demonio ese imbécil se está pasando de listo, nadie puede dar con él, pareciera que la tierra lo trago- se levantó y saco de una repisa una botella de wiski para servirse un trago.
-los socios están presionando, dentro de poco ya no podré seguir posponiendo la reunión- murmuro sentándose en un sillón- por cierto, no me contaste como te fue con tu cita especial.
-COÑO ni me lo recuerdes Bank- se pegó Inuyasha a su escritorio- lo bueno fue que pude salvar la situación- sonrió de lado.
-la que me da pena es sin duda tu sexy esposa, por cierto, la encontraste ya sabes si ella- pregunto Bankotsu.
-fui a su empresa y el puñal de su socio me informo que viajo a Paris, además no puede quejarse la trato como reina, así que deberá aceptar lo que le diga sobre ello- hablo arrogante y cruzándose de brazos.
-enserio no quieres aquello- pregunto alzando la ceja el moreno.
-por supuesto que no, es lo último que deseo, DIOS, sería un estorbo, más ahora que- se sirvió otro tequila- Kikyu me ha despertado el interés de nuevo.
-estás loco- rio Banky- aunque deberías andarte con cuidado, uno de estos días puede llegar uno que quiera robártela- menciono burlón su amigo.
-soy demasiado hombre para mantener a mi esposa satisfecha, ningún- menciono frio y mirando fijo a su amigo- idiota puede tocar lo que es mío.
-jajaja no puedo creer que haiga durado tanto- rio Bank.
- y eso te lo debo agradecer a ti- sonrió dándole un trago y dando un brindis- sin duda mis amigos, inclusive el tonto de Koga me han sacado de un buen lio.
POV INUYASHA
Salí de la casa enojado, aunque camino a la oficina recordé la fecha, cambie de dirección para llegar a una prestigiosa plaza, entre pensando en la pelinegra que me hacía endurecer con una mirada, sonreí mientras pensaba en el regalo que sería perfecto para una mujer pasional como ella, al caminar por aquel lugar, llamó mi atención un abrigo rojo que le ponían a una desnuda maniquí, enseguida me imagine cosas ricas, entre y pedí dicha prenda, al salir recibí un mensaje de Koga, leí con una mueca el mensajes, pero agradeciéndolo, tenía una maldita suerte pensé y entre a otro sitio.
[Hawái]
La mañana era tan calurosa que Kikyu se encontraba sentada apenas con un top rojo y un short en una alta butaca, junto la barra de la cocina, comiendo fruta y bebiendo jugo de naranja, afuera se veía a la gente andar a la orilla del mar, este brillaba hermosamente, movió su cabeza de lado al fijarse en un par de niños que corrían con sus trajes de baño y balde de arena hasta una pareja, sin duda sus padres, suspiro triste y se tocó el vientre, sino se hubiera sentido tan triste por aquello nunca habría ido a ese lugar, seguiría tontamente creyendo en un matrimonio vacío.
***2 Días antes***
La habitación del matrimonio Taisho estaba elegantemente decorado y organizado, no había una sola cosa en aquel lugar que no estuviera en su lugar, la cama matrimonial bellamente tallado artesanalmente tenía a una pelinegra apenas tapada con una sábana durmiendo en ella, con el cabello esparcido alborotado por la almohada, se movió al sonar una fuerte voz, perezosa abrió los ojos para encontrarse sola, de nuevo la voz altisonante se escuchó.
-puta madre- exclamó molesto el peliplata saliendo del vestidor- estás seguro que sin su firma no podemos cerrar el negocio.
-ya revisé las clausulas y necesitamos de él- respondió la voz fastidiada del otro lado.
-Maldición, búscalo hasta debajo de las piedras- exigió colgando el celular.
- buen día- murmuró la mujer parándose sin pudor y caminar desnuda a él.
-ahora no Kikyu- la apartó sin mirarla- llegaré tarde no me esperes.
- Inuyasha espera... - quiso detenerlo, pero este salió sin prestar atención.
La mujer miro la puerta cerrada, suspiro cansada, vaya día que empezaba pensó, después de un rato bajaba las escaleras de caracol, su pantalón y saco ajustados, le daban un aire profesional que le gustaba demostrar, su cabello se encontraba recogido en una larga coleta y sus tacones con suela roja repicaban al bajar, murmuró un buenos días a la ama de llaves Kaede, para después subir a su auto y manejar directo a la casa de diseños APOPOCHA, la música acompaño su viaje, una vez ahí sonrió a la recepcionista e ingreso a su oficina.
-Dios!!! Mujer- hablo el hombre vestido de manera extravagante, se acercó y la saludo efusivamente de beso- traes una cara, como si tu macho no te hubiera dado en días.
- ¡JAKOTSU!!!- mencionó escandalizada ante el comentario.
- ¡hay!!!- se tapó los oídos- soy Jaky!!!- se quejó el hombre.
-qué te parece si tomamos un café Jaky- sugirió la peli negra, solicitándolo a su secretaria.
- bien-se sentó con las piernas cruzadas- a ver entonces, ya dime.
- creo que las cosas no van bien en la empresa- hablo jugando un lápiz- mira, hoy es nuestro aniversario y él me dijo que llegaría tarde.
- pues he escuchado que la expansión se está retrasando por culpa del hermano de tu hombre-comento.
-como sea- dejo el lápiz y agradeció a la chica por el café- es nuestro primer aniversario y prefiere pasarla en la oficina, aunque tal vez estoy siendo injusta, debería ser más compresiva.
- tranquila amiga, a lo mejor te quiere sorprender- sonrió pícaramente- o, porque mejor no vas tras él- sugirió levantándose.
La mujer se la paso en su estudio realizando con sus asistentes los nuevos diseños para la temporada que se acercaba, aunque no dejaba de pensar en la idea de su querido Jakotsu, cuando dieron las tres de la tarde regreso por fin a su oficina donde se encontró una gran caja rosa.
-Kanna y está caja- pregunto a la chica de mirada sería.
-la trajeron para usted señora, pero no mencionaron nada más.
-bien, gracias- contesto entrando y cerrando la puerta.

A raíz de una TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora