#9 Honestidad

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El acuario era impresionante, las peceras exhibían a animales marinos de todo tipo, la pareja caminaba observando aquel lugar, él no perdía detalle de las expresiones de la peli negra, esa mañana vestía un pescador de mezclilla, una blusa de tirantes amarillo, el cabello amarrado en una coleta y unas sandalias de plataforma, junto con un bolso que llevaba cruzado por el cuerpo, este era pequeño y de color negro con flequillos, por su parte él llevaba un pantalón de mezclilla, convers,  una polo roja, el cabello ondulado suelto, y el maldito cuerpo que atraían miradas lascivas de las mujeres.
-enserio no te sientes tentado- murmuró la chica mientras de reojo miraba a una hermosa mujer de cabello castaño mirar al hombre.
-de que-pregunto esté sin percatarse de las miradas que recibía.
-mira a todas esas mujeres babear por ti-susurro acercándose más a él.
-las mujeres son un problema-respondió encogiendo el hombro- solo buscan un hombre con la chequera suficiente grande, en dado caso a mí solo me ven como mero pasatiempo.
La chica percibió molestia en su voz, él siguió caminando, habían quedado aquel día para que ella conociera más de aquel lugar, él se había ofrecido a ser su guía enfatizando que solo como amigos, esto le causó gracia a ella, ya que lo último que deseaba era un acostón, aunque, trago saliva al mirar el pinche trasero que se cargaba Naraku, se sonrojo al percatarse de que él había parado y la miraba, una sonrisa se extendió en sus labios, ella quería que la tierra se la tragara, diablos se había dado cuenta de su mirada pervertida, pero fue tan caballeroso para no hacer comentario alguno cuando ella lo alcanzó.
-qué te parece ir por comida-sugirió y está solo afirmo con la cabeza.
-siempre has vivido aquí-pregunto la mujer mientras caminaban en busca de un lugar para comer.
-no, llegué hace unos años, trabaje como Barman de aquel bar, hasta que el viejo necesito dinero, así que le compre el lugar.
-y tu familia- cuestionó Kikyu.
-mi padre murió hace años y mi madre no tengo la menor idea donde esté, odia estar en el mismo lugar.
- hermanos- el negó, al final de la calle vio un Burger King-sería muy pesada si te dijera que tengo ganas de una hamburguesa, hace años que no me doy ese lujo.
Recordó el cambio abrupto de su sencilla vida al iniciar una relación con Inuyasha, quien odiaba esos lugares, él solo comía en restaurantes finos, aún tenía presente lo humillante de aquella primera cita, cuando él la reprendió por la ropa poco apropiada para un lugar elegante, enserio había estado tan ciega para no darse cuenta que él era un maldito manipulador, y que solo moldeaba a la esposa perfecta para su maldito beneficio.
-Kikyu-llamo Naraku al verla apretar los puños y bajar la cara, sin evitarlo tomo su mano y la hizo entrar, la sentó en una mesa apartada y fue por hamburguesas, regreso rato después ante la sonrisa de la chica.
-gracias- mencionó con los ojos brillantes y le dio una gran mordida a su hamburguesa-mmm... Dios delicioso...
- ¿Cuánto tiempo llevabas sin probar una? - pregunto riendo ante la forma tan gustosa de comer de la chica.
-dos malditos años-menciono y dio otra mordida.
-como fuiste capaz de soportar-pregunto- acaso te volviste vegetariana.
-para nada, fue...-se puso a jugar con una papa- mi esposo es rico y odia estos lugares.
-acaso estás casada con un viejo-pregunto curioso- eso es típico de las chicas ricas.
- ¿chica rica, yo? - dijo riendo- crees que nací en cuna de oro, Naraku dios, para nada, en realidad crecí en un orfanato, y soy lo que soy gracias a mi esfuerzo.
-eres increíble Kikyu- el alago la hizo sonrojar- entonces tú esposo ha de ser un maldito niño de cuna.
-toda su vida-confirmo y dio otra mordida.
DF, MÉXICO...
La secretaria no pudo detener al peli plata furioso, abrió de golpe la puerta ante la mirada atónita de Jakotsu, dio un manotazo al escritorio, inclinándose levemente, mire rabioso al famoso Diseñador.
-vaya Inuyasha qué gusto tenerte aquí, increíble cómo después de dos años, nos visitas en dos ocasiones y en una misma semana, si es por mí disculpa, pero tengo novio.
- ¿Donde esta KIKYU? - pregunto serio sin hacer caso de lo mencionado.
-mmm... Te he dicho en París- hablo Jaky cruzándose de brazos.
-la he llamado demasiadas veces y me manda a buzón, así que dame un puto número para contactarla ¡Ya!
-algún problema, ¿Porque estás desesperado por saber de ella?
-eso no te importa- amenazó.
-lo siento, pero tampoco he contactado con ella- mencionó frío.
-por tú bien espero que me digas la verdad- dijo antes de salir sin molestarse en cerrar.
-imbécil- murmuró Jakotsu- ahora tendré que ir al spa, me ha dejado bien estresado el maldito.
HAWAII
La mujer se miró al espejo, llevaba un vestido negro con flores moradas, con escote de corazón, dejando la espalda descubierta, se puso un collar dorado, dejando el cabello suelto y sus preciados tacones de suela roja no podían faltar, sonrió ante su imagen.
POV KIKYU
Aquella a quien miraba no era para nada la misma mujer dolida que llegó días atrás, los ojos hinchados habían desaparecido, la tristeza también, sin duda, venir y darme un respiro fue lo mejor, siete días transcurridos desde aquella noche, suspiré, no valía nada pensar más en ello, Naraku era un gran sujeto, sin él apoyándome y distrayendo, no sé qué hubiera sido de mí, por suerte no había tenido sueños con él como protagonista, aunque era demasiado atractivo, nunca se mostraba arrogante o superior a los demás, pese a tener un negocio bastante exitoso en mujeres sobretodo.
Salí de la cabaña, estaba entusiasmada por la sorpresa, esa mañana después de salir del mar, me invitó a cenar, el lugar era un secreto, sonreí encantada, dios la idiota que había dejado a semejante hombre ha de ser una reverenda estúpida, pensé mientras salía a su encuentro, la sonrisa que me dedico me dejó sin aliento, estaba, en sincronía conmigo, un pantalón y zapatos negros de vestir, una camisa morado oscuro ceñido, resaltaba sus músculos, que hombre podría poner semejante color y verse apetecible, su cabello lo tenía sujetado en una cola, yo adoraba verlo suelto, me sonroje ante aquello.
-hermosa- murmuró al llegar a él.
-gracias- respondí- tú estás guapísimo.
-acaso piensa empezar a babear por mí señora Kikyu- dijo divertido.
-que alguien traiga un balde, me desbordo- comenté y él se soltó a reír, de tal forma, que me erizo toda la piel.
-no sabes lo bien que me caes Kikyu- murmuró y me sujeto de la cintura para guiarme a un auto.
POV NARAKU
La música en el auto sonaba por lo bajo, sus piernas eran demasiada tentación para mí, la mire de reojo, ella disfrutaba del viaje, su cabello se elevaba levemente, aparte la mirada ante el recuerdo de aquella mujer que solo jugo conmigo, apreté el volante y la quijada, maldita sea, como pude ser tan idiota para creer que una niña riquilla se enamoraría de un simple Barman, meses atrás la conocí en el yate, en aquellos días solo era el encargado, ella había creído que me pertenecía, coqueteo conmigo durante el recorrido, quedamos para vernos al día siguiente, Miroku me presto su Convertible, paseamos por el malecón, la lleve a cenar a un elegante restaurant, sin importarme utilice la tarjeta de crédito, enserio me gustaba esa mujer sensual, en las semanas siguientes salimos en varias ocasiones, los besos y las caricias habían surgido por parte de ella, pero entonces se enteró de que solo era el barman, supuso que no tenía dinero, y cuando fui aquella noche por ella, sus palabras se tatuaron en mi piel:
-Un don nadie como tu jamás tendrá a una reina como yo, acaso no ves, no somos de la misma clase social, que podrías ofrecerme, nada, guardias saquen a este hombre de aquí-grito altanera la peli negra.
El auto freno bruscamente, el recuerdo solo había causado rabia en él, entonces a que estaba jugando con esa nueva peli negra, que pretendía llevándola a una romántica cena, se había esforzado día tras día, en decirle que salían como amigos, pero realmente era cierto, él la veía únicamente así o trataba de esconder su tonta atracción por ella, engañándose tras una amistad.
-Naraku sucede algo- pregunto Kikyu sin entender porque su actitud.
-perdón, yo no creo que sea buena idea esta cena- murmuro odiándose por ser tan honesto.
La oscuridad en aquel lugar apartado, ocultaron el daño que esas palabras provocaron en ella, abrió la puerta y salió, se pegó al auto controlando las ganas de llorar, se sentía estúpida por creer que semejante hombre estaría interesado en ella, ¿interesado? Suspiro, estaba perdida.
-puedes llevarme de nuevo al hotel-murmuro sin mirarlo, cuando este rodeo el auto y se paró frente a ella- disculpa he sido una molestia los últimos días.
-espera Kikyu no es eso, rayos- murmuro sin verla- me agrada tu compañía, ese es el problema.
-no te entiendo Naraku- alzo la mirada sin entender a donde iba todo aquello.
-carajo sería un maldito hipócrita si no te dijera que me gustas, eres una tentación demasiada grande, sería capaz de hacerte mía aquí mismo-hablo firme poniendo sus manos a ambos lados de la cadera de ella, espero su reacción, pero ella solo lo miraba con los ojos abiertos- eres una mujer casada, aunque te hayan engañado no sé qué piensas hacer, tal vez a tu regreso ustedes arreglen sus cosas.
-jamás- exclamo ella y vio en su mirada determinación- también me gustas y me gustaría ser tuya.
POV KIKYU
¿¡Que!? fácil, urgida, loca, vengativa, infiel, llámenme como quieran, no me interesa, el mundo me señalara por ser así, por sentir cosas por otro hombre aun estando casada, dirán que estoy loca por sentirme atraída en tan poco tiempo por otro hombre, pensaran que solo pretendo desquitarme por lo que él me hizo, dirán que soy una puta por abrir mis piernas al primero que me hablo bonito, pero no, muero por sentir esas manos recorrer mi cuerpo, saberme deseada por él, me tiene húmeda, pero no lo hare, aunque como hombre vale muchísimo, no terminare como Inuyasha.
-pero primero debo divorciarme- respondí y él se inclinó con una sonrisa en los labios.
El beso fue cálido, lento, su lengua me exploraba, mis manos rodearon su cuello y él se apretó a mi cuerpo, la sensación de nuestros tan cerca, provocaron un calor en mi cuerpo, el beso se volvió profundo, nos separamos para tomar aire, él bajo los labios a mi cuello, apartando el cabello, beso mi piel, sentí su dura erección sobre mi vientre, diablos, deseaba a este hombre como nunca había deseado a nadie.
- ¡NO! - murmure y lo aparte, nos miramos un largo tiempo en silencio, acaricio mi rostro delicadamente- así no.
-definitivamente no pretendo ser el otro- murmuro sonriendo- enserio me gustas, quisiera conocerte más y saber si esto tiene futuro.
-hay muchas cosas que aún no se de ti, y quiero saber Naraku-dije besándolo.
-entonces donde nos deja esto- susurro apoyando su frente a la mía.
-debo volver, enfrentarlo y separarme cuanto antes, prometo regresar por ti.
-Kikyu esperare por ti- hablo serio y me abrazo fuertemente.
Naraku era un hombre en toda la extensión de la palabra, esto que sentíamos era demasiado fuerte y abrumador, algo muy dentro de mí me decía que podía perderme en sus ojos negros, sin miedo a caer, deseaba a este hombre, pero ambos necesitamos estar seguros antes de dar un paso, él por aquella quien lo lastimo y yo por aquel que me engaño.
DF, MEXICO
La oscuridad del lugar ocultaba parcialmente el cuerpo desnudo del hombre peli plata, quien bebía de una copa, Kagome se acercó a él con su vestido nuevamente puesto, lo abrazo por detrás y este se apartó de mala gana.
-sigues pensando en ella- se quejó la mujer de ojos chocolates.
-es mejor que te vayas Kagome, quiero estar solo- dijo fríamente.
La mujer hizo una mueca y salió del departamento de mala gana, la puerta se azoto al salir esta, él tomo el resto del líquido, lanzo frustrado la copa a la pared, PUTA MADRE, exclamo al recordar la breve platica con el guardia de la empresa.
-buenos días señor- menciono Totosai al verlo entrar al edificio.
-buenos días- respondió sin mirarlo.
-la señora Kikyu está bien- pregunto de repente, haciendo que Inuyasha para.
- mi esposa, ¿Por qué pregunta? -respondió sin entender.
-vino hace unos días aquí, era de noche cuando llego, me dijo que quería sorprenderlo, pero después salió pálida.
- ¿Cuándo fue eso? - exigió saber.
- mmm… el miércoles… si fue ese día- contesto el guardia.
-carajo- murmuro cruzándose de brazos- ese puto día estaba con Kagome, si ella nos vio, MALDICIÓN, no puedo divorciarme y menos ahora que un segundo testamento ha aparecido, anulando el primero. Si Kikyu está embarazada todo será mío.
Continuara…

A raíz de una TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora