#21 Amor del bueno

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*DF

Naraku y Koga corrían por los pasillos del aeropuerto, ambos estaban en la estación de policía esperando la respuesta a su denuncia por la desaparición de Kikyu, aunque las autoridades no querían aceptar aquello, alegando que era su esposo y nunca antes se habían denunciado agresiones, por tanto, no había antecedentes que señalaran aquello como secuestro.

Una vez fuera de ese lugar, se percataron de las llamadas y mensajes de Bankotsu, así que se apresuraron a tomar un avión directo a Monterrey, Koga hablaba con su esposa, mientras Naraku estaba perdido en sus pensamientos, un mes sin saber de ella, casi se volvía loco, ni siquiera la bronca que le hecho su madre por la boda fingida le importo tanto como no saber dónde estaba Kikyu, sin embargo, muy al contrario, en esa platica salió una amarga verdad, que más que aliviarlo solo le causo pesar.

POV NARAKU

Deje a Koga en la ciudad, pese a su negación, logre conseguir vehículo, ahora me dirigía a la granja, él iría con la policía, esto había ido demasiado lejos, y todo por culpa de ella, esperaba haber sido muy claro y que entendiera que nunca más la quería ver en mi camino, que olvidara que tenía un hijo, que olvidara que un día un hombre la amo con locura al grado de permitirle hacer aquello a su hijo.
*FLASH BACK
- ¿¡qué diablos estabas pensando Naraku!?- exclamo exaltada Kagura.

-madre este no es el mejor momento- replico buscando en internet las propiedades de los Taisho.

- ¡mírame con un demonio! –exigió, hecha una furia la mujer y cerrando de un golpe la laptón- ese matrimonio aseguraría nuestras vidas para siempre.

-no necesito de la fortuna de los Taisho, tengo la mía, mientras TÚ te dedicabas a vivir y despilfarrar el dinero que se te heredo, yo invertí, multiplique y ahora tengo igual o más dinero que este que pretendías que obtuviera.

- ¿Por qué nunca me lo dijiste? -pregunto airada mi madre.

- ¿Cuándo te he importado de verdad Kagura? -exclame sin respeto alguno.

- ¿Mi madre? No me hagas reír, jamás estuviste conmigo de pequeño, nunca te importaron mis festivales, mis tareas, mis calificaciones, amistades, enfermedades, jamás me dedicaste tiempo, ni volteaste a ver, hasta que pusiste la mirada en Inu no, entonces yo creí que me amabas, que por fin me reconocías como tu hijo, pero solo te serví para meterte en su vida.

-disfrutaste de cosas que no podía darte- dijo ella.

-SOLO QUERÍA TU AMOR MADRE- sonreí triste.

-siempre tan tonto, por eso me agradaba más Inuyasha, él sabía lo que quería, él no vivía quejándose y anhelando cosas absurdas como el amor, si nunca te hubiera lanzado el ácido, si nunca te hubiera dejado esa asquerosa marca, yo jamás habría actuado como lo hice.

-y nunca entendí ¿porque? Solo era una cicatriz, lo trataste como un maldito delincuente y lo enviaste a la militar.

-el idiota de Inuyasha descubrió que mantenía una relación con el doctor Myoga, amigo de su padre, justo al estar ahí viendo tu herida- reprocho la mujer- me amenazo y que esperabas, lo deje fuera de mi vida.

- ¿nunca fue por mí? -reí sin poder evitarlo- madre siempre fuiste tan egoísta.

-¿egoísta? Y la herencia Naraku, hice que Inu no te contemplara en ella, hice que hiciera otro testamento que solo te beneficiaba a ti-sonrió feliz- claro que, la segunda fue sin saberlo él, en una noche de copas me confeso algo de su amado hijo y aproveche para que firmara un documento que luego falsifique como testamento.

-eres despreciable madre- dije con decepción-acaso creíste que Inuyasha nuca se casaría.

-él, puede casarse las veces que quiera- murmuro cruzando las piernas al sentarse en el sillón- lo que nunca podrá hacer es tener hijos.

A raíz de una TRAICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora