A raíz de una TRAICIÓN

#14 Guerra de hermanos

-NO TE ATREVAS A PONERLE UNA MANO ENCIMA, NI HOY NI NUNCA.

Abrí los ojos para encontrarme con aquellos ojos tan negros difíciles de olvidar.

-qué coño haces aquí- menciono Inuyasha soltándose de mala gana.

-esta casa es tan mía como tuya- menciono quitándose la chaqueta y poniéndoselo en los hombros de una Kikyu confundida.

-con un carajo deja a mi esposa-intento apartarlo de ella, pero este reaccione y lo empujo-que te crees maldito- amenazo Inuyasha sintiéndose realmente molesto por la intromisión de su maldito medio hermano.

- ¡ha! por cierto- dijo mirando a los ojos a Kikyu- prepárate para recibir la demanda de divorcio.

-estas imbécil, ¿divorcio? -rio mirando a ese maldito sujetar de los hombros a su esposa, quien estaba callada y mirando a su metiche medio hermano.

-espero que no te enoje dejarme solo con mi clienta- murmuro entre dientes esforzándose por no partirle la puta cara al maldito Taisho.

-tu clienta, que putada es esto- exigió jalándolo y apartándolo de su esposa.

-tal vez no lo sepas, pero soy abogado y lamento decirte que intentar tener relaciones a la fuerza como lo veas es violación-murmuro apretando los puños y fijando la mirada en él.

- ¿violación? Jajaja- se burló Inuyasha- y crees que alguien aceptara el testimonio de ella y tuya- dijo arrogante.

-no, pero esto tal vez sirva- sonrió de medio lado, y apretó un botón en su celular.

Inuyasha apretó la mandíbula al escuchar:

-te dije que la próxima vez no habría contemplaciones- dijo con voz fría.
-Inuyasha no, no…-murmuro Kikyu.

Y todo lo que sucedió después también estaba gravado.

-te pido que me dejes con mi clienta-exigió fríamente.

-te estas metiendo en cosas que no te incumben-murmuro molesto, achicando los ojos.

-te dije que si quieres jugar a ver quién gana, puedo sorprenderte-dijo y lo saco del cuarto cerrando de mala gana la puerta.

-eres tú-susurro Kikyu y se lanzó en sus brazos-NARAKU.

POV NARAKU
Cuando Jakotsu menciono el nombre del esposo, sentí inmediatamente un malestar, a diferencia de muchas personas que creían que Inuyasha era un ser admirable, emprendedor, bueno y totalmente piadoso, a pesar de su arrogancia, yo sabía que él nunca dejo el egocentrismo atrás, además podía ser tan despiadado cuando lo deseaba, no tenía un límite.
Después de ponerme al tanto de la situación de Kikyu decidí volver, era tiempo de ponerle un estate quieto a mi querido hermano, antes lo dejé hacer conmigo lo que quiso, sintiéndome culpable por meternos en su vida, pero ahora ya no.
Había ido entusiasmado al encuentro de Kikyu, una vez que mi reunión con él termino, me sentí bastante decepcionado al enterarme que no se encontraba en la oficina, salí y anduve un rato por los alrededores, al final decide regresar a la casa, fue entonces que lo mire entrar sin camisa en la habitación donde ella se encontraba, inmediatamente pensé grabarlo, juro que si fuera por mi lo habría matado, mínimo dejado con
su maldita cara partida, pero teníamos que ser más inteligentes, tener la cabeza fría, pensar antes de actuar, pero maldición me la estaba poniendo difícil, mirarla en tal estado fue un golpe demasiado bajo, por fin nos quedamos solos, por fin podía sentir su cuerpo cerca del mío.

-estas bien- pregunte preocupado limpiando sus lágrimas.

-dios, eres tú-murmuro abrazándome.