La batalla sigue

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Ya 4 días desde aquella platica que tuvo Rodrigo con su madre, y en verdad espero que le haya servido de algo porque no la quiero volver a ver en frente de mi.

Santiago vino a visitarme temprano antes de ir a trabajar sólo para molestarme y no dejarme dormir, sí, “De verdad que es un gran amigo”; lo hice pasar y nos pusimos a  hablar; él me comentó que me había visto medio decaída en el trabajo estos días y quería saber como andaba. Le conté sobre las diferencias que tuvimos con Sandra, y cómo a los 5 minutos de estar platicando sueno el timbre.

- ¿Quién será?. – le pregunté a Santiago.

- No sé, esperabas visita.

Lo mire con cara de, ¿Es enserio?.

Al abrir la puerta me llevé una gran sorpresa, la madre de Rodrigo parada en frente a mi puerta.

- ¿Qué hace acá?.

Santiago se levanta rápido del sofá y se acerca a la puerta.

- Buen día señora, que la trae por acá. – le dice Santiago.

- Qué mal educada que resultaste ser al final. Y vos Santiago que haces acá con esta tipa; ya veo que no perdiste el tiempo zorra, no sólo te metiste con mi hijo sino que también con su amigo.

- Mire señora no le permi… - no pude terminar de hablar porque comenzó a reírse a carcajadas.

- Sandra usted es la madre de mi amigo, por esta razón no quiero faltarle el respeto, así que usted no se lo falte ni a ella ni a mi.

- Así que te enredo a vos también. Bueno voy al grano, lo que necesito es que te alejes de mi hijo lo más pronto posible, si no querés ver lo peor de mí.

- A mi no me amenaza entendió. Váyase ya de mi casa.

- Sandra a usted no le da vergüenza venir hasta acá sólo para hacer un escándalo. ¿No piensa en su hijo?. – le dice Santiago muy enojado.

- Justamente porque pienso en él es que estoy haciendo esto. Si vos querés caer tan bajo cae, pero no mi hijo.

- Se acabó Sandra. – le dice Santiago elevando más la voz.

Le agarré el brazo a Santiago para que parara y no siguiera la discusión.

- Señora ya váyase o llamo a la policía.

- Sólo dejame decirte una última cosa, yo sé dónde trabaja tu padre, y también sé que necesita de esos ingresos para los gastos extras de tu madre. Quien sabe, capaz que un día de estos tu padre va a trabajar y se encuentra con la terrible noticia de que ha sido despedido. Tan sólo hace falta una llamada mía para que esto se cumpla, te recomiendo que lo pienses bien.

- No entiende lo que es váyase, no la quiero volver a ver en mi vida. Y no se atreva a meterse con mi familia me oyó.

- Tranquila Luisana, esto no se va a quedar así. – me abrazó fuertemente.

- No pierdas tiempo, no vaya a ser que sea demasiado tarde cuando te des cuenta. – gritó mientras se retiraba.

Lloré mucho; Santiago me llevó hasta el trabajo ya que él también iba para allí.

Rodrigo notó enseguida que algo me pasaba, porque cuando me hablaba no le respondía y mi cara hinchada de tanto llorar no me ayudaba. No le respondía porque no tenía ganas de hablar y además mi mente estaba ocupada pensando en cuál era la decisión que debía tomar acerca de lo que había dicho la “señora”.

Él estába cada vez más preocupado, no sabía lo que me pasaba, hasta que le tuve que hablar.

- ¿Qué te pasa?.

- Tenemos que hablar pero más tarde cuando termine de trabajar. – le dije finalmente. - No quiero interrumpir el horario de trabajo.


- Me estás asustando en serio, si podemos hablar ahora para que esperar.

- No, después, ahora quiero trabajar.

Pasado el horario laboral pudimos hablar tranquilos y sin interrupciones.

- Escucha muy bien lo que te voy a decir, porque no lo voy a volver a repetir.

- Me estás poniendo nervioso. Decime ya qué pasa.


- No puedo seguir con esta relación, perdoname pero no puedo.

- Cómo, si estába. todo bien, me diste a entender que íbamos a pelearla juntos y ahora. ¿Mi madre te volvió a decir algo?. Decime.

- Perdón. Es lo único que te puedo decir.

Me retiré rápidamente, no podía seguir mirándolo a los ojos era muy doloroso.

No podía dejar que mis padres salgan perjudicados sólo por el hecho de haberme enamorado; soy joven y tendré tiempo para volver a enamorarme, pero el amor hacia un padre no se compara con nada, y después de haber estado un tiempo lejos de ellos no podía pensar en volver a estarlo.

Salí corriendo de la empresa y estába Santiago afuera, no sé por qué razón seguía ahí, pero me vio salir llorando y me detuvo con un abrazo, supuse que ya se imaginaba lo que me estába pasando a si que no preguntó, pero yo sé lo dije: - Hice lo que ella quería, renuncie a Rodrigo. – me aparté de él y me fui.

- Para yo te llevo hasta tu casa. Dice él preocupado mientras me alejaba.

- No, gracias; quiero estar sola.

Llegando a mi casa me suena el celular, era una llamada de Santiago.

- Santiago no quiero hablar ahora.

- Le voy a decir todo a Rodrigo, esto no puede quedar así.

- No le digas nada por favor.

- Perdón pero no puedo ver que pase una injusticia en frente a mis ojos y quedarme de brazos cruzados.

- ¡Santiago no, no!. – colgó.

Intente llamarlo pero no contestó, no sabía que hacer ni para dónde ir, estába muy nerviosa; después de tantas llamadas que daban al buzón de voz contestó.

- Santiago decime que no le dijiste nada.

- Luisana le dije todo, salió en el jeep muy alterado quise detenerlo pero no pude, creo que se dirige a la casa de sus padres no sé, lo estoy siguiendo en mi auto;  perdón pero se lo tenía que decir.

Quedé muy alterada después de esa llamada, quería llamar a Rodrigo pero no me atreví. Sólo me senté a esperar noticias de alguno de los dos, de Rodrigo o Santiago. Hasta que finalmente llamó Santiago.

- ¿Hay alguna noticia?.

- Luisana no te alteres con lo que te voy a decir, sentate y tomá aire.

- Con tanta intriga me estás poniendo más nerviosa de lo que ya estoy. Hablá.

- Rodrigo tuvo un accidente en la Avenida 18 de julio.

- ¡Esto no puede estar pasando, no!. – me largue a llorar.

- Lo trasladaron al hospital Soberano, te espero afuera y te explico bien todo.

- Ya salgo para ahí.

AMOR SIN BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora