Nuestro amor estará reflejado en ella

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Rodrigo me contó que Ricardo habló con Sandra sobre nuestra relación, y que ella finalmente se rindió pero no va a aceptarme como nuera. La verdad ya no me importaba lo que pensara esa “señora” de mí, lo único que quería era la paz y la estoy consiguiendo.

Estoy muy feliz de todo lo que me pasó en este último tiempo ; aunque no todo fue color de rosa me quedé con lo bueno.

Mi familia está feliz de la relación que tengo con Rodrigo y nos apoyan en todo. Mi madre por suerte se está recuperando rápidamente, hasta parece una nueva mujer.

Sara sigue con sus touch and go, pero creo que ya ha encontrado a alguien que es algo más que eso, y me puse muy feliz por ella.

Santiago, un amigo que nunca pensé tener ahora lo tengo, él nos apoyó mucho en todo al igual que Sara que es como una hermana para mi, y eso habla de la gran persona que es; por eso le deseo lo mejor en su nueva experiencia laboral que le ofreció una gran empresa en Turquía, lo vamos a extrañar mucho.

Todos en esta vida tenemos muchas barreras en nuestro camino por cruzar pero lo importante es cruzarlas, y al cruzarlas te dejan una enseñanza de fuerza y valor para cuando tengas que enfrentar nuevas barreras puedas cruzarlas con más seguridad en ti mismo.

Hasta ahora Rodrigo y yo pudimos cruzar esas barreras que nos puso la vida, aunque algunas hayan sido duras lo logramos, y por eso ahora podemos decir que ninguna barrera es imposible de cruzar, solo hay que confiar en uno mismo.

Decidimos casarnos y al poco tiempo de hacerlo quedé embarazada, un nuevo amor en mi vida había llegado y esa emoción de tener a mi bebé en brazos no me la sacaba nadie; era feliz, éramos felices pero ahora aún más porque íbamos a formar una familia.

24 de agosto de 2019 empecé con las  contracciones, ya iba a nacer mi hija. Fuimos al hospital caminando para agilizar el parto pero la doctora nos dijo que faltaba un poco más para que naciera y me recomendó que siguiera caminando, así que volvimos a casa y continué caminando en el patio toda la tarde, hasta que las contracciones fueron cada vez más fuertes y ya había perdido el líquido amniótico y decidimos volver al hospital pero esta vez en camioneta. Llegué y enseguida me prepararon para ingresar al quirófano al igual que a Rodrigo, ya que él quería estar ahí cuando naciera nuestra hija. Apreté su mano muy fuerte y empecé a empujar, escuchaba la voz de la doctora diciéndome “empuja, empuja”, pero comencé a sentirme mal y ya no tenía la suficiente fuerza para hacerlo, sabía que algo malo me iba a pasar porque lo presentía, pero lo único que me importaba era que mi hija naciera con buena salud. Escuchaba la voz de Rodrigo y de la doctora como si estuvieran lejos a pesar de que estaban cerca.

- ¿Qué pasa?, ¿Qué está pasando?. – le gritaba Rodrigo a la doctora.

- Están bajando las pulsaciones, hay que sacar rápidamente a la bebé. – decía la doctora. - le vamos a pedir que se retire por favor. – le dice a Rodrigo.

- Luisana sé fuerte, todo va a salir bien, te amo. – soltó mi mano.

Finalmente escuché el llanto de mi hija, eso era lo único que me faltaba escuchar por última vez antes de cerrar mis ojos.

Nota del autor:

Quiero que sepan que después de la muerte, las almas se dirigen a los corazones de las personas que te han querido de verdad.

P.D: Él amor triunfó, y no piensen que se terminó ahí, porque un hijo es el fruto del amor de una relación donde lo hubo, y por eso le llamo AMOR SIN BARRERAS, porque no tiene fin, porque continúa en las personas uno AMA.

Gracias por haber leído mi historia y espero que les haya gustado mucho.

AMOR SIN BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora