Otra confesión

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6 am, me despierta la llamada de Santiago, me pareció raro qué llamara y atendí.

- Hola, ¿Cómo andas?.

- Bien, tenemos que hablar.

- Perdón, pero no te enojas si hablamos en el trabajo, quiero dormir un poquito más.

- Estoy afuera de tu casa.

- ¡Qué!. – me levanté rápidamente y miré por la ventana, estaba su auto afuera. Abrí la puerta y con la mano le hice señas de que se acercara. - ¡Pasa, pasa!. – lo saludé y se sentó en el sofá. - ¿Querés tomar algo? Café, té.

- No gracias. Perdón que venga a está hora, pero no aguantaba más.
Me senté en el sofá para escuchar lo que tenía para decirme.

- Adelante decime, porque me estoy poniendo nerviosa. ¿Qué pasó?.

- Esto que te voy a decir, es algo que tenía guardado y nunca tuve el valor de decírtelo. – suspiró. - Desde el primer día que entré a la empresa a hacer la suplencia de Rodrigo, empecé a sentir algo por vos, y a medida que fue pasando el tiempo me di cuenta que estaba enamorado de vos.

Al terminar de escucharlo comencé a reírme.

- ¿Qué te causa gracia?.

- ¿Me levantaste temprano para hacerme una broma?. – dije todavía tentada. - Quería dormir Santiago, no puedo creer que te hayas tomado la molestia de venir hasta acá, para esto.

- Luisana, yo no te estoy haciendo una broma, lo que te dije es verdad; yo no jugaría con algo así. Te estoy confesando mis sentimientos, ¿No vas a decir nada?.

- ¿No es una broma?. – no sabía dónde meterme de la vergüenza. Me quedé callada por un momento. - Santiago Perdoname, pero estamos comenzando una linda amistad.

- Yo nunca quise ser tu amigo, todo lo hice para acercarme a vos. El día que volvió Rodrigo a trabajar, le conté todo, él lo supo desde el principio.

Ahora entiendo por qué Rodrigo se comportaba de manera extraña cuando yo estaba con Santiago; porque sabía que Santiago tiene sentimientos por mí y no le gustaba que yo estuviera con él. En ese momento confirmé que Rodrigo sí me quería, y que todo lo que había dicho era verdad.

- Santiago, yo no puedo ser algo más que tu amiga, porque no siento lo mismo que vos sentís por mí; no quiero perder está linda amistad que estamos construyendo; aunque vos digas que todo fue una mentira, yo sí pensé que podríamos tener una linda amistad.

De inmediato le cambió la cara y lo noté triste.

- Entiendo que no sientas nada por mí, pero podemos intentarlo; yo te amo y eso nunca cambiará, aunque no pueda estar contigo se me va a ser difícil olvidar lo que siento.

- No puedo perdón; sólo puedo ofrecerte mi amistad. – me sentí muy mal al rechazarlo, pero tenía que hacerlo.

- Está bien; no se pierde nada con intentarlo. Entonces, ¿Amigos?. – dice con una sonrisa fingida en su rostro.

- Amigos. – le extiendo la mano.

- Nos vemos en la empresa. Gracias por recibirme a está hora y Perdoname por molestarte.

- No pasa nada, nos vemos.

Luego de que se fue me sentí mal por él, pero a la vez me sentí feliz porque pude entender que Rodrigo sí me quería; en realidad no sé si entendí o no, lo único que sé es que mi corazón me decía que le diera una oportunidad, y eso es lo que voy hacer.
                                             
Me quedé despierta porque faltaba poco para que sonara la alarma y comencé a aprontarme para ir al trabajo.

Llegué a la empresa y fui directo a la oficina de Rodrigo; golpee y pasé, él se encontraba allí y al verme sonrío.

- ¡Buen día!. – le dije.

- Buen día, ¿Qué se le ofrece señorita?.

- Bien, ehh… Es muy difícil para mí estar parada acá, estoy muy nerviosa. – respire hondo. - Estoy enamorada de vos, te amo y decidí darte una oportunidad, o más bien darnos una oportunidad.

Se acercó a mi y me abrazó, luego me besó y mi corazón latía a mil; no podía disimular la felicidad que sentía en ese momento.

- Gracias Luisana, gracias por confiar en mí y darme la oportunidad de estar contigo, te juro que voy hacer todo lo posible para hacerte feliz. Te amo.

La felicidad, no siempre se encuentra donde uno espera que esté, sino que aparece donde menos te lo esperas.

AMOR SIN BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora